Decenas de peticiones de hombres
y mujeres para cambiar oficialmente su nombre
Pamela Valenzuela, con su nueva tarjeta de identidad.
Los bolivianos transgénero ya tienen identidad
Por Fernando Molina
Se llamaba Víctor Valenzuela. El 1 de agosto se convirtió en Pamela Geraldine Valenzuela Rengel, la primera transexual cuya nueva identidad reconociera el Estado boliviano. Detrás de ella, varias otros hombres que se sienten mujeres, o viceversa, están presentando sus solicitudes para obtener la identidad legal que mejor les acomoda.
Deben darse prisa, pues el Tribunal Constitucional está considerando un “amparo” solicitado por las iglesias, el cual puede detener la ley que permite estos cambios, aprobada a fines de mayo pasado, pero que no había estado operativa hasta ahora.
La ley fue aprobada por parlamentarios de la mayoría oficialista y de la minoría opositora --de izquierda y derecha, respectivamente--, para “corregir la injusticia” que ponía a alrededor de 5.000 personas en la marginalidad y como objeto de abusos de las autoridades y los particulares. Autoriza a los transexuales a registrarse de nuevo con otro sexo, siempre y cuando haya una opinión psicológica favorable para ello.
Una alianza de la Iglesia Católica con los protestantes presentó un recurso de amparo contra la ley porque “no coincide con la Constitución”, la cual define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Al mismo tiempo, esta norma podría allanar el camino a una boda legal entre varones o mujeres homosexuales y sus parejas transexuales, posibilidad que los defensores de la misma consideran remota.
Los religiosos también argumentan que el Estado no puede proteger simultáneamente la transexualidad, que según ellos es “contra natura”, y la familia, como la ley lo obliga a hacer. En consonancia, en una ocasión miles de personas, sobre todo jóvenes conducidos por sacerdotes, han salidoa las calles a defender la “familia natural”, algo que ha preocupado a los sectores “más prácticos” del gobierno. Sin embargo, el presidente Evo Morales, quien había dicho una vez que “no entiende” a los gays y las lesbianas, respaldó el avance jurídico.