Yoenis, Yoani, Yúnior…
Cómo nombrar a un niño cubano
Yotuel, cantante, músico y actor cubano
Por Eli Rosenberg / The New York Times
La lista de la selección cubana de béisbol está curiosamente orientada hacia las últimas letras del alfabeto. Incluye a Yordanis, Yurisbel, Yúnior, Yeniet y Yorbis: más de una cuarta parte de los nombres de los 41 jugadores que fueron convocados para participar en el histórico juego contra los Tampa Bay Rays, en La Habana, empiezan con “Y”.
Esto refleja una tendencia nacional que se conoce informalmente como “Generación Y”: miles de personas que nacieron hacia finales de la Guerra Fría con nombres poco comunes que empiezan con la misma letra. Quizá el ejemplo más conocido sea Yoenis Céspedes, el jardinero y poderoso bateador de los Mets de Nueva York, quien nació en Cuba en 1985.
Las semillas de esta nomenclatura poco convencional podrían haberse plantado durante la Revolución Cubana, que llevó a los padres a alejarse de los nombres bíblicos. La influencia de la Unión Soviética, con sus “Yevgenis” y “Yuris”, también pudo ser un factor determinante.
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la causa: ¿es tributo o rebelión? La disolución de la Unión Soviética fue catastrófica para Cuba pues marcó el inicio de la época que se conoce como “periodo especial”, la combinación de una larga crisis económica con la recesión a principios de los 90.
Lillian Guerra, profesora de la Universidad de Florida, considera que la “Generación Y” forma parte de una tradición más amplia de nombres creativos en Cuba que son un símbolo de resistencia cultural. Guerra señaló que nombres poco comunes como Milaidys, una castellanización fonética de “My lady”; Dianisleysis, en honor a la Princesa Diana; y, nombres tan extraordinarios como “Onedollar”, “Usnavy”, “Usmail”, “Usarmy” y “Usa” surgieron del contacto de los cubanos con los viajeros y la cultura estadounidenses durante los noventa.
“Los nombres eran deliberados”, explicó Guerra. “Uno no nombra a su hijo sin pensarlo primero”.
En las últimas dos décadas se observan signos de que los nombres cubanos están volviendo a patrones más convencionales, dice Guerra, quien ha escrito sobre la “Generación Y”. Yoani Sánchez, una célebre disidente cubana que tiene un famoso blog llamado “Generación Y”, escribió en 2010: “Desde hace algunos años soplan aires más calmados a la hora de nominar a un niño”. Ella expresó su alivio cuando un amigo suyo le puso a su bebé Juan Carlos.
Después de décadas en las que “los cubanos nombraron a sus hijos con una libertad que no lograban experimentar en otras esferas de la vida”, escribió Sánchez, “la cordura ha regresado al acto de nombrar los hijos”.