Hombre confiesa asesinato de niño secuestrado en Minnesota en 1989
Un hombre en Minnesota confesó haber secuestrado y matado a un niño de 11 años en 1989, resolviendo
el misterio de un crimen que generó nuevas leyes para evitar el abuso sexual de menores, se informó el martes
Jacob Wetterling poco antes de su secuestro
Estamos en un profundo dolor. No queríamos que la historia de Jacob terminase de esta manera». La esperanza es lo último que se pierde incluso en las circunstancia más extremas. Hace 27 años, Jacob Wetterling estaba montando en bicicleta cuando desapareció sin dejar rastro. Hace días aparecieron sus restos.
El 22 de octubre de 1989, Jacob pasaba un rato agradable junto a sus hermanos cuando un hombre enmascarado se lo llevó a punta de pistola. Ni siquiera el testimonio de los niños sirvió para arrojar luz sobre un caso que tuvo a la seguridad estadounidense en jaque durante décadas. Su caso fue tan mediático que dio nombre a una Ley (la Ley Jacob Wetterling de 1994), que obligaba a los distintos a realizar un registro de personas que hubieran cometido delitos sexuales o violentos contra menores.
Danny Heinrich confesó haber matado a Jacob Wetterling, cuando se declaró culpable de poseer pornografía infantil, cargos que podrían dejarlo encarcelado por décadas.
Cuando se le preguntó si había secuestrado, violado y asesinado a Jacob, Heinrich respondió: "Sí, lo hice".
Heinrich, de 53 años y originario de Annandale, guió a detectives hacia los restos del pequeño en un campo rural de Minnesota la semana pasada, dijo a la AP una fuente policial que habló a condición de anonimato. El departamento policial del condado Stearns dijo que los restos de Jacob fueron identificados el sábado.
Presentado frente a la corte, Heinrich confesó haber secuestrado al niño en un camino cerca de la vivienda del pequeño en la comunidad de St. Joseph, Minnesota el 22 de octubre de 1989. Las autoridades lo calificaron como una persona de interés en el caso cuando lo acusaron de poseer pornografía infantil.
Heinrich estuvo desde hace tiempo en la mira de la policía. Fue interrogado inicialmente poco después de la desaparición de Jacob, pero él aseguró que era inocente y no había suficientes pruebas para detenerlo. Volvieron a considerarlo al reevaluar el caso cuando se cumplieron 25 años de la desaparición del menor.
Como parte de esas gestiones, los detectives reexaminaron la violación de Jared Scheierl, de 12 años y originario de Cold Spring, nueve meses antes de la desaparición de Jacob. Los detectives sospechaban que los dos casos estaban relacionados.
Usando tecnología que no existía en 1989, los policías detectaron ADN de Heinrich en el suéter de Scheierl y usaron esa información para conseguir una orden de allanamiento contra la vivienda de Heinrich, donde hallaron una enorme colección de pornografía infantil. Había expirado el plazo para acusarle por la violación de Scheierl, pero un jurado investigador le instruyó de 25 cargos de poseer pornografía infantil.
Por lo general la AP no identifica a víctimas de agresiones sexuales, pero Scheierl ha hablado en público de lo que le pasó afirmando que le ayuda a procesar su trauma y que podría ayudar a la policía a encontrar tanto a su atacante como al de Jacob.
El caso de Jacob estremeció a la comunidad rural de Minnesota, pues muchos padres ya no dejaron que sus hijos salieran a jugar libremente. La foto del pequeño quedó grabada en la memoria de muchos habitantes del estado, donde proliferan los carteles y afiches con su retrato.
Su madre, Patty Wetterling, nunca abandonó esperanzas de hallarlo con vida. Fue una activista a favor de niños desaparecidos y junto con su esposo, Jerry Wetterling, fundó el Centro de Recursos Jacob Wetterling, que ayuda a la comunidad a prevenir la explotación sexual de menores. En 1994, el Congreso aprobó una ley que lleva el nombre de Jacob y que exige a todos los estados mantener una base actualizada de sus depredadores sexuales.
Así termina una de los casos que más marcó a la sociedad estadounidense durante años. La desaparición de Jacob Sterling provocó que los padres deMinnesota fueran más cautelosos a la hora de dejar a sus niños solos. También su historia inspiró un documental titulado de «The Hunt». Un documental que ya no tendrá final feliz, por mucho que sus padres puedan por fin velarlo.