La reciente expulsión de 15 diplomáticos cubanos del consulado de Cuba en Washington ha puesto en pausa el procesamiento de solicitud de visas de miles de cubanos.. En las redes sociales se cuentan por cientos las personas con inquietudes sobre la extensión del período de tiempo para realizar los trámites consulares. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba insta a La Habana a permitir "la libre entrada y salida de los cubanos al país en que nacieron cancelando de inmediato la autorización llamada 'habilitación' del pasaporte"
Donde vive un cubano, allí esta Cuba
La sociedad civil pide a Cuba la libre circulación de sus nacionales
Mario J. Pentón
Ernesto Perdomo había reunido el dinero para viajar a Cuba. Tras pasar dos años y medio en Estados Unidos perdió su condición de residente en la Isla. En el consulado cubano de Washington le dijeron que necesitaba habilitar su pasaporte, pero la reciente expulsión de 15 diplomáticos cubanos ha puesto en pausa sus planes.
"Si solo queda un funcionario consular, cómo se podrán procesar las miles de solicitudes de los más de dos millones de cubanos que vivimos en Estados Unidos? Necesitamos que Cuba alivie la carga de trámites y que nos deje ir a visitar a nuestros familiares sin tantas complicaciones", dice Perdomo.
Tras el anuncio de Estados Unidos de que Cuba debía retirar a 15 de sus diplomáticos, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla dijo la semana pasada que la situación era de "extraordinaria precariedad", aunque no precisó si la sede diplomática continuará ofreciendo los servicios consulares ni qué alternativas quedan a quienes piensen viajar a la Isla.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) recogió el sentir de miles de cubanos que residen en EE UU y están preocupados por la situación de sus trámites consulares emitiendo este lunes un comunicado en el que insta a La Habana permitir "la libre entrada y salida de los cubanos al país en que nacieron cancelando de inmediato la autorización llamada 'habilitación' del pasaporte".
"Raúl Castro tiene –ante todo– la obligación de poner fin a esta crisis garantizando la seguridad de los diplomáticos estadounidenses, según lo establece la Convención de Viena de 1961", dijo la FHRC en su comunicado.
La organización, con sede en Miami, también pidió deponer de forma inmediata a Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl Castro, y a los encargados de la seguridad de las representaciones diplomáticas en Cuba.
"Raúl Castro tiene la obligación constitucional de permitir de inmediato que los nacionales que hayan adquirido una segunda ciudadanía puedan viajar a Cuba usando el pasaporte de su nuevo país de residencia", añade y pide que se conceda "de inmediato" una extensión automática –sin cobrarla– a todos los pasaportes cubanos que requieran ser revalidados a fin de que ese trámite no impida viajar a sus portadores mientras dure esta crisis.
En las redes sociales se cuentan por cientos las personas con inquietudes sobre la extensión del período de tiempo para realizar los trámites consulares.
"Si antes de la expulsión de los funcionarios, las prórrogas del pasaporte demoraban ocho meses tras la expulsión de los diplomáticos el tiempo se triplicará, al menos. Si cada dos años se tiene que prorrogar el pasaporte, entonces cuando el ciudadano reciba su documento ya lo tendría que enviar nuevamente para que esté actualizado", ironizó un usuario de Facebook.
Regresar a la Isla significa para los cubanoamericanos un importante desembolso y un número considerable de trámites, como la renovación del pasaporte. Los que han nacido en Cuba solo pueden entrar a la Isla con ese documento de viaje, que cuesta 375 dólares y otros 180 para prorrogarlo cada dos años. Además, si la persona ha permanecido más de dos años en el extranjero y Cuba la considera emigrada necesitará una "habilitación" del pasaporte, que cuesta entre 20 y 50 dólares según las agencias.
Las instituciones que velan por los derechos humanos en la Isla, como la FHRC y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos se han hecho eco en diversas ocasiones de las dificultades que representan estas trabas para quienes quieren viajar a la Isla y han exhortado a que Cuba permita la entrada de sus nacionales con pasaportes de terceros países.
"Al final quienes pierden siempre son la gente del pueblo, porque los jefes siguen viviendo bien y aprovechándose de la situación", dice desde Cienfuegos Nobaldo Rodríguez, quien esperaba a su hermano que vive en Miami.
El más reciente encontronazo entre Cuba y Estados Unidos comenzó el pasado viernes, cuando Washington decidió evacuar al 60% del personal de su embajada en La Habana argumentando que el Gobierno cubano no podía garantizar su seguridad. La decisión dejó en ascuas a miles de personas que pretendían viajar al vecino del norte.
Washington argumenta que en la capital cubana al menos 22 de sus diplomáticos y 5 familias canadienses sufrieron misteriosos ataques acústicos que les provocaron una serie de síntomas físicos incluyendo quejas de oído y pérdida auditiva, mareos, dolor de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir. Hasta el momento no se tiene conocimiento del arma que fue utilizada o quién pudiera ser el responsable de la acción. El Departamento de Estado ha enfatizado que no responsabiliza a Cuba del hecho en sí, pero que como país anfitrión es responsable de la seguridad del personal diplomático.