Nelson Gandulla:
Reclamar los derechos LGBT cuesta más caro que ser homosexual
Nelson Gandulla, médico y activista gay
Nelson Gandulla, médico y activista por los derechos LGBT, fue fundador de la Red de Jóvenes del CENESEX en Cienfuegos. Mientras formó parte de esta, fue una figura pública, lo invitaban a eventos incluso en el Palacio de las Convenciones. Todo cambió en 2014.
"Entre febrero y marzo de ese año, hubo una ola represiva en los sitios de encuentro. Esposaban a las personas LGBT y las tenían en la carretera durante horas, como a delincuentes", recuerda. "Levantaban actas de advertencia, ponían multas, según ellos por exhibicionismo público, pero para ver qué sucede en un sitio de encuentro debes entrar".
¿También fue detenido?
Repartía condones y folletos en el sitio, como activista del Centro Nacional de Educación Sexual (CENSEX). Los policías me tiraron al piso, amenazaron a un profesor universitario de Cienfuegos con divulgar su homosexualidad. Me quejé a la jefatura del CENESEX en la provincia y escribí a la sede nacional, dirigida por Mariela Castro. Nunca hubo pronunciamiento. Ahí supe que el CENESEX no defendía realmente los intereses de la comunidad.
En 2014 fundó la Fundación Cubana por los Derechos LGBT. Le ha costado más caro que ser gay.
La Seguridad del Estado iba a la Facultad a presionarme. Intentaron que mis compañeros me hicieran la vida imposible y que los profesores me desaprobaran, pero ellos siempre me defendieron y pude graduarme.
¿Por qué te citó la Seguridad recientemente?
Pudo ser por nuestras reuniones con organizaciones LGBT en Europa, nuestra presencia en los foros de Juventud y Minorías en la ONU.
Desde septiembre la Fundación edita el boletín Despertar, único impreso en Cuba, con información sobre tema LGBT de la Isla y el mundo. Ahora no solo amenazaron mi integridad física y la de mi familia, sino con impedirme salir del país y encarcelarme por desacato a la autoridad de Mariela Castro.
Exigimos al CENESEX hacer la labor para la que fue creado.
Dijeron que no permitirían más reuniones ni actividades de la fundación, ni campañas como la del matrimonio igualitario, ni debates sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos ni la Constitución. Consideramos importante que la comunidad LGBT conozca sus derechos y los ejerza.
Sobre el desacato a Mariela Castro respondí que, según la Constitución, las instituciones y funcionarios públicos deben responder quejas y planteamientos de los ciudadanos en un plazo de 60 días. De violarlo, el ciudadano puede demandarlos ante el Fiscal General de la República. Yo podría demandarla; desde enero la Fundación le envió una carta pidiéndole un diálogo sobre los problemas de la comunidad LGBT. No ha respondido. Los agentes solo atinaron a decirme: "Pero no vas a hacerlo, ¿verdad?".
¿Por qué tanta insistencia en el matrimonio igualitario? Muchas personas heterosexuales viven juntas toda la vida sin casarse.
No es el único derecho que no tenemos. Considero más importante que una mujer trans pueda ir a la universidad, que el Código de Trabajo las incluya, que las lesbianas puedan recurrir a la reproducción asistida, que podamos adoptar, que haya legislaciones para protegernos.
Pero con el matrimonio vienen otros derechos. Por ejemplo, tengo una relación de cinco años. Si fallezco, mi pareja no tiene derecho a la casa, ni a las propiedades que adquirimos juntos. Las personas homosexuales no reciben pensión si sus parejas fallecen. Los heterosexuales disfrutan esos derechos sin casarse; la ley reconoce las relaciones en concubinato.
Mariela Castro ha abogado por el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿No crees que tenga las manos atadas por la Asamblea Nacional?
Ha hecho cosas favorables. He reconocido públicamente que ella ha ayudado a visualizar la comunidad LGBT cubana. Fue la única parlamentaria en votar contra el Código de Trabajo. Ha pedido la palabra para hablar del matrimonio gay y no se la han concedido o la han hecho callar. Pero pienso que las luchas por los derechos de las personas deben ser constantes. No es cuestión de un día, una semana, cuando se reúna la Asamblea Nacional, o durante la Jornada Contra la Homofobia, o cuando venga alguien de Washington o de la Unión Europea al CENESEX.
El Gobierno dice que la sociedad cubana no está preparada para el matrimonio igualitario. ¿Qué opinas?
No lo están ellos. Pienso que el más preparado es el pueblo. Ya no se ve a los gays como antes. Tenemos mucho apoyo de heterosexuales. A las actividades de la Fundación van más personas heterosexuales que LGBT. Los cubanos no hemos estado preparados para muchas decisiones tomadas sin consultarnos: quitarnos productos de la canasta básica, tener un mismo presidente por décadas.
Pero hay muchos católicos, protestantes… Incluso dentro de la religión yoruba, aparentemente más abierta, hay homofobia.
Homofobia hay incluso en la disidencia. Cuando enviaba denuncias a la Comisión Cubana de Derechos Humanos nunca aparecían como denuncias de personas LGBT. Hay grupos opositores que no aceptan gays en su membresía.
Entonces la homofobia en Cuba no fue implantada por Fidel Castro.
Cuba es una sociedad machista y patriarcal. Fidel Castro no implantó la homofobia, la reforzó: sus discursos contra los afeminados, las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), los homosexuales fueron obligados a emigrar y fueron etiquetados como lacra social.
¿Sabías que en Facebook hubo mensajes de gays cubanos lamentando su fallecimiento?
No me entristeció su muerte, hizo mucho daño a mi comunidad. Tampoco me alegró, no cambia nada y lo puse el primer día en mi Facebook. Él no gobernaba desde 2006 y, aunque tuvimos la primera Jornada Contra la Homofobia en 2008, no ha habido cambios legislativos a nuestro favor.
A las jornadas van quienes ellos quieren. En esta última se manifestaron personas trans en Cárdenas, cansadas de marchar por marchar año tras año, de que se vincule a la comunidad con asuntos políticos, como la campaña por los cinco [agentes que estuvieron presos en Estados Unidos], o el embargo.
Esas personas fueron reprimidas e impedidas de asistir a las actividades de la jornada.
En el Vedado, otros sacaron un cartel que decía "Hasta cuándo van a reprimirnos en los sitios de encuentro". La policía se los llevó.
Los días 17 de mayo tienes libertad para marchar, pero debes gritar las consignas que ellos decidan.
Dices que no pasaste el servicio militar por epilepsia, pero habrías estado dispuesto. ¿Qué opinas de que los homosexuales sean exonerados del servicio; no es discriminatorio?
Pienso que el servicio no debería ser obligatorio. Pero la vocación y la destreza no dependen de la orientación sexual. Hay muchos homosexuales reprimidos en el Ejército.
Otra campaña que debemos hacer: en Cuba la población penal LGBT no tiene derecho a visita conyugal. Incluso si la pareja de un hombre es una mujer trans, pero su carné aún es de varón, no hay visita conyugal. Hay muchos derechos que reclamar.