Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Regreso a Ítaca, una pequeña historia cubana de miedo, no de terror
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanodelmundo  (Mensaje original) Enviado: 29/07/2016 17:29
 ‘Regreso a Ítaca’
Una pequeña historia de miedo, no de terror
Los mastines de la política cultural sabían bien que ‘Regreso a Ítaca’ no era una bomba
 
eceef-Regreso-a---taca2.jpg (1024×640)
Fotograma  ‘Regreso a Ítaca’
              Por Ernesto Santana Zaldívar  | La Habana  | Cubanet
Que anda por la calle una película sobre el miedo en Cuba no es una noticia que valga la pena. En los puntos de venta autorizados se pueden encontrar materiales fílmicos mucho más peligrosos desde el punto de vista político. Eso no les preocupa a los vendedores porque saben que tampoco le preocupa al gobierno.
 
Los mastines de la política cultural sabían bien que Regreso a Ítaca no era una bomba. Pero no quisieron darle un recibimiento oficial, la censuraron en el Festival de Cine de 2014 y solo permitieron exhibirla un día en el Chaplin, sin pasarla en otras salas, aunque hubiera ganado poco antes el premio de la sección informativa “Venice Days” en el Festival de Cine de Venecia.
 
Ese pobre destino ha sido también el de muchas películas cubanas y casi cubanas, incluso algunas producidas por el Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas (ICAIC). Hoy, no obstante, Regreso a Ítaca —como otros filmes cubanos censurados, algunos más desagradables aun para el régimen y hasta con peores acusaciones— puede ser encontrada en cualquier punto de venta de películas pirateadas. Y no pasa nada, claro, porque lo asombroso, lo realmente asombroso es que a estas alturas una película así pueda resultar asombrosa para algunos.
 
Y no hablo de la grosera izquierdocracia de rincón a la que por momentos parece estar dirigida la historia —algo así como: “Miren, perdonen que nos quejemos, pero es que a veces nuestros líderes no se han portado tan bien con nosotros como ustedes piensan”—, sino de cubanos silenciados durante decenios, gente que ha vivido lo peor y que, sedienta de verdad, agradece una película como esta.
 
Puede parecer muy mezquino no agradecer algo que muchos buenos agradecen —una obra que, por cierto, no se han atrevido a ofrecer otros creadores—, pero en verdad no parece que el problema esté en agradecer o no un regalo que viene a vindicarnos, o al menos a aliviarnos, de muchas desdichas, de mucho silencio.
 
En primer lugar no estamos hablando de cine cubano, sino de una película francesa basada en un episodio de una novela del escritor cubano Leonardo Padura. Hasta qué punto Padura, el director Laurent Cantet o Lucía López Coll son los máximos responsables del guion, tampoco es determinante. Los tres ya habían colaborado en el guion de uno de los cuentos de 7 días en La Habana, de 2012, pero este libreto es sin duda superior.
 
“Es una historia muy fuerte sobre el amor, la fidelidad, la traición, el exilio, todo con personajes de mi generación”, declaró Padura en una ocasión al blog Café fuerte, añadiendo: “Con el cine nunca se sabe lo que puede pasar hasta que no se confronta con el público, pero estoy muy satisfecho con lo que vi y creo que va a ser una película impactante”.
 
También explicó el escritor que trataba sobre “una generación rota, marcada por el desencanto y la frustración, pero también —y sobre todo— es una historia de fidelidades a la amistad y los principios, una crónica de la supervivencia”.
 
También pudiera verse como un producto concebido para aquellos, en el extranjero, que no quieren una buena película, sino solo otra más que “se atreva” con temas difíciles y poco atractivos para el gobierno “atrincherado” de La Habana. O sea, esa visión light de cierta academia y de cierta izquierda, en el arte cinematográfico, que se corresponde con el reciclaje político que el mundo civilizado está haciendo del último medio siglo cubano. Estrecho camino que, como sabemos, pasa entre las dos grandes rocas de la hipocresía y del cinismo.
 
Se puede ver también como concebida para ese público cubano que con frecuencia se reúne a tomar ron y a hablar mal del gobierno, en veladas llenas de cuentos de horrores, traiciones y desastres sin cuento —valga la expresión—, aunque, según testimonio de los vendedores de discos piratas, es difícil saber si Regreso a Ítaca ha tenido buena aceptación, pues siempre se vende en combos de varios filmes cubanos, o sea, cinco o seis en el mismo DVD.
 
Por otra parte, sí está claro que no es de las que más buscan los consumidores jóvenes. Y, en cualquier caso, se comprende que una película digamos que minimalista, de casi hora y media en una azotea y en un comedor, con cinco cincuentones frustrados hablando del pasado —donde, para colmo, los más frustrados son un escritor y un pintor maltratados por funcionarios del Ministerio de Cultura—, pueda parecer a los de peor vida casi una novelita rosa.
 
O también parecer otro pequeño paso de esa arqueología que se ha lanzado a explorar morosamente, el basurero revolucionario. Cada cinco años o dos decenios, da igual, surge una revelación —“hubo homofobia”, “hubo chivatería”, “hubo tremenda porquería”—, y resulta triste que el cine cubano, en este caso, se dedique tanto a una huronería tan epidérmica, a una búsqueda tan desmayada, a tan honda confesión de alta anemia.
 
Si esa es su misión —o sea, revelarnos la verdad de lo que ha ocurrido, y que será siempre, claro, “una” verdad—, ¿cuándo nos descubrirá el corazón del estercolero, que está a ojos vista? Obviamente, como ha pasado con todas las dictaduras, hay que esperar a que esta termine. Pero, mientras tanto, que nadie lo dude, en medio de una cinematografía comatosa, puede hacerse un filme decente, como Conducta.
 
Porque no es que haya que exigirle a nadie que haga denuncias tremendas. Es que a quien vaya con misión de denunciar no le deben temblar la mano ni la voz, y no puede ofenderse, como si fuera asunto meramente personal, cuando le exijan más entereza y cuando le pidan que no le tiemblen ni la mano ni la voz.
 
Por otra parte, recordemos también que la película trata sobre el miedo. Así que tampoco podemos pedirle al quien viene a denunciar el miedo que no le tiemblen la mano ni la voz. Al final tenemos que agradecer cualquier servicio, incluso temeroso, porque el miedo forma parte de una pequeña historia empotrada en una historia mayor. Y terrible, a qué dudarlo.
 
8.tif (720×330)
Fotograma  ‘Regreso a Ítaca’  
 
Fuente Cubanet


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanodelmundo Enviado: 29/07/2016 17:29



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados