HISTORIA DE LA NAVIDAD
La palabra “navidad” es una contracción de “natividad”, que significa natalicio. Esta fiesta hizo su aparición en la Iglesia Católica y de allí se extendió al protestantismo y al resto del mundo.
¿Pero de dónde la recibió la Iglesia Católica? Alucina,… del paganismo. La política de la Iglesia primitiva absorbía los ritos paganos existentes que celebraban de manera especial el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en honor del dios de la agricultura, Saturno, durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes. Aunque otras fuentes colocan los primeros indicios en Egipto, donde las costumbres paganas relacionadas con el principio de enero se centraron en la fiesta de la Navidad.
San Mateo y San Lucas establecen como fecha del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, quedando instaurado a partir del s. V por la Iglesia Occidental el mismo día de la antigua festividad romana en honor del nacimiento del sol. Después de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del año eclesiástico.
En la Edad Media la Iglesia incorporó los nacimientos y villancicos a sus costumbres, siendo los banquetes el punto culminante de las celebraciones. Este nuevo estilo de festejos sufrió un abrupto fin en Gran Bretaña cuando los puritanos prohibieron la Navidad, en 1552. Después de medio siglo, Carlos II la recuperó, para volver a desvanecerse hasta la época victoriana.
El siglo XIX europeo ha visto revivir con fuerza una Navidad, inaugurando rituales que todavía se mantienen en nuestros días; tal es el caso del árbol nacido en Germania, de donde partió al resto de Europa y América. Los villancicos fueron recuperados y ampliados en número. También las tarjetas de navidad comenzaron a imprimirse, concretamente en Londres en 1846.
San Nicolás y una jovial figura medieval conforman el Espíritu de la Navidad. Constituyen el origen de la leyenda de Papá Noel y conforman el Espíritu de la Navidad. Los americanos aportaron, en esta línea, la ya familiar imagen de Santa Claus, con el trineo, los renos y las bolsas llenas de juguetes.
Actualmente, la Navidad es tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares. El matiz religioso que conlleva lo decide cada familia o grupo que se reúna para celebrarla. Lo marca el tipo de decoración en el hogar (la existencia del belén o cualquier alusión a personajes bíblicos), los hábitos eucarísticos, las actividades de solidaridad en la parroquia,...
EN ORIENTE
Al ser la Navidad una festividad cristiana y, al ser una minoría entre la mayoría musulmana, budista, ortodoxa y otras profesiones religiosas, este festejo se reduce al ámbito privado de cada familia, siempre que el gobierno en el poder no prohíba tal acontecimiento o la profundidad de las raíces y creencias cristianas.
Por ejemplo, en China no existía la Navidad. Actualmente las ciudades más cosmopolitas empiezan a celebrarla, formando parte de la cultura porque ha sido importada del extranjero o se estudia en los colegios en la asignatura de religión. Poco a poco se va dotando de características particulares inventadas por ellos. Es instaurada en el calendario como fiesta religiosa/profana en todo el mundo que comienza a conocerla, de la misma forma que en España se generalizó la figura de Papá Noel, sin existir en la tradición.
Dentro de un montón de años, los futuros ciudadanos chinos, sabrán que la Navidad es una fiesta que siempre estuvo en China, quizá haya sido una fiesta china de toda la vida.
EN OCCIDENTE
Aunque en Occidente reina la pluralidad de ideologías, religiones, etnias y procedencias, existe un respecto generalizado por la libertad de culto. Este hecho, unido a la presencia importante de cristianos en casi todos los países, hace que la Navidad sea un tiempo de celebraciones que cuestiona el funcionamiento de los países a nivel económico, social, familiar y de relaciones internacionales.
Marca, además, los rituales y costumbres de consumo, incrementándose notablemente el gasto por familia, los hábitos de vida (en cuanto a viajes, vacaciones, desplazamientos, compras – ropa, alimentación, regalos,… comunicación vía postal, teléfono o nuevas tecnologías)
Forman parte de la dinámica de estas fechas personajes con historia, como los siguientes:
Papá Noel es el nombre más generalizado con que se conoce la figura del viejito barbudo en traje rojo, barba blanca y mejillas rojas, quien se ha vuelto en un personaje central de las Navidades alrededor del mundo, desplazando incluso muchas veces a los venerables Magos de Oriente o Tres Reyes Magos como muchos les conocemos.
El Evangelio de San Mateo (Mt 2, 1-12) habla acerca de unos Magos que vinieron de Oriente buscando al nuevo rey que habría de nacer. En las escrituras no se abunda mucho sobre su origen, su personalidad, sus rasgos, ni siquiera sus nombres. Se asume que eran "sabios" o astrónomos, llamados en aquella época como "magos", porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo rey con regalos para el que habría de nacer. La tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándoles un nombre y rasgos específicos. Así: en primer lugar, Melchor (un anciano blanco con barbas blancas cuyo regalo para Jesús es oro, representa la naturaleza real de Jesús); el segundo es Gaspar (joven moreno, cuyo regalo es el incienso, representa la naturaleza divina de Jesús y), y por último, Baltasar (de raza negra. Su regalo a Jesús es mirra, representa su sufrimiento y muerte futura.
Otro rasgo en las rutinas y costumbres de los cristianos es el que apunta al compromiso cristiano, pues hay una serie de citas obligadas en iglesias y catedrales a las que se pertenece: Misa del Gallo, Nochebuena, Día de Navidad, Día de Año Nuevo y Día de Reyes.
EN AMÉRICA
La Navidad, de acuerdo con muchas autoridades no se celebró en los primeros siglos de la Iglesia Cristiana, ya que la costumbre del cristianismo en general era celebrar la muerte de personas importantes, no su nacimiento. De hecho, la Pascua era la fiesta grande. Se acató la pauta de la Iglesia Occidental en el s. V de contemplar la antigua festividad romana en honor del nacimiento del sol para conmemorar la venida al mundo de Jesús y, por tanto, la Navidad.
En los países de América Latina, de arraigada tradición católica, se celebra especialmente la Nochebuena (24 de diciembre) con una cena familiar para la que se elaboran una diversidad de platos, postres y bebidas tradicionales. También se acostumbra asistir a la Misa del gallo y celebrar con cohetes y fuegos artificiales.
Un elemento por el que la navidad en el Nuevo Continente es famosa es la figura legendaria de Santa Clauss, con su barba blanca y su atuendo rojo, viaja en trineo tirado por renos y con enormes sacos cargados de regalos, que con ansia esperan los niños que, la noche previa, se mantienen atentos ante cualquier ruido en torno a su calcetín o a la chimenea.
EN ALGÚN LUGAR DEL CARIBE
El aire navideño comienza a sentirse en noviembre con los adornos y decoraciones que aparecen en las casas, comercios, instituciones y demás establecimientos. Las estaciones de radio empiezan a tocar tonadas navideñas y desde inicios de diciembre las empresas celebran sus esperadas fiestas, donde se unen con este propósito empleados, dueños y administradores. Amenizan sorteos, abundante comida, bebida, música y baile.
En las iglesias se prepara un altar con el Nacimiento simbólico, al igual que en las casas, donde esta representación del Pesebre se ubica junto al tradicional Árbol de Navidad. Se le llama "Nacimiento" al "Pesebre" o la representación que se hace con figuras del nacimiento de Jesús. A diferencia de otros países, en el Nacimiento se coloca la figura del bebé desde el mismo momento en que se arma.
Una fiesta sigue a la otra y diciembre es un constante celebrar entre amigos y familiares. Los ausentes, que han emigrado a otros países, vuelven para pasar las fiestas en casa y llegan cargados de regalos para todos. La noche del 24 de diciembre se cena entre familiares y amistades.
LA NAVIDAD EN CUBA
La Navidad en el caso de Cuba tiene una historia muy particular. Esta se divide en tres periodos, cuyos puntos de giro están marcados en los años 1959 y 1998; o sea, antes de la revolución y después de la visita del papa Juan Pablo II al país.
Al triunfo de la revolución, y como parte de las discordias emprendidas entre el nuevo gobierno y la iglesia, la navidad, como cualquier otro evento religioso fue víctima de la amnesia más completa por parte de las autoridades. Incluso, diez años después quedaría oficialmente prohibida su celebración, alegando que se tomaba esa medida para que el pueblo nos distrajera su atención de las labores de la zafra azucarera, que para ellos era lo más importante.
Durante casi cuatro décadas el 25 de diciembre pasó como otro día cualquiera, salvo para un grupo reducido, quienes, a pesar de todo, mantuvieron su práctica de fe, unos más públicamente que otros. En este periodo, dicha celebración solo era cosa de una minoría que lo conmemoraba muy discretamente en su templo de adoración o en su casa, a puerta cerrada, cuando se podía.
En 1997, poco antes de la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, constituyendo una trascendental sorpresa para todos los cubanos dentro y fuera de la isla y, además, sin dar explicación alguna, el gobierno revolucionario cedió en declarar feriado este día para que los trabajadores pudieran descansar y disfrutarlo a su gusto, lo que quedó establecido legalmente desde entonces.
A partir de ese año, comenzaron a verse otra vez símbolos de la navidad en Cuba. Incluso, a nivel público, en establecimientos comerciales, muy exclusivamente, se volvieron a ver motivos navideños en las vidrieras y en el resto de la instalación. También, por supuesto, se comenzaron a vender arbolitos de navidad y todos los demás accesorios típicos de la fecha.
En el mundo religioso, ese año se produjo una avalancha de pueblo hacia las distintas iglesias que retomaban la celebración de la Misa del Gallo, que a partir de entonces se convertiría en la más concurrida de las prácticas cristianas de la isla. A la celebrada en la Catedral de la Habana acudieron los principales dirigentes del estado, encabezados por el presidente Fidel Castro .
Desde ese momento, la navidad se ha incorporado tradicionalmente al ceno de la familia cubana como algo muy normal. (En el 2016 SE VUELVEN A SUSPENDER por el luto impuesto producto de la muerte de Tiranosauro Fidel Castro).
En cuanto a las tradiciones culinarias que caracterizan la Navidad Cubana, éstas responden, además de a una cultura heredada desde la época de los conquistadores, a las condiciones propias del país, ya que suelen faltar los alimentos, según el régimen por el bloqueo del imperealismo yanqui.
El cerdo, puerco o macho asado, como quiera que se le llame, es el protagonista de la escena culinaria de la Navidad cubana, aunque aveces no se le encuentra. En las ciudades, con más reducido espacio habitacional, se utilizan, por regla general las piernas o las paletas; y ya en los poblados pequeños y zonas rurales, donde las condiciones son más propicias para la cría de este animal, se le mata y se consumen, además; las chuletas hechas a partir del lomo; los sabrosos “chicharrones”, obtenidos al freír la piel; o las tan exquisitas “masitas fritas”.
Los dulces son otro sello de la mesa navideña; turrones de diferentes procedencias, desde los adquiridos en los centros comerciales, de yema, alicante, jijona, frutas y otros; hasta los de producción casera como el dulce de coco, los cascos de guayaba, el boniatillo, la calabacita china, etc.
En fin, que aunque las versiones sean diferentes, según el estilo de quien la ejecute, el motivo de inspiración siempre sigue siendo toda esa emoción que se cuela muy dentro del ser humano la víspera del cumpleaños del niño Jesús.
LA NAVIDAD EN ESPAÑA
A mediados de noviembre, al pasar por las calles españolas, se pueden ver las mismas escenas de la vida típica que tienen lugar cada día, las mercancías de siempre en los escaparates, y la gente se ocupa de la rutina diaria también, pero muy pronto todo será muy distinto. Las calles se iluminarán con luces de colores, los escaparates se llenarán de regalos curiosos, adornos navideños y juguetes, la gente se reúne aún más por la calle y en los bares, bien abrigados para combatir el frío. Se respira, por tanto, más alegría de la normal en las calles. Todo esto puede significar sólo una cosa: SE ACERCA LA NAVIDAD.
La Navidad en España comparte tradiciones con el resto de los países donde se practica la religión católica. Las familias se juntan para compartir y disfrutar la alegría de esta celebración. En cualquier caso, la idea es reunirse para compartir con goce, buena voluntad, y amistad el nacimiento de Jesús. Los adornos y elementos empleados para participar en estas fiestas son parecidos en Europa y América, la comida, la bebida, la música, el baile, y la costumbre de regalar o compartir lo que tenemos con los demás.
Un símbolo representativo es el Belén, con él se pretende mostrar el nacimiento de Jesús por las plazas de las ciudades y los pueblos pequeños y también a la entrada de las casas y en los escaparates de los comercios. Es muy común que estén muy elaborados, para parecer lo más reales posible. En muchas ciudades, incluso se organizan concursos de escaparatismo para elegir el mejor. En muchos pueblos pequeños, la noche de Nochebuena, el 24 de diciembre, en las plazas se representa un belén "en vivo" con actores, actrices, y los animales que se asocian con el nacimiento de Jesucristo, una vaca un burro y algunos corderos.
La nochevieja tiene básicamente un carácter profano. Cada vez es menos familiar, siendo la tendencia agruparse entre amigos en locales habilitados para la ocasión o restaurantes, donde después de la cena, ataviados con elegantes trajes, reciben el año nuevo con las uvas a golpe de campanada, champang, música y baile hasta el amanecer. Las plazas de las ciudades y la mayoría de las localidades se llenan para despedir un año y recibir otro, compartir abrazos, besos y buenos deseos para el año que comienza.
También durante estos días de nochebuena y de navidad, se puede oír las voces de niños cantando por las calles, especialmente en los pueblos pequeños, participando así en una tradición muy antigua que se llama pedir el aguinaldo.
Los niños y los mayores, intercambian regalos el día de Reyes, aunque algunos se apuntan también al 25 de diciembre.
TRADICIONES Y COSTUMBRES
La Navidad es una época que se caracteriza por el encuentro y reencuentro de familiares, amistades y seres queridos. La familia y la comunidad se reúnen, celebran y comparten. Los días por excelencia son Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo.
Los viajes, recorrer largas o cortas distancias, forma parte de estas fechas. Su objetivo principal es disfrutar en familia o con amigos unos días de vacaciones, o escapar de la rutina. Los andenes de tren, los aeropuertos, las estaciones de autobuses se llenan de personas con ilusión, de ansiedad por encontrarse con la familia o los amigos, de bolsas de regalos y equipaje repleto, de un calendario con las últimas hojas, del balance de todo un año en la mente o en el diario, de una mochila repleta de deseos que pedir al año que entra.
EL BELÉN
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece ya en el siglo IV en Roma.
La tradición popular del belén, el pesebre o el nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Grecia. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
Alcanzó su apogeo en Nápoles y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina.
Por su parte, la idea de belén como cueva o caverna donde nació Cristo encuentra similitudes en otras religiones donde los dioses nacen en cuevas o en las hendiduras de la Tierra. Quizá ningún pueblo del mundo ha llegado a crear, en relación a la navidad, una cosa tan graciosa, tan popular, como los belenes.
EL ÁRBOL DE NAVIDAD
El árbol de Navidad se inserta en el ancestral culto a los árboles. El árbol representaba un poder. Los bosques sagrados servían de templo a los germanos, Para los galos y en el mundo clásico los árboles estaban consagrados a dioses como Júpiter (el laurel y la palmera) o Cibeles (el pino) o eran su morada. En ocasiones se creía que los árboles estaban dotados de alma, El árbol de Navidad es un vestigio de aquel culto.
El árbol de Navidad en la actualidad es un abeto, un pino o un acebo que se adorna y se ilumina por esas fechas, dicha iluminación significa la claridad frente al mortecino sol invernal. Dicen que la tradición del árbol tuvo su origen en los pueblos germánicos y que fue San Bonifacio, el apóstol de Alemania, inglés de nacimiento y de nombre Winfrido quién taló la encina sagrada de los paganos para plantar en su lugar el abeto de los cristianos.
Una leyenda cuenta que un abeto recorrió muchos kilómetros para llegar la noche de Navidad a Belén, donde habían sido convocadas todas las criaturas, incluidos los árboles. El abeto llegó exhausto porque tuvo que atravesar muchos países y muchas dificultades. Además, era pequeño y apenas podía asomarse entre las frondas más esbeltas. Pero de repente comenzó una lluvia de estrellas desde el cielo sobre sus marchitas ramas que culminó con la estrella de navidad. Entonces el niño del pesebre le miró y le dedicó una sonrisa eterna. Y le bendijo El bosque es siempre misterioso, dice Carlos Mendoza en la leyenda de las plantas. Y asegura que la leyenda registra muchos ejemplos de bosques protectores que cierran el paso a los perseguidores de la inocencia.
PERSONAJES IMPORTANTES
La figura del viejito barbudo en traje rojo, barba blanca y mejillas rojas se ha vuelto en un personaje central de las Navidades alrededor del mundo, desplazando incluso muchas veces a los venerables Magos de Oriente o Tres Reyes Magos como muchos le conocemos.
Pero ¿quién es este señor conocido por unos como Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o el Viejito Pascuero por otros, cómo podemos escribirle un mensaje vía postal o electrónica? ¿Cómo llega a sus manos tal misiva? ¿Cómo sabe que somos nosotros? ¿Cómo sabe si me he portado bien o no?
Nos preguntamos dónde surgió la costumbre de que este personaje visite a los niños en Nochebuena. Ahí va la respuesta….:
San Nicolás de Bari fue un santo muy popular que se cree que falleció el 6 de diciembre del año 345, época en la que se celebraba sólo la muerte de la gente importante. Se lo recuerda porque su día está cercano a la Navidad. Santa Claus evolucionó del nombre del santo en alemán, San Nikolaus.
Los datos biográficos de San Nicolás nos aclaran que era de familia muy rica, nacido en Licia (Turquía) y desde muy niño ayudaba a los pobres, repartiendo sus riquezas. Fue consagrado sacerdote, y profesaba en un monasterio. Lo nombraron posteriormente obispo, en Mira (Turquía). Por eso, en Oriente se le llama San Nicolás de Mira, aunque cuando Turquía fue invadida por los mahometanos, algunos católicos llevaron el santo a Bari (Italia) en 1807. Fue llamado también el Magno.
Los creyentes le han rezado pidiendo milagros, y dicen que su ayuda llegó. Se han construido muchísimos templos dedicados a este santo, desde el siglo VI, y es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.
Le veneran tanto los niños desde que en vida, ayudaba a los más necesitados, y obsequiaba con regalos y dulces, como también lo hacen los marineros del Mediterráneo pues dicen que aquieta las aguas en las tormentas. Y muchos fieles le rezan al santo para pedir que interceda ante sus vicisitudes.
No obstante la leyenda urbana dice que en la tradición sueca Santa Clauss siempre vestía de azul, hasta que los publicitarios de Coca Cola de los años 30, diseñaron y promocionaron un Santa Clauss a su medida, con sus colores corporativos, imagen que hoy conocemos.
Tres Reyes Magos venían con regalos para el rey que habría de nacer, la tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándoles un nombre y rasgos específicos.
Melchor, un anciano blanco con barbas blancas. Su regalo para Jesús es oro, representando su naturaleza real; el segundo es Gaspar, joven moreno, cuyo regalo es el incienso, que representa la naturaleza divina de Jesús y, por último, Baltasar, que era de raza negra. Su regalo a Jesús es mirra, que representa su sufrimiento y muerte futura.
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Tarjetas de felicitación
La costumbre de felicitar la Navidad con tarjetas comenzó a mediados del s. XIX con la mejora de la imprenta y el incremento de velocidad de los trenes. Gradualmente se generalizó su uso al abaratar los precios el correo postal y la mejora del transporte. Según las épocas y las zonas, tanto los materiales como los motivos, los colores han ido cambiando.
Esta costumbre comenzó en Dinamarca en el año 1900 por un trabajador postal que pensó que sería una buena manera para juntar dinero, así como para mejorar el diseño de las tarjetas. Fue un gran éxito, pues más de cuatro millones fueron espedidas en el primer año. Pronto Suecia y Noruega adoptaron el costumbre y entonces se extendió a toda Europa y América.
Actualmente han sido desplazadas, sobre todo a título particular entre amigos, por la generalización del uso de las nuevas tecnologías, tarjetas electronicas que permiten dotar de movimiento las imágenes, mayor rapidez en el envío y respuesta y sin costo. Aunque siempre consigue llegar más y mejor al corazón una misiva por correo.
GRACIAS
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO