El 12 de octubre Día de la Raza y Día del Respeto a la Diversidad Cultura
El concepto fue acuñado en 1925 por José Vasconcelos y hacía referencia al sincretismo entre Europa y América... El 12 de octubre se enseña en América hablando de asaltos y colonización.
DÍA DE LA VIRGEN DEL PILAR
El 12 de octubre es el Día de la Raza pero, ¿cuál raza?
Fue hace 525 años que Cristóbal Colón arribó al continente americano, motivo por el que en varios países se celebra el 12 de octubre como el Día de la Hispanidad o Día de la Raza. En México, esta fecha no forma parte de las celebraciones oficiales, pero sí es considerado fiesta nacional desde 1929, cuando el Congreso de la Unión aprobara la conmemoración de la fecha como festejo nacional, según datos del gobierno mexicano.
Unos años antes, en 1925, José Vasconcelos, entonces Secretario de Educación del país, escribió la obra La Raza Cósmica, texto en el que se basó para promover de manera definitiva la celebración del 12 de octubre, la cual se aprobó cuatro años más tarde.
¿Cuál es esta raza de la que hablaba Vasconcelos? En sus propias palabras, “la civilización conquistada por los blancos, organizada por nuestra época, ha puesto las bases materiales y morales para la unión de todos los hombres en una quinta raza universal, fruto de las anteriores y superación de todo lo pasado”, dice el texto.
Casi nueve décadas más tarde, las cosas no parecen ser tan sencillas en materia de demografía y composición social, según indican especialistas consultados por Verne. Para César Carrillo Trueba, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, la noción del concepto de raza es muy ambiguo.
“La fusión de razas americanas nativas con lo español y lo europeo darían origen a esta raza cósmica en América Latina, una celebración que se pensó como una fusión donde privaba la idea de Vasconcelos y donde los indígenas estaban bien adaptados a la tierra donde habitaban. Se pensaba mucho en una idea de eugenesia”, dice el experto vía telefónica.
La idea de Vasconcelos, concebida hace casi un siglo, refiere más a la unidad de los mexicanos, que a una idea de diversidad, según indica a Verne Manuel González Navarro, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana en Iztapalapa. “Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que no hay una sola raza", dice el académico. "No somos homogéneos y esta pluralidad, que hoy es más evidente, se construyó como una idea para enfrentar el pasado y tener la posibilidad de hacer un reconocimiento en términos de una raza cósmica y monolítica”, indica.
Los análisis sobre la identidad del mexicano van más allá de lo meramente cultural o histórico y se adentran en el campo biológico de nuestros antepasados. El estudio Diversidad genómica en México: pasado indígena y mestizaje realizado en el Departamento de Genética de la Universidad de Stanford, tomó datos del censo de población del INEGI. La investigación señala que alrededor de 10% de la población mexicana pertenece a algún grupo indígena y más de 10 millones de mexicanos pertenecen a alguna de las 62 etnias reconocidas oficialmente.
“Este hecho es promovido como motivo de orgullo nacional y estandarte político (y turístico) de la pluralidad y diversidad que México conserva", explican los investigadores en el documento. "Pero también significa que la mayoría de los mexicanos (más del 90%) no son identificados como parte de esta diversidad autóctona, sino como mestizos".
Para Carrilo, la diversidad de México descarta una definición única de raza en el siglo XXI. “La presencia de genes de raza negra está presente en varios lugares como Oaxaca, Guerrero y Veracruz y poco se habla -por ejemplo- de la migración asiática que también tiene presencia en muchos lugares”, dice el académico.
El concepto de raza única también deja a un lado a las comunidades indígenas y grupos étnicos en México. La última encuesta intercensal del INEGI encontró que más de 25 millones de personas, cifra equivalente al 21% de la población, se reconocen como indígenas. Aunque han cambiado a lo largo de los años, las lenguas, cultura, costumbres y formas de vida de estos mexicanos tienen sus orígenes desde antes de la colonización.
Hasta el siglo XIX, los mexicanos mantenían la creencia de todas sus características, tanto físicas como espirituales o morales, se heredaban de generación en generación a través de la sangre. Ese concepto se trasladó a nivel nación, en la que se pensaba en México como una gran tribu o familia con características comunes. “Remite a sus lazos de sangre que hoy día se han convertido en sus vínculos de genes”, dice el artículo Para una crítica de la noción de raza escrito por Carlos López Beltrán, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Por ello, “el pensamiento llamado tipológico (o esencialista) hasta el siglo XIX solía ligar pertenencia a familia, tribu, grupo y nación con un sustrato material, transmitido de generación en generación a través de la sangre y reflejado en los rasgos físicos y morales de las personas y colectividades”, indica.
En 2017 no se puede hablar ni de una raza ni de una sola identidad, de acuerdo con los expertos. “No solo cuenta lo biológico: cuando se habla de raza, siempre se habla de lo cultural”, dice Carrillo. Por ello, el 12 de octubre como Día de la Raza es una celebración que ha caído en desuso, según González Navarro, pues las preocupaciones de la sociedad van más allá de legados o estirpes. “El Día de la Raza se conmemora con menor fuerza, hoy el espíritu es de reflexión", señala el académico.
¿Hispanidad?... El 12 de octubre se enseña en América hablando de asaltos y colonización
La llegada al Nuevo Mundo no fue un descubrimiento, fue una conquista.
Oficialmente, el 12 de octubre se celebra en España el Día de la Fiesta Nacional, aunque también se conoce como el Día de la Hispanidad. En realidad, lo que se conmemora es el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. Un momento... ¿descubrimiento? Y aquí empieza el desacuerdo. La historia que hemos aprendido a este lado del Atlántico habla de viajeros y descubridores que llegan al Nuevo Mundo capitaneados por un aventurero que muchos pensamos que también era español. Esa lección dejaba a un lado a los nativos que ya vivían en América antes de que llegaran los españoles, el saqueo de los recursos naturales e incluso la verdadera nacionalidad de Colón, que era genovés.
Sin embargo, la historia que se enseña en América es distinta. Hemos querido preguntar a varios periodistas y corresponsales americanos para que nos digan cómo entienden en sus países el 12 de octubre:
Federico Rivas en Argentina
En Argentina ya no es obligatorio saberse de memoria los nombres de las tres carabelas de Colón. Mucho menos que el genovés obsequió cristales de colores a los indígenas que lo recibieron en una pequeña isla de las Antillas. Esos datos sí quedaron en la cabeza de todos aquellos que se educaron durante la dictadura militar (1976-1983) y los primeros años de la democracia.
Ya en la década del 90, el discurso escolar cambió poco a poco la palabra "descubrimiento" por "encuentro de culturas", sobre todo cuando el debate iniciado por los 500 años del desembarco de Colón disparó todo tipo de corrientes revisionistas. Pero no fue hasta 2010 cuando el 12 de octubre dejó de llamarse oficialmente "Día de la Raza" por ser "ofensivo y discriminatorio". Un decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández en 2010 cambió el nombre por el de "Día de la Diversidad Cultural Americana"
El cambio de nombre obligó al Estado a cambiar los contenidos obligatorios escolares. La efemérides se utiliza ahora para recuperar la memoria precolombina y se han dejado de lado los detalles históricos de la conquista. Los niños cambiaron el dibujo de las carabelas y Colón por la wiphala, la bandera multicolor que representa la diversidad cultural.
Tom C. Avendaño en Brasil
El 12 de octubre es festivo en Brasil pero no tiene nada que ver con Colón y de hecho Europa solo sale de refilón en la historia. Lo que se celebra es el día de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida y recuerda la historia de Guarantinguetá, un pueblo brasileño que en 1717 esperaba la visita de un conde. Tres pescadores se hicieron al río Paraiba del Sur para tener comida con la que agasajarle: echaron sus redes una vez y encontraron una figura de terracota descabezada, la de la Virgen de la Concepción.
Con los años esta Virgen se fue haciendo más y más popular (muchos creen que fue porque era negra, como casi toda la población brasileña que necesitaba un milagro). Se le construyó un altar, luego un templo, y, en 1930, el Papa Pío XI la nombró patrona de Brasil.
El país se evita así asociar el día a un pasado que aún incomoda a algunos y cuyo recuerdo no es para nada el mismo en todo el país. Por regla general (y resumiendo burdamente) cuanto más conservador es el colegio, más idílica es la forma en la enseña la colonización, mientras que los colegios progresistas tienen a centrarse más en las problemáticas raciales y culturales.
El estudio de historia afrobrasileña solo se introdujo en la enseñanza básica por una ley aprobada en 2003. Ahora (y aquí también estamos hablando de forma muy general), a los niños pequeños se les cuenta el cuento del conquistador Pedro Álvares Cabral (el primero europeo en pisar tierras brasileñas) y, según van avanzando cursos, se les empieza a cuestionar el relato y a hablar de la esclavitud (que en Brasil perduró hasta 1888).
Cristian Gallegos en Chile
La definición del 12 de octubre en Chile es ambigua. Para algunos es el Día del Descubrimiento de América, otros lo llaman el Día de la Resistencia Indígena y, aunque oficialmente se llama el Día del Encuentro de Dos Mundos, es más conocido como el Día de la Raza. Lo que está claro, es que nadie lo llama el Día de la Hispanidad o el Día de Colón.
Lo del nombre quizás pasa a segundo plano cuando existe un motivo para tener una jornada libre. Pese a ello, la forma en que en las escuelas enseñan y/o celebran los días previos al 12 de octubre es pintoresca y folclórica, con actos y con mucha demanda de trabajos y tareas escolares sobre el tema. Hay, sin embargo, dos elementos en común de los estudiantes chilenos, o por lo menos de los estudiantes de los años noventa: el material bibliográfico del Icarito, la revista de recortes de historia indispensable en las casas chilenas, y del libro azul típico de Historia de la editorial Santillana y los actos de disfraces.
Pero la recreación del acto de la llegada de Colón es sin lugar a dudas lo más interesante. Recuerdo cómo el método de las educadoras era simple y no muy ingenioso. En mi escuela separaban las clases en dos grupos: los indígenas y los españoles. Los disfraces que usaban no tenían mucha producción y el guion del acto tampoco. A los indígenas los vestían con ponchos de lana (complejo en estas fechas por el calor primaveral en Santiago), con un cintillo en la cabeza y sin zapatos. Los españoles vestían con armaduras de cartulina o de cartón, dependiendo del presupuesto de la escuela. La espada era esencial.
El chico que elegían como Colón no se parecía en nada al de las fotos del Icarito. Las carabelas se hacían manualmente por las profesoras y todo esto finalizaba en un acto presenciado por los padres, en el que ambas partes se enfrentaban en una gran batalla. Aunque también se leían pasajes bíblicos, pero lo divertido era esa pelea caricaturesca de la conquista.
Actualmente, las escuelas toman esta celebración como un encuentro entre las diferentes culturas de la región y realizan actos con atuendos de los diferentes países de Latinoamérica.
Sally Palomino en Colombia
Algunos libros que se usaban en las clases de primaria en los colegios de Colombia han tenido que archivarse. Aunque la historia es la misma, ha cambiado la manera cómo se enseña a los estudiantes lo que se ha conocido como el descubrimiento de América. Las opiniones de los maestros parecen coincidir desde algunos años cuando hablan de que el histórico hecho no solo fue un “asalto” a la riqueza del país, sino también a las costumbres, a la cultura. La fecha se celebra ahora con el nombre de Día de la Raza y se destaca el respeto por los indígenas.
En las escuelas, el 12 de octubre ya no se hace énfasis en la conquista porque en el centro del discurso está la exaltación a las raíces culturales. Los alumnos hacen representaciones en las que narran la vida de los pueblos y sus costumbres. Además, en la misma fecha se celebra el Día Nacional del Árbol, establecido por decreto. En los colegios han intentado que ese día también sirva de excusa para hablar de la riqueza natural. En algunas instituciones los estudiantes siembran árboles durante esa jornada.
Atrás parecen haber quedado los actos que se hacían hace años en las escuelas, cuando los estudiantes tenían que ingeniárselas para hacer representaciones de La Pinta, la Niña y la Santa María. Ahora, los relatos de indígenas (que cada vez son menos en Colombia) son el foco de la conmemoración. Hablar del "encuentro de dos mundos" más que de una conquista parece haberse impuesto en las clases de historia que reciben los colombianos.
Nicolás Alonso en Estados Unidos
El poema 1492, que relata las hazañas de Cristóbal Colón y sus viajes de exploración, es utilizado por muchas escuelas en Estados Unidos para enseñar a las nuevas generaciones los logros de la llegada a América. Los versos detallan los descubrimientos de territorios, la presencia de nativos y el comercio de oro.
Pero en Estados Unidos se cuestiona cada vez más el relato de las aventuras de Colón y existe una creciente división entre aquellos que celebran el legado del explorador y quienes lo desprecian por su conquista de comunidades indígenas. En numerosos municipios y ciudades del país, entre ellas Minneapolis y Seattle, el día ha pasado de llamarse Columbus Day (Día de Colón), a Día de los indígenas.
El mismo dilema se presenta en las aulas. Hay Estados como Carolina del Sur o Texas, donde se presenta una imagen valiente y admirable de Colón. Pero en otros, como California o Colorado, los profesores optan cada vez más por explicar un retrato más completo del colonizador, que incluye su trato opresivo a las poblaciones nativas de los territorios a los que llegó.
Mónica Cruz en México
Los libros escolares de primaria y secundaria en México describen la llegada de Cristóbal Colón al continente como el inicio de las expediciones españolas de un nuevo territorio, pero también de la explotación de las poblaciones indígenas y los recursos naturales de la región. Este es un fragmento del libro de Historia para sexto de primaria de la Secretaría de Educación Pública:
“Como resultado de los viajes de exploración del siglo XVI, los europeos lograron una gran expansión económica debido al saqueo y a la explotación de recursos de América. Esto benefició a muchos europeos. Sin embargo, su llegada al territorio representó una tragedia para muchos pueblos y culturas. Basta pensar en los millones de indígenas de América que murieron tras la Conquista española”.
El libro de Historia I para segundo de secundaria de Ediciones Castillo (parte del currículo oficial) dice: "El proceso que este evento desencadenó duró siglos y tiene distintos significados según la perspectiva con la que se observe. Desde el punto de vista europeo fue una conquista, desde la perspectiva indígena se trató de una invasión”.
Jacqueline Fowks en Perú
Las escuelas en Perú han adoptado el enfoque por competencias (aprender a hacer) abandonando los ejes temáticos en la enseñanza, y en ese cambio, Cristóbal Colón parece haber perdido peso en la historia. Hace 35 años, una tarea típica en primaria era dibujarlo y colorearlo en el cuaderno, acompañado de las tres carabelas. “El 12 de octubre es una fecha cívica en el calendario escolar -como el día de la bandera, la batalla de Angamos o las fiestas patrias- pero unas fechas son más importantes que otras”, explica a EL PAÍS la directora de una escuela pública en el Cercado de Lima. No es un día festivo.
“Con Colón, todo bien, porque probó que la Tierra no era plana y fue una oportunidad porque conocieron un nuevo mundo: ese es el ángulo con el que se enseña en tercer grado de primaria, cuando los niños tienen unos ocho años. Pero así como descubrimiento es equivalente a Colón, conquista lo es a españoles. Uno de los profesores dice que los españoles vinieron a llevarse todo y a subyugarnos”, añade la directora.
Desde otra visión, una estudiante de 12 años de sexto grado de primaria en una escuela bilingüe y privada de Lima recuerda que vio el tema cuando era pequeña, en segundo o tercer grado. “Pero en mi colegio no se celebra el día ni vemos nada. Fue el inicio de la colonización de América por los españoles, trajeron caballos, se llevaron llamas, y los españoles transformaron el chicle (goma de mascar) en un producto que antes no conocían”, explica.
Día de la Virgen del Pilar
Durante 40 años, España hizo coincidir el día de la Virgen del Pilar con la «Fiesta de la Raza española». Se instituyó esta jornada festiva por una ley promulgada bajo el reinado de Alfonso XIII, siendo Antonio Maura presidente del Gobierno.
Por entonces, el sentido de la raza primó por encima del de hispanidad para conmemorar, cada 12 de octubre, la unión de mundos que llegó con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. El navegante arribó a tierras americanas el 12 de octubre de 1492. Viernes, para más señas.
Pero el concepto de hispanidad no cuajó en la denominación festiva oficial en España hasta bien avanzado el siglo XX. Sí es cierto que, de forma coloquial —y defendido activamente por intelectuales como Ramiro de Maeztu— se fue abriendo paso la denominación de día de la Hispanidad para referirse a la celebración del 12 de octubre.
En el resto de países iberoamericanos se instituyó también de forma generalizada el 12 de octubre como festivo. Eso sí, con el paso del tiempo se fue derivando en su denominación y en el significado oficial que cada país optó por darle.
En España, el «Día de la Raza» se celebró como tal, por última vez, el 12 de octubre de 1957. En 1958, el régimen franquista dictó un decreto por el que se cambiaba esa denominación por otra, la de «Fiesta de la Hispanidad».
Franco había optado durante años por mantener el sentido de la ley de 1918 que había instituido el «Día de la Raza», una celebración que él celebró por vez primera en calidad de jefe del Estado el 12 de octubre de 1939. Hacía solo unos meses que había acabado la Guerra Civil. Franco presidió los actos de aquel «Día de la Raza» en Zaragoza, donde radica la Basílica de la Virgen del Pilar.
Unos meses más tarde, el régimen franquista refrendó esa festividad del 12 de octubre tal y como se había instituido, en esencia, en 1918. La orden ministerial la firmó el entonces ministro de la Gobernación, Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco. En dicho decreto se incluye la «Fiesta de la Raza», cada 12 de octubre, entre las denominadas «fiestas nacionales absolutas, asimiladas a domingos, pero con recuperación de horas perdidas». La misma consideración se les otorgó, en ese decreto, al 19 de abril («Fiesta de la Unificación»), al 18 de julio («Fiesta del Trabajo Nacional»), y al 1 de octubre («Fiesta del Caudillo»).
Lo establecido en aquella orden ministerial permaneció vigente hasta 1958, cuando por decreto se cambia el nombre de «Fiesta de la Raza» por el de «Fiesta de la Hispanidad».
Y como tal se mantuvo hasta la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que establece el 12 de octubre con nueva denominación: «Fiesta Nacional de España». Ni raza ni hispanidad aparecen citados, en contraste con el Real Decreto 3217/1981 que la Presidencia del Gobierno dictó el 27 de noviembre de aquel año y en el que sí se denominaba al 12 de octubre como «Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad».
Sin embargo, la Ley 18/1987 elimina el carácter de fiesta de la Hispanidad y la restringe exclusivamente al ámbito de España. Dicha ley justifica que la fiesta nacional sea el 12 de octubre porque «simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos».