Bayna El-Amin, el hombre condenado por asaltar a una pareja gay en NY, irá a la cárcel nueve años.
EstoyBailando - Nueve años de cárcel y tres de libertad vigilada es la pena que finalmente le ha caído a Bayna El-Amin, el atacante de la pareja gay del restaurante Dallas BBQ del barrio de Chelsea, en Nueva York.
El caso de El-Amin ha sido uno de los más estrambóticos que hemos visto en mucho tiempo, básicamente porque las versiones han ido variando muchísimo desde que apareció. Pero sirve como ejemplo de que a veces hay que tomar algo de aire y contar hasta diez antes de culpabilizar a alguien porque no todo siempre es lo que parece.
Te lo resumo: Una pareja gay, Jonathan Snipes y Ethan York-Adams, denuncian una agresión homófoba en un restaurante. Según su versión, recibieron una llamada urgente y tuvieron que salir pitando del local; con la mala suerte de que al salir le tiraron una copa a alguien del grupo de El-Amin que les llamó “maricones” y varias cositas bonitas más. Al defenderse del insulto, la pareja fue agredida a lo bestia por El-Amin que acabó estampándoles una silla en la espalda y haciendo que Snipes se desmayara.
El vídeo que circuló cuando apareció la noticia confirmaba esa versión: la pareja gay estaba de espaldas a El-Amin cuando él les agrede a sillazo limpio.
Pero poco después se descubrieron dos cosas que hicieron tambalearse esa versión. La primera, y más importante, fue el vídeo completo de seguridad del restaurante. La pareja gay no recibió ninguna llamada, estaba discutiendo a grito pelao en el local y El-Amin les pidió en un par de ocasiones que pararan porque estaban molestando al resto de clientes; petición que fue recibida por un montón de insultos (algunos racistas) por parte de Snipes y Adams. De hecho, tal y como explicó el propio fiscal durante el juicio, la bronca se efectuó en tres partes: la primera en la que El-Amin se defendía de los ataques de Snipes, la segunda en la que Snipes se había rendido pero El-Amin seguía atacando y la tercera cuando El-Amin lanza la silla.
El segundo descubrimiento, que aunque no tenía realmente importancia en el desenlace sí era curioso, es que El-Amin es gay. Lo que llevó a varios grupos LGTB a ponerse de su lado al considerar que se estaba etiquetando como delito de odio una pelea que no lo era por el simple hecho de que el asaltante era negro y los asaltados blancos. Yo no entro en eso porque no conozco todos los detalles; un gay puede cometer un delito homófobo del mismo modo que puede cometer un delito que parezca homófobo y no lo sea. Vamos, que no me mojo.
El problema para El-Amin fue, precisamente, la silla. Y es que el jurado no se creyó la versión del abogado de El-Amin de que su cliente actuaba en defensa propia y sí la versión del fiscal que argumentaba que El-Amin “decidió vengarse utilizando un peligroso instrumento para golpearles en la parte más vulnerable del cuerpo humano.”
Lo que en un principio comenzó pareciendo ser un delito de odio por homofobia poco a poco se fue convirtiendo en otro tipo de odio, el racismo. Muchos han sido los que han criticado a la fiscalía por pedir una sentencia tan radical (solicitaban quince años de prisión) por un asalto, sin pasar por alto el hecho de que el asaltante es negro y las víctimas son dos hombres blancos. Un post en Facebook, compartido casi 600 veces, criticaba a Adams y Epstein explicando lo sucedido de una forma bastante peculiar: “somos un par de imbéciles privilegiados que molestamos a todo un restaurante con una pelea de enamorados borrachos” que comenzaron una pelea atacando a un hombre (también gay y de color) y “cuando nos pateó el culo salimos llorando y acusándole de apalizar gays. Decidimos simular que habíamos sido de un delito de odio y presentamos cargos contra él, porque no asumimos ninguna responsabilidad por nuestras acciones.”
Durante el juicio se supo, por ejemplo, que la noche en que ocurrió el asalto ninguno de los dos chicos buscó ayuda médica porque no tenían seguro, pero cuando se enteraron de que la ciudad de Nueva York cubre los gastos de las víctimas de delitos de odio, se apuntaron al tratamiento. El resultado fue que ninguno de los dos tenía heridas de consideración.
En la condena de nueve años de prisión y tres de libertad vigilada a El-Amin han tenido mucho peso sus antecedentes penales, que incluye 29 arrestos en múltiples estados. A pesar de ello El-Amin trató de explicarle a la jueza que eso formaba parte de su pasado y que había pagado su deuda con la sociedad realizando múltiples trabajos para la comunidad. Pero la jueza no quedó convencida: “El jurado ha rechazado su explicación de la defensa propia. Que no le causara heridas serias (a la pareja gay) fue sólo una cuestión de suerte“. Y añadió: “Sé que usted, y también aquellos que le apoyan, quieren tratar esto como un problema sobre la raza. Yo no lo veo así. Cuando levantó esa silla cometió un delito que no puede ser excusado.”
El-Amin, por cierto, interpuso una demanda (que no llegó a ninguna parte) contra la pareja formada por Adams y Snipes, argumentando que le habían difamado al argumentar que se trataba de una agresión homófoba, lo que contribuyó a que el vídeo del ataque se volviera viral y le arruinaran la vida.
La cuestión es que, independientemente de lo que hicieran o dijeran Adams y Snipes, la jueza ha decidido que fue el propio El-Amin el que se arruinó la vida al levantar esa silla.
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