El voto postal sobre el matrimonio igualitario en Australia y el encendido debate que ha surgido por la estupidez de sus políticos ha llevado a algunos al punto de intentar patear perros e insultar a sus cuidadoras. Lo normal.
CASI PATEAN A ESTE PERRO POR LLEVAR UN PAÑUELO A FAVOR DEL MATRIMONIO IGUALITARIO
Australia maneja una situación política complicada acerca de la aprobación o no del matrimonio igualitario. Si la ciudadanía se pronuncia a favor de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo –el voto se hará por correo hasta el 7 de noviembre–, se espera que la ley se apruebe antes del 7 de diciembre, fecha en la que el Parlamento culmina sus sesiones legislativas.
Empiezo a estar un poquito cansado ya de las noticias sobre Australia. Y si estoy cansado yo, tú tienes que estar igual. Y el colectivo LGTB australiano ya ni te cuento. Pero el caso es que la gilipollez del voto postal para decidir si se legisla de una vez el matrimonio igualitario en el país de Kylie está provocando un aluvión de incidentes.
Incidentes que, por cierto, todo el mundo con dos dedos de frente avisó de que iban a ocurrir. Pero al primer ministro, Malcolm Turnbull, le da un poquito igual. Él solo quiere seguir en el poder.
Claire Sutherland, editora del magazine RendezView, ha publicado en su Twitter una foto de su perro, Mack, con un pañuelo en favor del matrimonio igualitario en Australia. Claire explica en el tweet que un “cretino” intentó darle una patada a Mack mientras gritaba insultos homófobos. “Australia, realmente te has cagado en esa cama.”
En un artículo publicado en el Herald Sun y titulado “Quién iba a pensar que un perro podía ser víctima de la homofobia“, Claire explica que aunque Mack nunca está cómodo cuando le ha intentado poner alguna pieza de ropa con este pañuelo estaba encantado. Hasta que la chica que suele sacarlo a pasear lo llevó al parque de Yarraville, en Melbourne, donde un imbécil vio el pañuelo e intentó darle una patada al perro.
Por suerte el imbécil no acertó y Mack quedó ileso, pero a la cuidadora le cayó una buena sarta de insultos: “La llamó ‘puta maricona pervertida’, le dijo que era una degenerada y que era peligrosa; y todo mientras hacía referencias a la encuesta sobre el matrimonio homosexual.”
“En serio, Australia, ¿de verdad hemos llegado al punto de gritarle a los perros en el debate sobre la igualdad del matrimonio? ¿cómo hemos llegado aquí?“. Claire se niega a identificar a todos los que quieren votar No en la encuesta por las acciones de un enajenado porque “no me gustaría que lo hicieran con aquellos del lado por el que voy a votar, pero tristemente ese barco partió hace mucho.”
Añade que “sinceramente, pensaba que podíamos tener un debate respetuoso sobre el tema (probablemente porque soy hetero y nunca he sido víctima de prejuicios ni abusos), pero nunca he estado más convencida de lo equivocada que estaba.”
Y es que como ya te hemos explicado varias veces, el hecho de que el voto postal no esté sujeto a las normas electorales ha hecho que la homofobia campe a sus anchas por toda Australia. Desde grupos de neonazis colgando carteles homófobos hasta comadronas que insultan a madres lesbianas después de 17 horas de parto. Incluso se empiezan a ver eventos del “Orgullo” hetero (que, obviamente, son un auténtico fracaso).
Por suerte aún hay quien planta cara a la homofobia. Ya sea despidiendo a empleadas que difunden su discurso de odio en redes sociales o “arreglando” carteles que dicen que no tiene nada de malo votar que NO (y joder los derechos humanos de los demás).