«Cowboy de medianoche»
La otra película gay que ganó el Oscar
Ni «Moonlight» ni «Cowboy de medianoche» son películas abiertamente homosexuales, aunque la temática está presente en ambas
Dustin Hoffman Y Jon Voight en «Cowboy de medianoche»
POR LUCÍA M. CABANELAS - ABCEn 1969 no se protestaba contra Donald Trump y sus vetos migratorios; los sueños eran si cabe más crudos de lo que nos enseña «La La Land» y todavía vivía Paul Newman. Dennis Hopper se erigía como gurú de la contracultura, liderando junto a Jack Nicholson y Peter Fonda un delirio de LSD en moto, mientras Sharon Tate, a punto de dar a luz, era asesinada por la «familia» de Charles Manson.
El sistema de estudios de la industria cinematográfica se quebraba desde dentro, con Bob Rafelson y Bert Schneider, y los Oscars, que nunca han sido de protesta pese a su cada vez más acuciante deriva política, premiaban a la primera película gay de la historia.
Elizabeth Taylor anunciaba la ganadora de la estatuilla en la categoría reina y no hubo error garrafal como en la 89 edición de los Oscars. «Bonnie and Clyde» se había estrenado dos años antes, y Faye Dunaway todavía seguía a Warren Beatty en sus fechorías de gángster y no lo dejaba en la estacada como ahora hace en los escenarios.
Por aquel entonces, todavía era habitual que el premio a mejor película fuera de la mano al de dirección y «Cowboy de medianoche» se imponía sin titutebeos a la otra favorita, «Dos hombres y un destino».
La última gala de los Oscars ha sido la primera en muchas facetas: la del error garrafal al pronunciar la ganadora, la de la era Trump, la de la gran e incómoda sorpresa final y la del #OscarsSoBlack, pero no fue la pionera en premiar el cine homosexual. En eso, la de 1969, hace casi medio siglo, le ganó la partida.
Ni «Moonlight» ni «Cowboy de medianoche» son películas abiertamente gays, aunque la temática está presente en ambas. La de Barry Jenkins, es sutil y delicada, la de John Schlesinger, más cruda y agria. En «Moonlight», Chiron es un joven que busca su identidad, entenderse a sí mismo en un mundo hostil con ciertos tabúes sexuales; en «Cowboy de medianoche», la prostitución homosexual es la única e incierta salida a la que Joe Buck, un tejano con sombrero, se ve abocado sin remedio.
«Cowboy de medianoche» retrata la jungla neoyorkina con la misma precisión que «Moonlight» hace con los barrios marginales de Miami, y el chapero al que interpreta Jon Voight se apoya en el lisiado Dustin Hoffmann casi tanto como el pequeño Chiron en el personaje que le valió el Oscar a Mahershala Ali.
La de Schlesinger evidencia lo diferentes que son los sueños cuando se «alcanzan», y la Jenkins, lo difícil que es conseguirlos. Dos intensos dramas que huyen de una realidad difícil de afrontar, pero que en la práctica triunfaron. Ambas se hicieron con tres Oscars, y son, en casi nueve décadas de historia, las únicas películas homosexuales premiadas en la categoría reina de los premios de la Academia.
|