Parece que la NFL se está tomando muy en serio las políticas tanto LGBT como anti LGBT a la hora de decidir a qué equipos y estadios tener en cuenta de cara a la liga de fútbol nacional, la más importante del país. La NFL decide cada año una ciudad o estado norteamericano que celebrará la mítica final de la Super Bowl, uno de los eventos más vistos del año: entre el emocionante partido y el intermedio que últimamente está copado por todas las pop stars, no hay quién se quiera perder el evento.
Pues bien, el representante de la NFL ha dejado muy claro que el estado de Texas perderá toda opción a celebrar la final de una Super Bowl si llevan adelante la ley que prohíbe a las personas transexuales hacer uso del baño del género con el que se identifican. De esta forma son tajantes y directos con unas políticas que lo único que hacen son generar odio y crispación y fomentar el rechazo a las personas transexuales, algo con lo que la NFL no comulga en absoluto.
De hecho, Carolina del Norte ya aprobó la ley y ha perdido muchas oportunidades de eventos deportivos y culturales por esta misma razón, perdiendo dinero y turismo por partes iguales. Esperamos que esto sirva para recordar que el odio solo genera más rechazo.