Michael y Jarrad Duggan-Tierney con Reid, su hijo, en Melbourne, Australia
Unos padres gays se convierten en activistas en el debate sobre el matrimonio en Australia
Por Adam Baidawi - Read in English Australia – Era una escena que se repite prácticamente todos los días en los patios de las escuelas de Australia: una pareja, parada entre una decena de otros padres, esperaba a que sonara la campana de salida.
En ese momento Reid Duggan-Tierney, de 7 años, salió de la escuela dando de brincos y corrió hacia Michael y Jarrad Duggan-Tierney: sus padres.
Los Duggan-Tierney son una de cerca de 6800 parejas del mismo sexo en Australia que tienen un hijo. De muchas maneras, su familia representa el abismo que ha surgido entre la ley y la vida de las personas. Conforme el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese país se hace cada vez más hostil, los padres homosexuales equilibran la rutina diaria de juegos y tarea con el activismo.
Los australianos participan en una votación postal a nivel nacional, una encuesta no vinculante que busca ayudar al gobierno a decidir si seguirá impulsando la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Las boletas se enviaron por correo la semana pasada y el lunes fue el último día para que la autoridad las recibiera. Los activistas de ambos bandos han usado el bienestar de los niños para fundamentar sus argumentos.
La semana pasada, John Howard, ex primer ministro, señaló que legalizar el matrimonio gay dañaría a los niños. “Creo que hay un conflicto entre quienes buscan el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos del hijo, y creo que el derecho de un niño a tener una madre y un padre debe conservarse”, le dijo a The Weekend Australian.
Quizá los Duggan-Tierney no tengan una plataforma tan importante como la de Howard, pero cuentan con más de 59.000 seguidores en Instagram. Desde su cuenta, documentan su vida como padres: juegos en el parque, la compra de la despensa. Dicen que su esperanza es normalizar la paternidad de dos personas del mismo sexo para una mayor audiencia.
Han estado juntos durante dieciséis años. Aunque no están legalmente casados, cada uno porta una argolla en la mano izquierda y cambiaron sus nombres legales para compartir el apellido.
Reid nació de una madre subrogada en India y tiene una foto de ella junto a su cama. Desde el punto de vista biológico y legal, solo uno de los dos hombres es su padre, pues la pareja no ha solicitado una sentencia de paternidad en los tribunales.
“Pero ya somos una familia en nuestra mente y nuestros corazones”, dijo Michael.
Las verdades —y los retos— mundanos de las parejas gays con hijos no están muy presentes en la acalorada discusión nacional. Los padres describen las dificultades de concluir asuntos administrativos incluso triviales. En el hospital, puede ser que saluden a los Duggan-Tierney con un “¿Ustedes son los padres?”, sin embargo, un funcionario gubernamental que renovó el pasaporte de Reid estaba esperando conocer a la madre del niño, relató la pareja.
En días previos de la semana pasada, un sondeo realizado por Fairfax/Ipsos reveló que cerca del 70 por ciento de los australianos votaría a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en la consulta del gobierno. El bando del no sigue decidido a pesar de las recientes encuestas de opinión.
Los opositores al matrimonio entre personas del mismo sexo argumentan que los niños “perderían el derecho” a tener una madre y un padre, y que legalizar las uniones abriría la puerta a “programas radicales de educación sexual gay”. Se ven a sí mismos como un David que observa desde lo alto a un Goliat políticamente correcto, y predicen su victoria en los resultados del voto postal que estarán listos en noviembre.
“Contamos con muchos cientos de miles de personas preocupadas que, al igual que con el brexit y con Trump, se movilizarán y afirmarán su preferencia silenciosa en las próximas semanas”, dijo David van Gend, un portavoz de la Coalición a Favor del Matrimonio, un grupo que se opone a la legalización.
Los defensores del matrimonio entre personas del mismo sexo dicen que la preocupación por los niños es poco informada. Señalan un informe reciente de la Escuela de Leyes de Columbia que analizó 79 estudios sobre el bienestar de niños con padres o madres del mismo sexo. Los investigadores encontraron que el 94 por ciento de esos estudios concluían que a los hijos de parejas del mismo sexo no les iba peor que a los criados por padres heterosexuales.
Van Gend dijo que Columbia se estaba involucrando en una “defensa pública” y una “ciencia tramposa” al publicar ese resumen, y señaló que ninguno de los estudios con resultados positivos incluía datos significativos.
Simon Crouch, un investigador australiano cuyo estudio citó Columbia, dijo que el informe es sólido y confiable. “Tres décadas de investigación en esta área señalan que no hay diferencia —y, en ocasiones, hay incluso beneficios— en los hijos de familias con padres del mismo sexo”, aseveró.
Conforme la votación se acerca, el tono del debate se ha puesto más candente y sentimental. En agosto, virulentos materiales de campaña, incluyendo folletos que se refieren a la homosexualidad como “una tragedia familiar”, circularon por Melbourne y Sídney.
“Se dicen cosas dolorosas”, dijo la senadora Penny Wong, miembro del Partido del Trabajo y madre en una pareja del mismo sexo. “Quizá dicen las cosas de manera educada, pero son comentarios dolorosos e inexactos sobre nuestras familias y nuestros hijos”.
Otra madre, Kristy Yeats, dijo: “El debate parece tratar sobre los niños —y la paternidad homosexual—. Hemos sentido eso muy agudamente”. Yeats, quien tiene una hija, de 8 meses, junto con su pareja mujer, añadió: “No puedo ver cómo es que ampliar este derecho a grupos minoritarios les quita algo a los demás”.
Recientemente, el debate se tornó violento. El ex primer ministro Kevin Rudd escribió en Twitter que su ahijado había sido atacado por un oponente del matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo golpeó un hombre que había estado quitando banderas de arcoíris colgadas para apoyar el matrimonio gay, según los reportes de los medios noticiosos locales.
Ese mismo día, el gobierno aprobó leyes de emergencia que instituyen castigos por denigración, intimidación y amenazas durante la campaña.
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