Wild Boys, la banda de pandilleros
Gays que inspiró a William S. Burroughs
¿Te imaginas una banda de pandilleros gays? Parece que sea imposible imaginarse a una banda peligrosa formada exclusivamente por hombres homosexuales, pero así es, existió y te vamos a contar cómo eran, de dónde venían y qué motivaciones tenían para hacer lo que hacían.
No lograron destruir el mundo, pero el imaginario que crearon fue devastador: bandas juveniles de chicos gays y rebeldes, expertos en desaparecer y destruir, y en técnicas de guerrilla urbana. Emboscadas a la policía o encuentros furtivos en sucios baños, en sótanos o en cualquier lugar oscuro y apartado. Y drogas, muchas drogas. Cuando en 1971 la editorial Grove Press de Nueva York publicó The Wild Boys: A Book of the Dead, una de las más célebres y mejores obras de William S. Burroughs, el propio autor advirtió que ni más ni menos se trataba de destruir la civilización occidental. En una ocasión, tras describir todas y cada una de las acciones de guerra absoluta en que se embarcaban sus protagonistas, un periodista le hizo la siguiente pregunta: «¿Podría considerar deseables hechos similares a los que describe en Los chicos salvajes?», y la respuesta llegó fulminante: «Sí, deseables al menos para mí».
Los Wild Boys de la novela, inmediatamente, aparecieron en la cultura pop, en la música y en la literatura, como en algunos discos de David Bowie de los primeros setenta o en el hit de Duran Duran «Wild Boys».
La relación era clara y evidente. Sus mismos protagonistas la reconocieron, pero no así la fuente primera, la de Burroughs: bandas de chicos de la calle, los mismos que vio por vez primera en sus días de visitante por las calles de Tánger, sobreviviendo entre la prostitución y la mendicidad, el pillaje y la obscenidad deliberada. Sin embargo, hubo unos años y una ciudad que se acercaron al imaginario de la novela de Burroughs: Alemania, en los años de la siempre convulsa, ambigua y subterránea república de Weimar, y la ciudad de Berlín como uno de sus epicentros.
Hasta allí fue Daniel Guerin, un conocido escritor anarquista que entonces debía rondar la veintena y que, en septiembre de 1932, viajó hasta Berlín y, sin preverlo, conoció a una banda callejera llamada precisamente Wild Boys. Guerin, quién más tarde sería uno de los principales defensores de la unidad entre comunistas y anarquistas, publicando numerosos libros sobre el tema, quedó fascinando con los Wild Boys e incluso llegó a entrevistar a su líder Winnetou. El resultado fue un artículo titulado «A return to barbarism», publicado un poco más tarde, en marzo de 1933, con los nazis a punto de hacerse con el control del país e iniciar su cruzada criminal.
Winnetou le contó la historia de los Wild Boys. La banda estaba formado por adolescentes gays que practicaban rituales esotéricos de iniciación y poseían un fuerte código de lealtad. Los aspirantes debían pasar terribles pruebas para ser aceptados, incluida la violencia física y la violación en grupo. Algunos eran considerados «reinonas» y «novias» de los más fuertes del grupo y todos tenían apodos tomados de pequeñas novelas, del pulp alemán de entonces, una mezcla entre cultura tribal, sadomasoquismo e intrigas. Usaban sombreros, a veces decorados con plumas, grandes pendientes, extravagantes pañuelos y camisetas, símbolos cosidos a la ropa, ojos pintados, pero también navajas y armas caseras. Los Wild Boys, cuya media de edad era entre los 14 a los 18 años, estaban formados por varios pequeños grupos conectados entre sí y solían reunirse y establecerse en los parques de la ciudad o en edificios abandonados.
El grupo resistió el paso del tiempo, ganándose la vida prostituyéndose o metidos de lleno en la pequeña delincuencia. La mayoría eran carteristas a los que, llegado el caso, no les importaba buscar pelea. Más tarde, algunos, como el que fue su líder Winnetou, entraron en grupos nazis o bien se enfrentaron físicamente a ellos. Pasaban por la cárcel y, al salir, volvían al grupo, a aquel Berlín dividido territorialmente en zonas tribales. Numerosas bandas de Wandervogel, el movimiento que desde algunas décadas antes sirvió de catalizador de una nueva juventud a medio camino entre el boy scout, el naturismo, el vegetarianismo o el romanticismo pero también el progresivo acercamiento al nacionalsocialismo, controlaban el norte de la ciudad y tenían sus propios códigos tribales. Algunos de estos otros grupos eran aliados; otros, en cambio, no, declarándoles la guerra a muerte. Surgíangrandes batallas y rivalidades entre líderes.
Toda esa ambigüedad también estaba presente en los Wild Boys de Burroughs, que controlan media ciudad, conocían sus secretos, y podían ser una fuerza peligrosa. Todo esto sucedía en la misma ciudad en que unos meses más tarde sugirían otros grupos, esta vez formados por batallones de asalto y nazis convencidos, y que patrullarían e impondrían su particular terror, y donde los Wild Boys se convirtieron en un objetivo a exterminar.
¿Cómo vestían los Wild Boys? Tenían una cultura tribal my arraigada, por lo que las plumas, la ropa extravagante y los sombreros siempre formaban parte de su vestuario. ¿Y cómo se organizaban? Se formaban grupos más bien pequeños que, de vez en cuando, se reunían en lugares abandonados para poner ideas en común. Vamos, que sin Internet no era tan fácil como ahora pero lo conseguían.
Al final, pasó lo que pasa siempre: enfados, malos rollos, líderes que se matan unos a otros, cárcel, nazis... Una serie de problemáticas que siempre van de la mano con las bandas y los pandilleros.
¿Te imaginas cómo sería una banda de pandilleros gays hoy en día? Seguramente lucharían contra la homofobia usando métodos poco legales, y servirían de contrapunto a otros grupos organizados como los homófobos rusos que buscan a chicos gays por las redes socialesy luego les torturan, lo graban y el gobierno ruso no solo no hace nada al respecto, sino que se burla de ellos al enfortecer las leyes contra homosexuales y se lo pone mucho más fácil a estos grupos para que puedan actuar impunemente. Está claro que , mientras en unos aspectos avanzamos a pasos agigantados, en otros somos una sociedad más retrógada incluso que la de hace unas cuántas décadas.
Park Baltimor, Maryland, Estados Unidos ... September 1973