Belleza, fragancia e historia en una flor
Si le pregunto cuál es la flor nacional de Cuba estoy segura de que me dirá, sin vacilar, que es la mariposa blanca, presente tanto en parques, casas o jardines y muy buscada por la población dada su belleza y fragancia.
Ciertamente, Hedychium coronarium König, su nombre científico, fue declarada como tal el 13 de octubre de 1936 en el entonces Jardín Botánico de La Habana, actual Quinta de los Molinos, en La Habana. Mas, ¿conoce qué motivó tal decisión o quienes la tomaron?
Debe saber que fueron once los botánicos y personas vinculadas a esta rama de la ciencia, quienes escogieron a la mariposa. Ellos formaron parte de una comisión - nombrada por la antigua Sociedad Cubana de Historia Natural- que analizó las seis propuestas presentadas.
Se decidió realizar una votación secreta en la que cada miembro escribió, en orden de prioridad, el nombre de las plantas seleccionadas, y otorgó, además, una puntuación descendente de 6, 5,4…
puntos a cada una de ellas.
A la postre, Hedychium coronarium obtuvo el primer lugar con 52 puntos, seguida del galán de noche, que recibió 49; el jacinto de agua, 39; el lirio San Juan, 35; el aguinaldo, 32, y el garbancillo
24.
En el caso particular de la mariposa, aunque oriunda de Asia, fue escogida como símbolo de la mayor de las Antillas. El simbolismo adquirido durante las guerras independentistas del siglo XIX, cuando las mujeres escondían entre las espatas de la espiga los mensajes destinados a las tropas del Ejército Libertador, así como la popularidad de la que gozaba entre las flores ornamentales y/o de corte, fueron los aspectos decisivos tomados en cuenta.
A ello se suman elementos como la blancura de sus pétalos simboliza la pureza de los ideales patrios y de la paz, además de que la forma en que quedan imbricadas varias flores en una espiga significa rectitud, respeto, unidad y fuerza.
Las personalidades que intervinieron en la selección fueron: el director de la Sección de Botánica de la Sociedad, el religioso francés Joseph Silvestre (Hermano León), como presidente de la comisión; Carlos Guillermo Aguayo, Antonio Ponce de León, Juan Tomás Roig, María Teresa Álvarez, Luisa María Alvira, Felipe Mencía, Isidoro Castellanos, Luis Scaramuzza, L. Fors y L. García Montes.
Esta iniciativa estuvo motivada por un llamado de la República Argentina para incluir en el Jardín de la Paz, de Mar del Plata, que sería fundado el 19 de noviembre de 1936, la flor representativa de la mayor de las Antillas junto con las de otros países.
Transcurridas varias décadas, de las heroínas de la Revolución Celia Sánchez y Vilma Espín partió la idea de crear un agua de tocador con la fragancia de la mariposa. Fue así como los especialistas de la Unión de Empresas de Jabonería y Perfumería Suchel pusieron manos a la obra e hicieron realidad, tras numerosas jornadas de experimentos y pruebas, su objetivo.
Perfume cubano Mariposa de la Unión de Empresas de Jabonería y Perfumería Suchel El bouquet o fragancia de este perfume compuesto por poco más de una veintena de materias primas tuvo una excelente aceptación por el público dada su calidad. Incluso aparece reflejado en un sello de correo. Lamentablemente, no se ha continuado su producción.
Otros elementos interesantes acerca de la flor nacional de la República de Cuba son que se trata de una planta herbácea, perteneciente a la familia Zingiberaceae, en el verano, durante los meses lluviosos, la flores salen en sucesión de entre las espatas, primero como tubos delgados; luego, la flor despliega su gran corola, de tres pétalos, uno de ellos con su limbo más ancho y hendido.
Esta corola, los estambres y el pistilo largos le dan la apariencia atractiva de una mariposa, de donde procede el nombre que se le da en Cuba.
Aclaraciones:
El Jardín de la Paz está conformado por las flores nacionales de cada país con representación diplomática en Argentina. Junto a cada planta existe una placa con el nombre de la nación, de la flor, su imagen y al lado, la bandera nacional respectiva. Constituye un hermoso llamado a la solidaridad entre los pueblos y se debe a la iniciativa del ingeniero agrónomo Alberto V Oitavén.
Según los cronistas, el día de la inauguración “la concurrencia de público fue enorme, se hallaban altas autoridades nacionales, provinciales y municipales. Los participantes llevaban sobre su pecho
la flor de su patria. Durante la realización del acto se tocó música y canciones de los 52 países.”