DÍA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA
16 de Noviembre del 2016
La Real Academia de la Lengua Española afirma que "TOLERANCIA" es el "respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias", y hoy día 16 de Noviembre las Naciones Unidas decidió que se celebrara el DIA DE LA TOLERANCIA , y nos hacemos eco de algo que consideramos imprescindible, ya que sin tolerancia, no hay respeto, y sin respeto, no existe realmente ningún derecho.
Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y es más importante que nunca en una era en que el extremismo y el radicalismo violentos van en aumento y en que se amplían los conflictos caracterizados por un menosprecio fundamental de la vida humana.
El 12 de Diciembre de 1996, la Asamblea General declaró el 16 de noviembre de cada año como Día Internacional para la Tolerancia. Esta decisión fue tomada luego de la celebración en 1995 del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, proclamado por la Asamblea a iniciativa de la Conferencia General de la UNESCO. El 16 de noviembre de 1995, los Estados miembros de la UNESCO habían aprobado la Declaración de Principios sobre la Tolerancia y el Plan de Acción de Seguimiento del Año. La gente es naturalmente diversa; sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.
La Declaración describe la tolerancia no sólo como un deber moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los grupos y los estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos, elaborados en los últimos cincuenta años y pide a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad.
La injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia. La educación es un elemento clave para luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar una actitud independiente y un comportamiento ético. La diversidad de religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos.
Mensaje de la directora general de la UNESCO con motivo del DIA INTERNACIONAL PARA LA TOLERANCIA.
16 de noviembre de 2016
En un mundo diverso, la tolerancia es una condición para la paz. También es un motor del desarrollo sostenible, puesto que favorece la construcción de unas sociedades más inclusivas, y por tanto más resilientes, capaces de aprovechar las ideas, las energías creadoras y los talentos de cada uno de sus miembros.
La tolerancia es una idea en ocasiones amenazada y a menudo minoritaria. En el mundo de hoy, observo cómo en demasiados países proliferan las lógicas del repliegue y el rechazo. Observo cómo se instrumentalizan las crisis migratorias, la situación trágica de los refugiados o los conflictos armados, que son explotados para atizar el odio hacia el otro, estigmatizar a las minorías y legitimar las discriminaciones. Observo el aumento de los discursos racistas y de los estereotipos sobre las religiones o las culturas, con los que se pretende explicar que los pueblos diferentes no pueden convivir y que el mundo iría mejor si volviéramos a los tiempos antiguos en los que las «culturas puras» vivían dentro de sí mismas, protegidas de las influencias exteriores, en un pasado mitificado que nunca ha existido.
Contra esta lógica del repliegue, debemos volver a dar fuerza y sustancia a la cultura de la tolerancia. Debemos reiterar hasta qué punto las culturas se enriquecen con sus intercambios mutuos. Debemos recordar los hechos históricos, recordar cómo se mezclaron los pueblos y las identidades, dando lugar a unas culturas más ricas, más complejas, a las identidades múltiples. Podemos demostrar, apoyándonos en el testimonio vivo de las piedras del patrimonio mundial, que ninguna cultura ha crecido jamás en el aislamiento, y que la diversidad es una fuerza, y no una debilidad. Debemos reiterar que la tolerancia no es la aceptación ingenua o pasiva de la diferencia: es una lucha por el respeto de los derechos fundamentales. La tolerancia no es el relativismo o la indiferencia. Es un compromiso diario para buscar, en nuestra diversidad, los vínculos que unen a la humanidad.
La promoción del espíritu de tolerancia es el origen y el objetivo de la labor de la UNESCO. Se inspira de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia aprobada en 1995. Se alimenta de múltiples programas educativos, culturales y científicos, en el marco del Decenio Internacional de Acercamiento de las Culturas (2013-2022), dentro de la Coalición Internacional de Ciudades Inclusivas y Sostenibles, o mediante la promoción de la educación para la ciudadanía mundial. Estos programas necesitan ser apoyados y difundidos por las políticas públicas, en los discursos oficiales y en los comportamientos cotidianos, en los medios de comunicación y en las calles de nuestras ciudades. Hago un llamamiento a todos los Estados Miembros de la UNESCO y a todos los ciudadanos del mundo para que retomen este mensaje, a fin de construir juntos unas sociedades que, precisamente por ser más tolerantes, sean más inclusivas, más pacíficas y más prósperas.