Ex alto funcionario afirma que
Trump está en la lista de los demagogos populistas
Venezolanos encuentran un notable paralelo entre Donald Trump y Hugo Chávez
Entre las similitudes se incluyen el estilo, la retórica polarizada y el ‘machismo’
Cuando algunos latinoamericanos escuchan los estridentes discursos de Donald Trump, el tono les parece relativamente familiar y les recuerda a la política en su país. Aunque Trump procede del lado opuesto del espectro político que el ex mandatario venezolano Hugo Chávez, algunos latinos ven un estilo similar en sus desplantes populistas y sus virulentos ataques contra quienes se les oponen.
Para algunos latinoamericanos, escuchar a Donald Trump despotricar sobre si esto o aquello es “asqueroso” les resulta tristemente familiar. Eso les recuerda a sus países de origen.
La semana pasada, en un mítin de campaña, Trump advirtió a sus partidarios que, si Hillary Clinton saliera electa, llevaría a Estados Unidos a un abismo económico como el que está sintiendo Venezuela.
Pero para Andrés Cáceres, que se crió en Venezuela antes de venir a vivir a Miami hace 16 años, esas advertencias apocalípticas lo preocupan. Trump suena demasiado parecido a los tristemente famosos caudillos de América Latina.
“Él me recuerda demasiado a Chávez”, dijo Cáceres, de 29 años, refiriéndose al difunto Hugo Chávez, cuyo régimen impulsó a la familia Cáceres a huir a Estados Unidos. “Estos caudillos. Es el mismo ‘estira-encoge’ de nuevo. Es triste que hasta la gente de este país sea vulnerable a eso, porque los latinos lo saben”.
¿Es Trump un caudillo al estilo latinoamericano?
Cuando algunos latinoamericanos escuchan los estridentes discursos de Donald Trump, el tono les parece relativamente familiar y les recuerda a la política en su país. Aunque Trump procede del lado opuesto del espectro político que el ex mandatario venezolano Hugo Chávez, algunos latinos ven un estilo similar en sus desplantes populistas y sus virulentos ataques contra quienes se les oponen.
Es posible que la tendencia política del magnate inmobiliario Trump sea exactamente la opuesta a la del socialismo de Chávez, pero expertos afirman que usa las mismas herramientas que Chávez y otros caudillos carismáticos han usado para seducir al público. Lo políticamente correcto se tira por la ventana y se reemplaza con bravuconerías. Se describen a sí mismos como los únicos líderes capaces de devolver a sus países a la gloria anterior.
Francisco Mora, subsecretario de Defensa del 2009 al 2013, dice que Trump es la “versión norteamericana” del caudillo.
Los detalles serán diferentes, dijo Mora, pero el patrón general es el mismo: el carisma, la personalidad polarizante, la exacerbación de los temores y el mensaje en contra de lo establecido.
HIPNOTIZAN AL PÚBLICO
“Trump está claramente en la línea de los demagogos populistas, lo cual significa que él hace todo tipo de promesas inverosímiles”, dijo Mora, quien es ahora director del Centro de América Latina y el Caribe en la Universidad Internacional de la Florida. “Lo mismo que los caudillos de América Latina, él es extremadamente divisivo. La oposición no es la oposición, es el enemigo. Es la demonización del otro”.
Los mejores políticos tienen la habilidad de entusiasmar a grandes grupos de personas. Pero Mora dijo que Trump y los caudillos funcionan a un nivel más profundo. Ellos pueden hipnotizar a su público. Desarrollan una apariencia casi mesiánica, que trasciende las instituciones que, según ellos, están corrompidas.
Trump puede ser agresivo, y califica a su oponente demócrata Hillary Clinton de débil y de mentirosa a nivel mundial. Le gusta decir que nadie será tan duro con el Estado Islámico de lo que él será. Hizo un llamado a una prohibición temporal de entrada en Estados Unidos a todos los musulmanes.
“La reacción políticamente correcta actual lastra nuestra capacidad de hablar y pensar y actuar con claridad”, dijo durante un mítin en Nueva Hampshire en junio tras la masacre en el club nocturno gay de Orlando. “No estamos actuando con claridad, no estamos hablando con claridad. Tenemos problemas. Si no nos ponemos duros, y si no nos ponemos alerta, y pronto, vamos a perder a nuestro país. No va a quedar nada, absolutamente nada”.
Chávez usó expresiones similares para denunciar el “imperialismo” de Estados Unidos. En la televisión, calificó al ex presidente estadounidense George W. Bush de “cobarde” y de “burro”.
“Si algún día se te ocurre la locura de invadir Venezuela, te espero en esta sabana”, dijo Chávez. “¡Dios, libra al mundo de esta amenaza!”.
Hay otras cosas similares, incluyendo sus alardes de masculinidad. Trump se ha jactado de su potencia sexual y ha defendido su hombría. Chávez se dirigió una vez en público a su esposa diciendo: “Marisabel, prepárate, que esta noche te voy a dar lo tuyo”.
Para el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, no se trata de una cuestión de estilo, sino de sustancia. Él ve métodos parecidos de política exterior de Trump y el régimen de Chávez que son más alarmantes que el hecho de que Trump diga malas palabras o se ponga a alardear como Chávez.
Chávez y el actual gobernante venezolano, Nicolás Maduro, restringieron el comercio y tomaron medidas agresivas hacia la vecina Colombia. Quiroga dijo que Chávez y Maduro “sabotearon” los acuerdos de libre comercio. Y, lo mismo que las promesas de Trump de construir un muro en la frontera con México, Venezuela asumió una posición contraria a Colombia y deportó a muchos inmigrantes colombianos indocumentados que vivían cerca de la frontera. Familias enteras quedaron divididas, dijo Quiroga.
“El encajaría perfectamente con los chavistas”, dijo Quiroga refiriéndose a Trump.
La campaña de Trump no respondió a una solicitud de comentario. Pero Dahlys Hamilton, quien encabezó el grupo Patriotas Hispanos por Trump y es asesor de la Coalición Nacional de Diversidad de Trump, dijo que semejantes comparaciones son risibles: Chávez era un liberal salido de la pobreza, mientras que Trump es un multimillonario que se está postulando como republicano.
EL ENCANTO DE LOS “NO POLÍTICOS”
Chávez resultó electo tras una severa crisis económica, cuando el 65 por ciento de los venezolanos estaba viviendo en la pobreza. La popularidad de Trump, por su parte, se ha alimentado en parte de estadounidenses de clase obrera hartos de los inmigrantes ilegales, que ellos consideran que han recibido privilegios que ellos mismos no tienen.
“Miren lo que está pasando ahora mismo en Venezuela”, dijo Hamilton. “La gente está buscando comida en la basura. Eso es lo que Chávez hizo. Trump no nos va a hacer eso a nosotros. Chávez fue un dictador. Trump no está tratando de dictar nada a nadie. El está tratando de protegernos”.
Pero la promesa de Trump de “Hacer grande a Estados Unidos” (Make America Great) es un mensaje que según los expertos se alimenta de las preocupaciones sobre el aumento de la desigualdad de ingresos y el resentimiento. Y eso es muy parecido al mensaje de Chávez y otros caudillos que criticaron a la élite gobernante.
Javier Corrales, profesor de Ciencias Políticas de Amherst College, alega que Trump tiene otra semejanza de campaña en común con los “no políticos convertidos en presidentes” como Chávez, Alberto Fujimori en Perú, Rafael Correa en Ecuador, y Evo Morales en Bolivia.
Su pretensión de fama era que no tenían experiencia en el sistema político, dijo Corrales. Para ellos, nada es peor que un político profesional que, según su punto de vista, es corrupto e incompetente.
Corrales dijo que Hillary Clinton podría aprender algo de estos “no políticos”, en particular en lo que se refiere a poner en evidencia la inexperiencia de Trump.
En Bolivia, Morales pareció subir en las encuestas de campaña cuando sus oponentes, ambos ex presidentes, lo criticaron, exactamente como sucedió en las primarias republicanas, cuando los políticos de mayor experiencia como Jeb Bush criticaron a Trump por no tenerla, y acabaron alimentando su popularidad, dijo Corrales.
“Tiene que haber otra forma de debilitar a Trump”, dijo Corrales. “Creer simplemente que al poner de manifiesto la experiencia propia ella va a hacer lucir mal a Trump, eso sólo funciona con las personas que no están buscando a un novato, a un no político, como Trump”.
La decisión de Trump de prohibir la entrada del Washington Post a sus eventos de campaña a principios de mes recuerda asimismo las legendarias peleas que los caudillos han tenido con la prensa.
Trump, asimismo, ha prometido “abrir” las leyes federales contra la difamación para hacer más fácil demandar a reporteros y editores.
Correa también tiraniza a los periodistas. Demandó al periódico más importante de Ecuador,El Universo, por $40 millones. Tres editores fueron sentenciados a tres años de cárcel acusados de difamar al presidente en un editorial. Chávez cerró los medios de prensa independientes y estableció redes de prensa controladas por el estado.
Cada vez más, Mora pide a muchos latinos en Miami que piensen en los países de los que huyeron, debido a los “populistas divisivos” que encabezaron formas particulares de gobierno y que fueron atractivas al principio. Ellos huyeron porque entendieron cuáles serían los resultados.
“Ahora lo estamos viendo aquí”, dijo.