SE CUMPLEN 27 AÑOS
DE LA MASACRE DE TIANANMÉN
En China reforzaron las medidas de seguridad para evitar manifestaciones de familiares de víctimas, activistas y sobrevivientes. Organizaciones internacionales pidieron hoy de forma unánime al gobierno chino que admita lo que ocurrió.
Ding Zilin aún llora el asesinato de su hijo.
El aniversario de la masacre de Tiananmen, en China, ha sido ignorado por las autoridades del país, que han limitado a reforzar el operativo de seguridad para evitar que testigos y familiares de las víctimas se reúnan a recordar el episodio que hace 27 años se saldó con la muerte de más de 700 personas, según la Cruz Roja Internacional. Frente al silencio oficial, los familiares de víctimas, activistas y sobrevivientes han intentado reunirse para mantener vivo el recuerdo pero se han topado con las fuerzas de seguridad que desde hace varios días han estado actuando para frenar cualquier conmemoración.
En esta ocasión, al menos cinco personas han sido arrestadas en diferentes hechos de recordación de las protestas democráticas y su violenta represión, según la organización Human Rights Watch. Como es tradicional, las autoridades han aumentando el dispositivo de seguridad en la zona con agentes de uniformados y encubiertos. Un fotógrafo de prensa internacional fue parado ayer por policías de uniforme en uno de los controles de seguridad a la entrada de la emblemática plaza de Tiananmen, a donde no lo dejaron pasar, y posteriormente lo obligaron a borrar las imágenes que ya había tomado.
Las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos han vuelto a pedir de forma unánime al gobierno chino que admita lo que ocurrió y compense a los familiares de las víctimas cuyo número se desconoce (aunque se cifra entre cientos y miles) debido al bloqueo informativo oficial. Este año el acento se ha puesto en cómo, debido al paso inexorable del tiempo, los padres de los muertos van falleciendo sin conseguir que se haga algún tipo de justicia, especialmente un reconocimiento oficial de lo que pasó y una compensación.
"Hasta ahora, al menos 41 miembros de nuestro grupo de familiares de víctimas han fallecido. Su mayor lamento es no haber podido ver que se ha hecho justicia", señaló esta semana el grupo Madres de Tiananmen, en un documento divulgado por Human Rights en China. La noche del 3 al 4 de junio de 1989, unidades blindadas y de infantería del ejército chino entraron en la Plaza de Tiananmen y zonas adyacentes para desalojar a los ciudadanos, inicialmente estudiantes pero también trabajadores y profesores, que desde hacía casi siete semanas llevaban protestando en favor de una democratización del gobierno comunista.
Esa protesta se dio en el marco de las reformas que estaban teniendo lugar en la antigua Unión Soviética, liderada por Mijail Gorbachov, y los países de Europa central y oriental. Los militares dispararon sobre la multitud en algunas zonas próximas a Tiananmen, especialmente al oeste, mientras se acercaban a la plaza para sellar el acceso. Allí, tras una tensa negociación, los ocupantes accedieron a evacuar el lugar y evitar una nueva matanza. Al ser consultada sobre este aniversario durante una rueda de prensa celebrada ayer, una vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, se refirió a "la agitación política que tuvo lugar en los años 80" en el país, uno de los tantos eufemismos que emplean las autoridades para referirse al tema.
"Los hechos han demostrado que el camino al desarrollo que hemos elegido sirve a los intereses fundamentales de China y de su pueblo, y satisface las aspiraciones de toda la nación china", agregó la portavoz, Hua Chunying. "Las autoridades chinas han continuado desde 1989 con su intento de distorsionar y enterrar la verdad, forzando al país a olvidar y a sus generaciones más jóvenes a ignorar la historia", afirmó hoy por su parte Human Rights Watch, quien lamentó la "completa impunidad" que siguen disfrutando de los responsables de la masacre.
En Taiwán, la nueva presidenta Tsai Ing-wen, llamó a Beijing a aumentar los derechos políticos y a compartir con China la experiencia de la isla en su camino hacia la democratización. Aún así, Tsai, del independentista Partido Democrático Progresista (PDP) y cuya llegada al poder ha generado inquietud en Beijing, recalcó que no tiene "intención de criticar el sistema político chino". Este aniversario puede ser el último que pase en prisión Miao Deshun, el último preso de Tiananmen, que fue encarcelado por quemar un tanque durante las protestas y cuya puesta en libertad está prevista para octubre próximo, tras poco más de 27 años tras las rejas.
Mientras tanto, en Hong Kong está prevista para esta noche la tradicional vigilia con velas en recuerdo a las víctimas de esa represión, para la que la entidad organizadora espera la presencia de unas 100.000 personas. Esta vigilia tendrá, además, otra preocupación añadida: el cierre del museo sobre la matanza de Tiananmen debido a las presiones judiciales que sufrían sus promotores y la inquietud sobre si podrá reabrir en otra localización.
*Represión e impunidad a 27 años de la masacre de Tiananmén
Autoridades chinas persiguen a quien intente recordar la fatídica fecha del 4 de junio
la madrugada del 3 al 4 de junio de 1989, el gobierno chino envió al ejército a poner un muy violento punto final a las jornadas de manifestaciones que estudiantes habían organizado en la plaza de Tiananmén, en Pekín.
Este 2016 se cumplen 27 años de ese acto de represión, que desembocó en una campaña ampliada de violencia desproporcionada contra la población local y según diferentes versiones fue en las calles aledañas a la plaza donde murió la mayor cantidad de personas.
La organización las Madres de Tiananmén ha calculado que fueron asesinadas unas 202 personas, sin embargo un informe de la época de la Cruz Roja estableció la cifra de asesinados en más de 700, según recuerda el diario español ABC.
Precisamente la líder fundadora de las Madres de Tiananmén Ding Zilin, ha sido puesta en arresto domiciliario, según denuncia la organización no gubernamental (ONG) Human Rights Watch (HRW).
De hecho, el pasado 1 de junio el New York Times intentó entrevistarla por teléfono y la mujer de 79 años sólo logró informar que no podía ofrecer entrevistas y que “hay gente vigilando mi puerta”.
En la masacre perpetrada por el régimen chino murió Jian Jielian, el hijo de Ding de tan sólo 17 años de edad.
Ding es sólo una de varias personas activistas chinas que han sido encarceladas o son vigiladas por su activismo para no olvidar y exigir justicia respecto a la masacre. Tal es el caso de la periodista Gao Yu, quien en abril del 2015 fue sentenciada a siete años de prisión por publicar documentos internos del Partido Comunista Chino (PCC) en los que se abogaba por mayor censura.
Gao salió de la prisión en noviembre por razones médicas, pero sus movimientos son restringidos y vigilados, además de que no ha recibido la atención médica a la que el Estado se había comprometido. Tampoco puede ganarse la vida, pues se le prohibió escribir.
EL ESTILO CHINO
Sophie Richardson, directora para China de HRW, manifestó que las autoridades chinas mantienen “una deuda de justicia y responsabilidad con los sobrevivientes dela masacre y sus familiares”.
Añadió que desde 1989 “la represión política no ha eliminado las ansias por lograr libertades básicas y un gobierno que rinda cuentas”, sino que en lugar de ello “sólo ha agravado la falta de legitimidad del Partido”, refiriéndose al PCC.
Las manifestaciones de 1989 habían iniciado en el mes de abril y también abarcaron otras ciudades, en mayo el gobierno declaró ley marcial y en la madrugada del 3 al 4 de junio el ejército simplemente abrió fuego sobre los manifestantes.
Según recuerda HRW, la violencia militar provocó que muchos ciudadanos atacaran a los vehículos militares. Luego de la masacre, el gobierno desató una persecución a nivel nacional y miles de personas fueron arrestadas bajo cargos como comportamiento “contra revolucionario”, perturbar el orden social o provocar incendios.
El gobierno chino nunca ha asumido responsabilidad alguna por la masacre ni ha buscado asentar responsabilidades legales sobre los responsables directos; del mismo modo se ha negado a divulgar información sobre las personas asesinadas, heridas, desaparecidas o detenidas.