Testimonios sobre prostitución develan
abusos sexuales y precariedad económica de algunos jóvenes cubanos
Testimonios sobre prostitución masculina en Cuba
Pingueros en La Habana, del historiador Julio César González Pagés, recoge 120 entrevistas a trabajadores sexuales
La Habana
Jóvenes abusados sexualmente a edades tempranas, vulnerabilidad económica, deserción escolar y otras aristas relacionadas con la prostitución masculina, salen a la luz en un nuevo blog, que publica fragmentos del libro electrónico Pingueros en La Habana (2014).
En una bitácora homónima, el investigador cubano Julio César González Pagés comenzó a publicar, este primero de agosto, sobre el tema que definió como “una realidad incómoda para la sociedad cubana”.
El título de ambos productos remite al nombre de los trabajadores sexuales en Cuba, que se les llama por el aforismo “pingueros”, mientras que a sus iguales mujeres se les dice “jineteras”.
El libro, presentado por primera y única vez en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en 2014, recoge 120 testimonios de jóvenes entre 18 y 28 años, el 59 por ciento de piel blanca y procedentes de 10 de las 15 provincias cubanas, según el autor.
La prostitución masculina está en zonas visibles de la capital cubana, pero existe mayor dificultad para identificarla, sugiere el investigador Julio César González Pagés.
“La investigación tardó más de 15 años debido a que, a diferencia de la prostitución femenina, la masculina es un fenómeno escondido o apertrechado en la homosexualidad, de difícil reconocimiento y rodeado por los prejuicios y el machismo”, argumentó el también antropólogo.
Precisó además que, “contrariamente a lo que se cree, la prostitución masculina está atendiendo, en un gran porcentaje, a un consumo doméstico de hombres mayores de 50 años que buscan muchachos jóvenes, con buen estado físico y cuerpos esculturales”.
En el primer post, González Pagés aseguró que algunas de las causas de la prostitución en la isla caribeña obedecen a circunstancias similares en hombres y mujeres, entre ellos “la vulnerabilidad económica y el abandono escolar”.
Sin embargo, el profesor universitario señaló que “el abuso sexual” es un “elemento diferenciador”, pues “más de 40 por ciento de las personas entrevistadas han sido abusadas sexualmente por gente de su mismo entorno”.
Tras la publicación de los dos primeros fragmentos de Pingueros… en el blog y las redes sociales, lectoras y lectores compartieron sus opiniones sobre el tema.
La historiadora mexicana Mili López, egresada de la Universidad de La Habana, apuntó que se trata de “un fenómeno que cada vez se acentúa más en la realidad cubana y del que bien se sabe y pocas veces se habla por todas las connotaciones negativas de fondo”.
Entretanto, la profesora española Isabel Furió refirió su dolor al leer testimonios sobre abuso sexual. A las víctimas, “como a otras mujeres, niñas y niños del mundo, se les ha violentado y destruido la belleza de la sexualidad libre”, lamentó.
“Leer estas páginas es revivir algunas de las fuertes experiencias de investigación vividas en un emblemático bar frente al Capitolio”, expresó el sociólogo cubano Maikel Colón, radicado en Barcelona.
Por su parte, el periodista Jesús Dueñas invitó a leer una reseña que dedicó al texto de González Pagés.
“El libro no denuncia, revela, no adopta partido alguno ni descalifica, solo da voz a un grupo de varones que durante más de una década tuvieron en el mercado sexual el escenario de la novela de sus azarosas vidas”, expuso el también crítico de arte.
Pingueros en La Habana se publicó como libro electrónico en 2014, con edición de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, un grupo de hombres fundado en 2007 para promover la investigación sobre violencia de género, sexualidad, paternidad, deporte y arte por la paz, entre otros temas.
La obra del ensayista e investigador Julio César González Pagés incluye además los títulos Historia de Mujeres en Cuba. En busca de un espacio (2003), Macho, varón, masculino. Estudios de Masculinidades en Cuba (2010) y Por andar vestida de hombre (2011), así como decenas de artículos científicos. (2016)