ORGULLO GAY MÉXICO
El movimiento antigay se atribuye la derrota del PRI
Las iglesias mexicanas, en pie de guerra contra el matrimonio homosexual de Peña Nieto
Por Jacobo García / México / El País"Hace años, tener preferencias homosexuales era considerado una patología psicológica y hoy en día hay marchas del orgullo gay. ¿Cómo se pasó de uno al otro extremo?" se pregunta la revista Desde la fe de la Arquidiócesis de México.
El artículo, publicado hace una semana, se suma una larga lista de textos y movilizaciones puestas en marcha por los sectores más reaccionarios de México para frenar la reforma constitucional impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto.
Según ese texto entre los “peligros” de la nueva ley están “promover el estilo de vida homosexual desde la tierna infancia y que los niños puedan cambiar de género”.
Excentricidades al margen, desde los púlpitos, las plazas, los editoriales y las redes sociales, las iglesias mexicanas —católicos y evangélicos— han tocado a rebato para impedir que prospere el matrimonio homosexual, con el que el telegénico mandatario en horas bajas trata de recuperar la iniciativa política.
La embestida conservadora celebra como una victoria propia el hundimiento del PRI en las elecciones del pasado domingo, en las que el partido en el poder perdió siete de los 12 Estados en disputa.
El que será nuevo gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, del conservador Acción Nacional (PAN), reconoció que la propuesta de matrimonio igualitario le “ayudó" a ganar las elecciones.
“Peña Nieto y el PRI ha pagado en las urnas el coste electoral de presentar iniciativas contra los valores mexicanos”, dijo Luis Losada Pescador, un periodista español, director de campañas de una plataforma antiabortista llamada CitizenGO que abandera la causa y que califica de “gaymonio” la reforma constitucional. “Puede que Peña Nieto esté tratando de ganarse la amistad externa, pero ha cosechado el rechazo interno”, dijo.
A mediados de mayo, Peña Nieto, con uno de los índices de popularidad más bajos del continente, anunció una reforma del artículo IV de la Constitución para reconocer la igualdad de derechos en el matrimonio homosexual, incluido la adopción.
Desde entonces más de 1.000 organizaciones religiosas se unieron en el Frente Nacional por la Familia (FNF) y se han lanzado a una masiva recogida de firmas expresando su repudio. Un día antes de la jornada de votación de este domingo, 2000 iglesias y 50 líderes de asociaciones evangélicas —que reúnen a más de 11 millones de files— presentaron un documento defendiendo el matrimonio como la única figura “para que los futuros mexicanos crezcan en un ambiente idóneo para su sano crecimiento”.
Entre la iglesia católica la reacción ha sido similar aunque con distintas tonalidades. Desde la ortodoxia del cardenal Norberto Rivera al ofensivo obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, quien comparó la homosexualidad con una enfermedad y dijo que Peña Nieto está en manos del lobby gay instrumentalizado por la Naciones Unidas. Otros religiosos considerados progresistas, como el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, criticaron la utilización de la palabra matrimonio. En el otro extremo un verso libre llamado Alejandro Solalinde, dijo que es “homofóbica” la postura de la Iglesia.
Según ese texto entre los “peligros” de la nueva ley están “promover el estilo de vida homosexual desde la tierna infancia y que los niños puedan cambiar de género”.
Excentricidades al margen, desde los púlpitos, las plazas, los editoriales y las redes sociales, las iglesias mexicanas —católicos y evangélicos— han tocado a rebato para impedir que prospere el matrimonio homosexual, con el que el telegénico mandatario en horas bajas trata de recuperar la iniciativa política.
“Uno de los peligros del matrimonio homosexual es que los niños puedan cambiar de género”
La embestida conservadora celebra como una victoria propia el hundimiento del PRI en las elecciones del pasado domingo, en las que el partido en el poder perdió siete de los 12 Estados en disputa.
El que será nuevo gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, del conservador Acción Nacional (PAN), reconoció que la propuesta de matrimonio igualitario le “ayudó" a ganar las elecciones.
“Peña Nieto y el PRI ha pagado en las urnas el coste electoral de presentar iniciativas (…) contra los valores mexicanos”, dijo Luis Losada Pescador, un periodista español, director de campañas de una plataforma antiabortista llamada CitizenGO que abandera la causa y que califica de “gaymonio” la reforma constitucional. “Puede que Peña Nieto esté tratando de ganarse la amistad externa, pero ha cosechado el rechazo interno”, dijo.
A mediados de mayo, Peña Nieto, con uno de los índices de popularidad más bajos del continente, anunció una reforma del artículo IV de la Constitución para reconocer la igualdad de derechos en el matrimonio homosexual, incluido la adopción.
“El matrimonio homosexual ayudó a ganar las elecciones”
Desde entonces más de 1.000 organizaciones religiosas se unieron en el Frente Nacional por la Familia (FNF) y se han lanzado a una masiva recogida de firmas expresando su repudio. Un día antes de la jornada de votación de este domingo, 2000 iglesias y 50 líderes de asociaciones evangélicas —que reúnen a más de 11 millones de files— presentaron un documento defendiendo el matrimonio como la única figura “para que los futuros mexicanos crezcan en un ambiente idóneo para su sano crecimiento”.
Entre la iglesia católica la reacción ha sido similar aunque con distintas tonalidades. Desde la ortodoxia del cardenal Norberto Rivera al ofensivo obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, quien comparó la homosexualidad con una enfermedad y dijo que Peña Nieto está en manos del lobby gay instrumentalizado por la Naciones Unidas. Otros religiosos considerados progresistas, como el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, criticaron la utilización de la palabra matrimonio. En el otro extremo un verso libre llamado Alejandro Solalinde, dijo que es “homofóbica” la postura de la Iglesia.
Con esta reforma México, donde el 82% de la población dice ser católico, se suma al grupo de cinco países de América Latina —Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia y la Guayana Francesa— que avalan el matrimonio homosexual.
Aunque existía una sentencia previa de obligado cumplimiento de la Corte Suprema, estados conservadores como Yucatán o Baja California se resisten a su aplicación y “desacatan abiertamente una norma de la Corte”, denuncia Estefanía Vela, responsable del Área de Derechos Sexuales y Reproductivos del CIDE.
Según la investigadora, “el derecho al matrimonio ya estaba conquistado aunque muchos estados argumentaban problemas legales para no celebrarlos”.
Sin embargo, han surgido voces dentro del PRI que piden recular de cara a las elecciones presidenciales. Francisco Labastida, excandidato presidencial del PRI en el año 2000, dijo en una entrevista que la ley de matrimonio homosexual no ayudó a su partido y complica su victoria en 2018.
El temor ahora entre los activistas es que el tsunami conservador gane en la calle lo que lograron a base de amparos legales y la iniciativa de Peña Nieto muera en un cajón ante el poco éxito electoral cosechado.
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