Trump dice que tiene
‘todo el derecho’ de compartir información clasificada con Rusia
El presidente Trump se reunió con Sergei Lavrov, el canciller ruso, en el Despacho Oval el 10 de mayo pasado
No fue permitido el acceso a ningún periodista, pero Rusia después publicó fotos del evento
Por Glenn Thrush y Peter Baker — Read in EnglishEl presidente Donald Trump defendió su decisión de compartir información clasificada con funcionarios rusos de alto rango sobre una posible amenaza del Estado Islámico; recalcó que tiene “todo el derecho” de hacerlo en pos de la lucha contra el terrorismo.
En una serie de mensajes que publicó en Twitter durante la madrugada, Trump no desmintió los reportes que señalan que le habría dado suficientes detalles a los oficiales rusos como para que estos pudieran identificar a la fuente de información de un posible plan de ataque del Estado Islámico —que haría uso de las computadoras personales que se pueden llevar a bordo de un avión—, así como para que identificaran cómo fue obtenida esa información. La fuente sería un aliado en Medio Oriente, y es considerada tan sensible que son pocos los funcionarios estadounidenses que la conocen, y la información no había sido compartida ni con distintos sectores de su propio gobierno ni con los de regímenes aliados.
“Como presidente quería compartir con Rusia (en una reunión programada en la Casa Blanca), para lo que tengo todo el derecho, datos relacionados al terrorismo y la seguridad aérea. Razones humanitarias, y además quiero que Rusia refuerce su lucha contra el Estado Islámico y el terrorismo”, escribió el mandatario en su red social.
Trump discutió la información altamente clasificada con el canciller ruso Sergei Lavrov y el embajador ruso ante Estados Unidos, Sergei Kislyak, durante una reunión en el Despacho Oval la semana pasada, dijeron el lunes funcionarios del gobierno a The New York Times. La información de que Trump había compartido la información fue reportada inicialmente por The Washington Post y confirmada poco después por muchos otros medios, incluidos el Times, Reuters y The Wall Street Journal.
Los tuits de Trump parecen minar los argumentos más mesurados hechos por sus asesores la noche del lunes; estos habían discutido el reporte inicial sin entrar en detalles. El secretario de Estado Rex Tillerson indicó en un comunicado que el presidente “no discutió fuentes, métodos u operaciones militares” con los rusos, y el consejero de seguridad nacional McMaster también indicó que Trump no había divulgado métodos de recopilación de inteligencia ni fuentes.
Pero The Washington Post y otros medios nunca reportaron que eso hubiera sucedido. En su lugar, se habían enfocado en la violación del protocolo de espionaje, que podría resultar en que aliados estadounidenses se rehusen a compartir datos sensibles con la Casa Blanca, y en la tendencia de Trump de abandonar del guion para el malestar de sus asesores.
McMaster le dijo a los reporteros el lunes por la noche que lo que decía The Washington Post era “falso”, pero los tuits de Trump este martes por la mañana parecen más bien justificar las acciones descritas en ese reportaje del Post. Ese tipo de desmentidas en términos personales son conocidas: la semana pasada Trump declaró a NBC News que la investigación del FBI sobre posibles vínculos entre Rusia y su equipo de campaña fue uno de los factores en su decisión de despedir a James Comey como director del buró; el vicepresidente Mike Pence justamente había declarado antes que ese no era el caso.
El gobierno ruso también desmintió que Trump le hubiera dado datos clasificados.
En sus tuits de este 16 de mayo, Trump también intentó dirigir la atención de la discusión sobre si filtró información a la necesidad de encontrar a los responsables de que se supiera que lo había hecho. “Le he estado pidiendo al director Comey & a otros desde que empezó mi mandato que encuentren a los FILTRADORES en la comunidad de inteligencia”, escribió.
La posibilidad de que Trump haya compartido información clasificada con los altos funcionarios rusos despertó nuevas preguntas sobre la relación del presidente con Moscú, en momentos en que tanto el FBI como comités legislativos investigan si sus asesores y socios de campaña estuvieron complotados con Rusia durante la elección presidencial del año pasado. Trump ha dicho que tales acusaciones son falsas y que han sido divulgadas por demócratas para explicar su derrota electoral. Sin embargo, continúa la controversia.
Trump se reunió con Lavrov y Kislyak en el Despacho Oval en respuesta a una solicitud del presidente ruso Vladimir Putin, pese a que el expresidente Barack Obama se había rehusado a invitar al canciller ruso a la Casa Blanca desde que Rusia anexó a Crimea y apoyó una insurgencia separatista en el este de Ucrania.
Moscú y Washington colaboran en la lucha contra el Estado Islámico, aunque respaldan a diferentes bandos de la guerra civil en Siria, donde el grupo extremista se ha hecho con varios territorios.
Respecto del posible plan del Estado Islámico de hacer uso de las computadoras personales que pueden subirse a los aviones, funcionarios estadounidenses dijeron la semana pasada que sopesaban prohibir ese acceso en todos los vuelos provenientes de Europa. Ese cambio sería inconveniente para muchos viajeros, que tendrían que dejar sus computadoras en las maletas que documentan.
Colaboraron para este reportaje Andrew E. Kramer, desde Moscú; James Kanter, en Bruselas; Sewell Chan desde Londres, y Jeremy Peters y Thomas Kaplan en Washington.
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