NUEVA YORK LA CAPITAL DEL MUNDO
La afroamericana Chirlane McCray esposa del alcalde ha roto barreras en la política; Con la reelección del demócrata Bill de Blasio, seguirá apoyando proyectos por la salud mental y la comunidad LGBT.
Chirlane McCray y Bill de Blasio pasean por Nueva York.
Feminista, bisexual y reivindicativa: así es la esposa del alcalde de Nueva York
MÓNICA PARGA
Hay una curiosa anécdota que suele ser atribuida a numerosos matrimonios en los que la mujer ha logrado hazañas destacables pero es el marido quien ostenta el poder público. Los Obama son protagonistas frecuentes de este relato, que se desarrolla así (los nombres varían según la ocasión): una noche, Barack y Michelle decidieron salir a cenar a un restaurante modesto, y el camarero pidió hablar con Michelle en privado. Cuando volvieron, Barack le preguntó a Michelle por qué el camarero estaba tan interesado en charlar con ella, y ella le contó que se conocían y que siendo adolescentes había estado enamorado de ella. "Así que si te hubieras casado con él, ahora serías la dueña de este restaurante", le dijo Barack. "No –respondió Michelle–. Si me hubiera casado con el camarero, ahora él sería presidente".
Esa misma historia podría servir para el matrimonio de Chirlane McCray y Bill de Blasio, el recién reelegido alcalde de Nueva York este martes. La esposa del demócrata que ha dirigido la ciudad desde 2013 comenzó su carrera como redactora de discursos para el primer alcalde afroamericano de la Gran Manzana, tras destacar por sus poemas contra el racismo y por el respeto de la homosexualidad, y ahora, dentro del ayuntamiento, lidera una ambiciosa iniciativa por la salud mental sustentada por 850 millones de dólares de presupuesto, además de participar en numerosos proyectos para mejorar la ciudad.
Aunque no ocupa tantas portadas como otras primeras damas, su figura se ha erigido como un símbolo para una gran parte de los neoyorquinos. Al fin y al cabo, no deja de ser la esposa afroamericana de un hombre blanco en medio de un nuevo repunte de las tensiones raciales en Estados Unidos, denunciado a través de gestos como #TakeAKnee (arrodillarse cuando suena el himno, algo que han hecho sobre todo jugadores de fútbol americano).
Su discreta estatura parece aún menor al lado de los 1,96 metros de altura de Bill de Blasio, pero pocas cosas intimidan a McCray. El pasado septiembre, salió a las calles de Manhattan enfundada en un vestido de novia para protestar contra la violencia doméstica acompañada de decenas de mujeres de la 'Bride March'. Tiene un equipo de cinco personas, su propia agenda, y es la mano derecha de su marido. Asiste a reuniones de su gabinete, participa en entrevistas de candidatos para el ayuntamiento, e incluso colabora en la elaboración de algunos discursos. Dicen que los miembros del equipo a veces le consultan a ella las propuestas antes de hablarlas con de Blasio.
UNA MUJER DE NOMBRE CHIRLANE
Chirlane nació en uno de los numerosos pueblos llamados Springfield en Estados Unidos, el suyo en Massachusetts. Su madre trabajaba en una fábrica y su padre era empleado en una base militar, y desde pequeña sufrió la injusta discriminación de los que vieron en su color de piel un signo de inferioridad. Cuando su familia se mudó a otra ciudad, teniendo ella apenas 10 años, sus vecinos iniciaron una petición para lograr su expulsión del barrio.
En el colegio llegó a ser la única alumna afroamericana durante parte del curso, y los frecuentes ataques contra ella la animaron a escribir poesía y participar en el periódico de la escuela, donde denunció el racismo de los estudiantes. Su implicación contra el abuso se hizo más fuerte en la universidad y entró en una organización de feministas afroamericanas.
A su llegada a Nueva York empezó a escribir en varias publicaciones, y en 1979 publicó su ensayo más famoso, "Soy Lesbiana", en la revista Essence, donde se presentaba abiertamente como homosexual. "Pensé que era importante desterrar el mito de que no hay homosexuales negros, que los negros no hacen esas cosas", explicó en 2013. "Ese artículo fue mi forma de decirle a las mujeres negras del país que no estaban solas".
Doce años más tarde, un joven voluntario llamado Bill de Blasio se cruzó en su camino. Ambos trabajaban en la campaña de David Dinkins, quien se convertiría en el primer alcalde negro de Nueva York. La primera vez que se conocieron ella llevaba un vestido de inspiración afriana y un piercing en la nariz, y según dice de Blasio, fue amor a primera vista.
McCray recuerda que en aquel momento le preocupaba más que él tuviera seis años menos que ella que el hecho de que fuera hombre. Pero algunas personas del entorno de de Blasio le advirtieron sobre el artículo que había escrito y surgió el conflicto. Ella decidió darle una copia y le comentó: "Esta es quien soy y deberías leerlo". McCray dice que al principio de Blasio se quedó impactado pero que nunca llegó a mostrarlo de manera visible. Se acabaron enamorando. "Aparté las convenciones que tenía sobre la forma y el envoltorio que mi amor iba a adoptar", explicó McCray en una entrevista. En 1994 se casaron.
Durante la primera campaña electoral por la alcaldía, el artículo en el que se declaraba lesbiana se convirtió en un arma maliciosamente utilizada por los oponentes de su marido para dañar su imagen como candidato. Pocos le habían dado importancia hasta que fue filtrado a una publicación digital y acabó ocupando titulares por todo el país. Un diario sensacionalista hizo circular una caricatura de ambos en la cama y McCray se vio obligada a dar explicaciones sobre su pasado. Detalló que su marido no la "convirtió" en heterosexual, que todavía le atraen las mujeres, y que no se identifica como bisexual. "Estoy casada, soy monógama, pero no estoy muerta", dijo.
Juntos han tenido dos hijos, que se han convertido en el pilar de su imagen pública, como suele ser común en Estados Unidos. Muchos atribuyen una gran parte de su éxito en su nombramiento como alcalde a un vídeo promocional protagonizado por su hijo Dante, en el que, con un corte de pelo afro, hablaba de las propuestas de su padre, como por ejemplo subir los impuestos a los ricos para mejorar la educación.
Chiara, la hija mayor, también ha sido foco de atención. Poco antes del nombramiento de su progenitor, subió un vídeo de YouTube en el que confesaba haber abusado de la marihuana y el alcohol, y relató sus años de depresión y ansiedad a través de una carta. Bill y Chirlane la apoyaron durante una rueda de prensa posterior.
De los de Blasio dicen que son una familia moderna. Suelen manejar sus problemas personales ante los ojos de Estados Unidos (o al menos, una versión planificada de ellos), algo que los ha diferenciado del carácter reservado de Hillary Clinton, a quien han apoyado.
El año pasado, Chirlane escribió un poema para defender que los colegios ofrezcan productos de higiene femenina de forma gratuita, en el que hizo rimas con la palabra tampón y menstruación. Si echaban de menos a Michelle Obama (con quien ha compartido asesor), aquí tienen una versión más reivindicativa. Síganle la pista.
MÓNICA PARGA