TV cubana en Miami, con propaganda del gobierno y burla a balseros Se vende como entretenimiento, pero esta televisión tiene contenido propagandístico Los cubanos en la isla pagan “el paquete’ para no ver esta televisión y Pánfilo se burla de los balseros
Luis Silva, el actor que interpreta a Pánfilo, estuvo recientemente en Miami y se burló de los balseros en un video.
Por Fabiola Santiago
La era del acercamiento con Cuba ha viajado al reino del absurdo.
No logramos exportar la democracia, pero la televisión cubana, conocida por el propagandismo, hace su debut en Estados Unidos.
“De Cuba a la Yuma”, se enorgullece el folleto de ventas de DishLATINO que llegó a mi buzón de correo, en el que se vende en lenguaje popular cubano un nuevo canal de programación de la isla aprobada por el estado caribeño y encaminada a Estados Unidos.
“CUBAMAX TV ha llegado...” Le falta a este proyecto producción artística de calidad y la libertad para crear, algo que era de esperarse de una entidad con una conexión directa con el gobernante partido comunista.
Sin embargo, el proveedor de satélite de EEUU y sus socios insisten en que los programas cubanos no son una herramienta aburrida para el adoctrinamiento velado como entretenimiento. Lo que mis connacionales estadounidenses y yo experimentaremos, dicen, es “una ventana abierta a la cultura cubana vía películas, novelas, documentales, música y programas infantiles”. Si existe alguna duda sobre la autenticidad, la silueta de un antiguo convertible – firma de una Habana congelada por el tiempo antes de las nuevas relaciones y un cliché visual de uso excesivo en estos días– se yuxtapone contra la centelleante línea de los rascacielos de Miami por la noche.
“Puro entretenimiento, y más na’ ”, promete DishLATINO. Esta es la única garantía de que no hay dogma en su paquete. Pero no vale mucho. Cuando revisé las escuetas ofertas, con la excepción de algunas películas que ya se han visto en Miami, lo que vi fue producciones de instituciones oficiales como CubaVisión, que se vende a sí misma como “Fidelistas por siempre”.
La política es muy evidente. El programa policial Serie Policiaca Uno presenta a las fuerzas del Ministerio del Interior de Cuba, que reprimen a la población, como protagonistas heroicos y solucionadores de crímenes. La sinopsis lo describe así: “Jóvenes profesionales que van tras los criminales, enfrentan situaciones terribles, así como temas personales que marcan sus vidas, integrados en un equipo asistido por la inteligencia y la ciencia, y apoyado por la experiencia del sistema policial del país”.
La famosa comedia, Vivir del cuento, un título de doble sentido que significa vivir con fantasía y sobrevivir con el ingenio, tiene como protagonista a Pánfilo, comediante cubano que el presidente Barack Obama catapultó a la fama al aparecer en un sketch con él para promover su visita a Cuba en la televisión cubana. Vi algunos episodios en YouTube. El personaje de 80 años de edad es lo que llamamos en español un bofe, y su humor está codificado con temas cubanos que parecen críticos, pero llevan adelante la agenda del gobierno.
El actor que interpreta a Pánfilo, Luis Silva, visitó recientemente Miami para promover CUBAMAX TV, ¿y adivinen qué hizo? Mientras viajaba en bote por la Intracostera de la ciudad, hizo un video en el que se burla de los balseros que arriesgan sus vidas en el mar para huir de Cuba.
Claro que no, no hay política.
Por $34.99 al mes la suscripción, DishLATINO le llevará a su casa 24 horas de dramas de bajo presupuesto y mal actuados, propaganda pornográfica comunista suave y programación para los niños cubanos.
Ahora usted también puede criar a su hijo para que sea un buen soldado de la revolución, como Eliancito. Cincuenta y siete años de un fidelismo dogmático, en los que los cubanos siguen huyendo de la isla de la forma en que pueden –y en cifras récord después de la colaboración entre Cuba y Estados Unidos. Y ahora le vendemos en Miami tele cubana a esos “refugiados”, que en Cuba, para evitar la televisión nacional, pagan por un “paquete” que circula en el mercado negro con programas estadounidenses y cubanos hechos en Miami. Ahora que esos cubanos están aquí, se les busca como... ¡consumidores de la televisión cubana! Objetivos fértiles para la venta de productos del estado del que huyeron –algo tan kafkiano.
Y usted, también, un norteamericano recién enamorado de Cuba, es una audiencia objetiva. Abra esa ventana a un ciclo de 24 horas de la línea totalitaria del partido, la desinformación y las medias verdades. La distribución es nacional en caso que busque sentir algunas emociones izquierdistas del Tercer Mundo.
Viva la Yuma, afortunada tierra donde no hay censura, donde te puedes suscribir a toda la televisión basura que puedan soportar tus células cerebrales.