Los servicios aéreos de la isla parecen congelados en el tiempo
Las aerolíneas de EE.UU. se chocan con la realidad de reanudar sus vuelos a Cuba
Por Scott Mccartney
A poca distancia de Florida, volar a Cuba debería ser fácil. Sin embargo, la reanudación de vuelos programados después de 55 años no ha sido un paseo para las aerolíneas de Estados Unidos.
Los vuelos regulares tampoco serán exactamente normales para los pasajeros estadounidenses. Así como la sociedad cubana parece congelada en el tiempo para los estadounidenses, también lo parecen los servicios de las aerolíneas. El autoservicio y el registro por adelantando son conceptos extraños, al menos por ahora. Largas filas en los aeropuertos y esperas más largas por el equipaje han afectado los vuelos chárter a la isla. Pasar por inmigración puede ser tedioso y los requisitos para viajar son complicados.
De todos modos, las aerolíneas estadounidenses dicen que intentan poner en marcha una revolución del servicio, y están seguras de que pueden superar los obstáculos, como algunos sistemas técnicos que no son compatibles y restricciones a la exportación de software codificado de servicio al pasajero que es vital para el sector.
“No va a ser una experiencia fabulosa, pero no será una mala experiencia”, dice Peter Cerda, vicepresidente regional de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, que ha trabajado en estrecha colaboración con las autoridades cubanas y las líneas aéreas estadounidenses. “Tarde o temprano, la tecnología que ahora damos por sentado (...) tendrá que ser implementada en Cuba”.
Los lazos comerciales entre EE.UU. y Cuba comenzaron a germinar después que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció en 2014 el aumento de los viajes bajo el prolongado embargo contra el gobierno castrista. JetBlue realizó el primer vuelo regular entre los dos países el 31 de agosto, y esta semana American comenzará a volar a cinco de las seis ciudades cubanas que va a conectar.
Southwest, Delta, United, Spirit, Frontier, Alaska y Silver Airways han sido ya autorizadas para volar entre los dos países. Cubana, la aerolínea de bandera de Cuba, está explorando alianzas con aerolíneas estadounidenses en lugar de volar a EE.UU. Una cuestión pendiente es determinar si las empresas estadounidenses o las personas que perdieron propiedades y negocios después de la Revolución Cubana intentarían embargar los aviones de la aerolínea para cobrar sus reclamos.
Las restricciones sobre los estadounidenses para viajar a Cuba se han suavizado, pero no han sido eliminadas. Los estadounidenses pueden ir sólo si el propósito de su viaje coincide con una de las 12 categorías permitidas, tales como actividades educativas o religiosas. Sin embargo, las personas pueden autocertificar su viaje, y no está claro qué tipo de verificación hará el gobierno de EE.UU., si es que lo hace. El turismo no es una de las 12 categorías, y las regulaciones prohíben el exceso de tiempo libre o de recreación durante la estadía, por lo que decir simplemente que planea tomarse unas vacaciones en una isla de playas inmaculadas y resorts de cuatro estrellas frecuentados por europeos, canadienses y otros, no cumplirá los requisitos.
Aun así, los viajeros tienen que comprar una visa turística de Cuba, así como un seguro médico que los cubra durante su visita; las compañías aéreas pueden vender ambos. El costo de la visa es de US$50. Algunas aerolíneas están añadiendo un recargo de US$25 a los pasajes por el seguro de salud cubano. Otras están utilizando contratistas para ayudar a los pasajeros a cumplir los requisitos.
A pesar de la complejidad, muchos ejecutivos de aerolíneas esperan un auge de viajes, por lo menos a La Habana, incentivados por cinco décadas de curiosidad reprimida, su interés en la historia y lazos familiares. Las tarifas aéreas de bajo costo pueden ayudar: los precios empiezan desde unos US$200 ida y vuelta.
Ambos países se han esforzado en reducir la burocracia para las compañías aéreas, y el lanzamiento de nuevos vuelos no ha sido tan difícil como pensaban muchos ejecutivos. Cuba tiene un robusto servicio aéreo de 48 líneas internacionales y muchos sistemas en los aeropuertos son compatibles con los que las aerolíneas utilizan en otros lugares.
De todas maneras, habrá diferencias. Las aerolíneas dicen que es probable que lleven un mecánico y un funcionario de seguridad a bordo por algún tiempo, y que también podrían llevar algunas piezas de repuesto en los vuelos. Algunas no han podido establecer oficinas en Cuba, y mucho menos vender pasajes allí.
American envió contenedores a Cuba por mar con carteles, computadoras, impresoras y balanzas para pesar maletas, o sea, todas las cosas que se ven en un aeropuerto. La aerolínea dice que podrá tener filas separadas para pasajeros regulares y premium. Southwest ha traído en equipos de otros países y todavía está tratando de encontrar espacio para sus oficinas en los aeropuertos cubanos. Afirma que los pasajes de sus vuelos a La Habana, Varadero y Santa Clara podrían salir a la venta pronto y que los servicios empezarían este año.
American, JetBlue y otras han estado haciendo vuelos chárter a Cuba; en el caso de American, por 25 años. El año pasado, las compañías de vuelos chárter contrataron a American para operar más de 1.000 vuelos a Cuba. Aun así, el servicio programado es diferente y ha habido muchas cuestiones legales que resolver dado que el embargo está todavía vigente, dicen las líneas aéreas, como por ejemplo si los bancos estadounidenses pueden procesar transacciones relacionadas con Cuba o si las aseguradoras podrían pagar las reclamaciones por accidentes a los cubanos.
Exportar a Cuba computadoras con software encriptado para proteger la información de los pasajeros requiere un permiso especial. Los dispositivos de mano como escáneres de etiquetas de maletas a menudo necesitan chips de Canadá u otros países ya que los dispositivos inalámbricos de EE.UU. no pueden funcionar en la isla. La mayoría de las tarjetas de crédito estadounidenses no funcionarán tampoco, por lo que es probable que las tarifas de equipaje no se cobren en los vuelos con destino a EE.UU.
“Cuba tiene desafíos únicos, y anticipamos que serán importantes durante las primeras operaciones pero superables con el tiempo”, dice Gary Bunce, el abogado general adjunto de Delta.
Las aerolíneas que están más avanzadas dicen que las autoridades cubanas no han tardado en acomodar a las aerolíneas estadounidenses y que están poniendo una gran cantidad de recursos para que el nuevo servicio aéreo funcione con éxito desde el principio.
La capacitación de los trabajadores de aeropuertos cubanos —todos ellos empleados públicos— ha sido sorprendentemente fácil, dicen las compañías aéreas. Los trabajadores asignados para manejar los vuelos de EE.UU. han trabajado ya con otras compañías aéreas internacionales. American dice que sus 210 empleados cubanos en capacitación tienen un promedio de más de 20 años de experiencia en la industria, y que todos han aprobado las pruebas hasta el momento.
“Pensé que iba a ser más difícil de lo que ha sido”, afirma Galo Beltrán, gerente de país de American, el único empleado de la línea aérea que vivirá en Cuba. “Todo lo que pedimos, hemos obtenido cooperación”.
Nueve pequeños aeropuertos de provincias de todo el país podrían estar mejor preparados que La Habana para una oleada de nuevos pasajeros. El servicio de aerolíneas estadounidenses está comenzando en esos aeropuertos de la periferia. Los vuelos a La Habana no se van a poner en marcha hasta finales de noviembre, como muy pronto.
La terminal internacional del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana tiene altas calificaciones pero ya es ajetreada. Las negociaciones están en marcha, dicen las aerolíneas, pero por lo menos algunas aerolíneas estadounidenses probablemente tengan que utilizar una vieja terminal de chárters hasta que puedan construirse los nuevos edificios.
“La terminal internacional es muy impresionante. La terminal de chárters, yo la caracterizaría como muy modesta”, afirma David Harvey, director gerente de desarrollo de negocios de Southwest. “Uno se pregunta si esa estructura será capaz de manejar todos los clientes que entren ahí”.
Funcionarios cubanos dicen que están llevando a cabo una modernización de los aeropuertos y un programa de expansión. En una rueda de prensa realizada en La Habana la semana pasada, señalaron que sus aeropuertos cumplen las normas de seguridad internacionales. Los funcionarios cubanos en Washington y la autoridad de aviación civil en La Habana no respondieron a correos electrónicos y llamados solicitando comentarios.
Las aerolíneas dicen que los aeropuertos cubanos suelen tener largas pistas de aterrizaje construidas para dar cabida a grandes aviones de Rusia. La Administración de Seguridad del Transporte de EE.UU. ha certificado todos los aeropuertos cubanos que serán utilizados por las aerolíneas estadounidenses.
Los aeropuertos cubanos están bien administrados, afirma American. Cada vez que la aerolínea ha llevado a cabo una auditoría de los servicios de abastecimiento de combustible, por ejemplo, los cubanos han conseguido una puntuación perfecta, dice Art Torno, vicepresidente sénior de American. “Son muy utilitarios y muy funcionales. Los elementos accesorios llegarán. En cinco a 10 años veremos una gran transformación”, asegura.