UNA REFLEXIÓN CRÍTICA
De Stonewall al Orgullo de hoy
Se acerca el día internacional del orgullo gay y somos muchos los que nos preguntamos cuánto del espíritu de la rebelión de Stonewall queda aún en el movimiento LGTBI, colectivo con influencia creciente en la actualidad. Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas de protesta contra una redada policial que tuvo lugar el 28 de junio de 1969 en el bar Stonewall Inn, situado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village.
Se citan estos acontecimientos como la primera ocasión en que la comunidad gay americana luchó contra el aparato estatal que les perseguía y penalizaba por ser homosexuales. Son reconocidos estos hechos como el catalizador del movimiento moderno proderechos LGBTI en Estados Unidos y en todo el mundo.
Torturas
Ver documentales o leer sobre cómo se encerraba en cárceles o instituciones psiquiátricas a personas por el mero hecho de ser cogidas in fraganti teniendo relaciones sexuales con personas de su mismo sexo es sencillamente terrible. Se han documentado casos de “tratamientos médicos” muy agresivos que pueden ser calificados de simples torturas. Afortunadamente aquello pasó a la historia, al menos en la mayor parte de los países occidentales.
En nuestra opinión, poco queda ya de aquel espíritu rebelde y de autodefensa de los que sufrieron tan terrible represión en la América de aquellos años. Si nos centramos en occidente, el lobby LGTBI ha evolucionado hasta nuestros días para convertirse en una máquina poderosísima de influir, manejar dinero público y reprimir. Ahora son ellos los guardianes de la corrección política.
Ataques
Sólo hay que tomar, a modo de ejemplo, algunos episodios de acontecimientos recientes para llegar a esta conclusión. Los ataques a la libertad de expresión perpetrados contra el autobús de Hazte Oír, o contra múltiples actos donde intervenía la profesora Alicia Rubio -autora del libro Cuando nos prohibieron ser mujeres…y os persiguieron por ser hombres, libro crítico contra los postulados de género- son ejemplos de ataque contra las libertades.
También tienen poder de influencia sobre el legislador. Las diferentes leyes de imposición de la ideología de género y de protección contra la LGTBI-fobia en las escuelas lo prueban. En este momento son mayoría las comunidades autónomas en España en las cuales se aplican. En algunos casos se les puede considerar represores directos. En otros, instigadores de la represión.
Peligrosa, contra natura, generadora de odio y enemiga de la libertad es esta ideología. La ley integral contra la violencia de género española contempla, para un mismo delito, penas distintas dependiendo de si el agresor es hombre o mujer. Además, invierte la carga de la prueba, o lo que es lo mismo, obliga al acusado a demostrar su inocencia.
Ley de violencia de género, ley de igualdad, ley del divorcio, entre otras, se sustentan en el llamado derecho penal de autor, que no sólo invierten la carga de la prueba, sino que obliga a juzgar a las personas por el colectivo al que pertenecen, y no por los delitos cometidos. No son pocas las voces del mundo de la judicatura y otros ámbitos los que criticamos y luchamos contra este sin sentido.
Igualdad, no imposición
Es altamente probable que al pie de este artículo encuentren comentarios descalificando a El Club de los Viernes por ser homófobo, retrógrado y mil cosas más. Pero no se dejen engañar. Juzguen palabra por palabra lo escrito. Nada tenemos contra las personas homosexuales o transexuales, a no ser que éstas quieran imponernos su estilo de vida -a nosotros o a nuestros hijos-, promuevan leyes injustas para “solucionar” otra situación también injusta pero de signo contrario, o quieran meternos la mano en el bolsillo para financiar sus historias.
«No tienes ningún derecho sobre los demás, no te escudes en la ley para limitar los anhelos y propósitos de una vida ajena»…reza en nuestro Twitter, frase que bien podría haber sido pronunciada por cualquiera de las personas que protagonizaron la rebelión de Stonewall.