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General: LA SOLEDAD EN EL COLECTIVO GAY
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: tentaciónfinal17  (Mensaje original) Enviado: 20/12/2017 16:27
 
  LA SOLEDAD EN EL AMBIENTE GAY
La soledad un mal que nos acecha a todos...
Cuando eres gay, tienes desde que naces el sentimiento de ser diferente. Sabes que no eres como los demás compañeros de tu clase y eso inevitablemente te hace sentirte solo. A medida que vas creciendo sientes que no puedes hablar con nadie sobre el tema porque te sientes como un bicho raro. ¿Quien va a querer ser amigo de un chico al que le gustan otros chicos?
 
Vivimos una vida de soledad hasta que empezamos a aceptarnos a nosotros mismos y damos el paso de salir del armario. Entonces hacemos otros amigos con nuestros mismos gustos y es cuando de verdad empezamos a vivir. Pero entonces llega otro tipo de soledad. Queremos compartir nuestra vida con alguien y encontrar pareja. Creemos que sera fácil encontrar a alguien con quien pasar el resto de nuestra vida, pero resulta ser una misión imposible. Sales, conoces a alguien, pero solo encuentras rollos de una noche. Te das cuenta de que la mayoría de chicos gays no quieren comprometerse y que lo único que les interesa es acostarse con el máximo de hombres posible. ¿Eso esta mal? Claro que no. A todos nos gusta el sexo, pero confiamos en que aun quede alguien que quiera encontrar algo más. Y claro que quedan personas que busquen relaciones serias, pero es difícil encontrarlas.
 
No es nada  extraño que la soledad en el mundo gay nos motive a una búsqueda frenética y poco lógica de compañía y de pareja. Por lo general utilizamos diversos medios para sobrellevar la soledad  como los que la tecnología y las distintas sociedades nos ofrecen: usamos Internet,  vamos a saunas , bares, discotecas, gimnasios  y diferentes lugares públicos, cada uno de ellos con sus propias peculiaridades y peligros.
 
La soledad es común también al mundo heterosexual, sin embargo, en los individuos gays es más intenso debido a las condiciones homofóbicas imperantes y que muchas veces interiorizamos y que nos hace más difícil conseguir una estabilidad sea tanto en compañía o en la misma soledad. No obstante sea el género que practiquemos o mejor dicho, seamos gays o no, todos buscamos una compañía o un estado de armonía con nosotros mismos donde prevalezca el respeto, la consideración y el amor, pero sobre todo el amor propio y la autoestima.
 
La soledad tiene uno de sus origen en la misma manera que nosotros nos miramos, es decir en la auto discriminación. Entre las auto discriminaciones podemos mencionar la edad, el status social, la belleza y el dinero entre otras. Todas estas características que absurdamente nos limitan el acceso al amor y a la compañía, pues postergamos las posibilidades de conocer personas reales y nos fijamos en la parte frívola, vinculándonos de manera superficial, cuando en realidad lo que buscamos es una autentica compañía incondicional.
 
Es muy común que los prejuicios internos nos lleve a desechar gente por el sólo hecho de ser gorda, o por ser fea, o porque no posee un carro último modelo, sin ni siquiera llegar a conocerlas bien y desaprovechamos una oportunidad valiosa de conocer personas verdaderamente y que a lo mejor tiene mucho amor que ofrecer. Estas trabas o discriminaciones han hecho que mucha gente invente o mienta sobre su propia personalidad creando además otro punto menos a su favor en la búsqueda de pareja. Creamos así un mundo lleno de frivolidades y de mentira que tanto odiamos y que es tan común en el ambiente.
 
La soledad en el mundo gay no sólo se origina en los contratiempos sociales homofóbicos, sino mas intensamente en nuestras propias conductas auto excluyentes, que lo único que logra es hundirnos cada vez mas en la promiscuidad que después de experimentarla y terminarla, sufrimos y sentimos aún con mas intensidad y pavor, la soledad y el abandono.
 
La soledad, sin embargo a veces no es tan mala como parece, y en ciertos casos es necesaria para desarrollarnos como personas, la cuestión esta en no sentirnos abandonados y a la deriva, muchas veces es “mejor estar solo que mal acompañados”. La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no forzosamente traumática. Podemos mutarla en momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad.
 
La soledad es buena para revisar nuestros errores, es buena para conocer nuestras vanidades y defectos, en mejorar nuestras virtudes, en derrumbar los prejuicios que nos habitan. La soledad es un problema que nos afecta a todos, pero en la medida que sepamos vivir con ella (no es que sea ese nuestro objetivo) nos llegamos a conocer a nosotros mismos y podemos así establecer las causas internas y externas de nuestra supuesta soledad y poder más adelante conseguir esa compañía que tanto deseamos y que debe estar fundamentada principalmente en el amor.
 
                                                                                                  FÉLIX ESTEVES
                                                                                Fuente: Los Mínimos y Máximos


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: tentaciónfinal17 Enviado: 20/12/2017 16:44
La soledad del adolescente gay
Si la adolescencia es difícil, mucho más lo es cuando se es gay o lesbiana. Es una etapa de búsqueda, de resolver dudas, y resulta mucho más complicada cuando nadie da respuestas. Los chicos gays y las chicas lesbianas dicen que no tienen referentes, que se sienten perdidos. Aseguran que no les queda más remedio que vivir su experiencia desde el ocultamiento, pero también, muchas veces, desde el miedo, la angustia y la depresión. Así lo asegura un informe del Colectivo Gay (Cogam), que añade que la tasa de suicidio y de fracaso escolar entre adolescentes gays y lesbianas es entre tres y cinco veces mayor que entre los adolescentes heterosexuales.
 
El estudio recoge algunas de las experiencias que viven los adolescentes homosexuales. Éste es uno de los testimonios: "Como debo de tener pluma, pues era el mariquita del colegio. Los niños me machacaban insultándome, y sufrí tanto que me consolaba pensando que cuando tuviese mujer e hijos sería feliz". El Cogam lleva más de cinco años trabajando para que el sistema educativo escolar incluya, entre los valores que deben transmitirse, el del respeto a la diversidad sexual. Porque a más conocimiento, menos homofobia.
 
El coordinador de la comisión de Educación de este colectivo, señala: "Ya va siendo hora de que alguien ponga voz a los adolescentes, ya que ellos no pueden hacerlo. No se es homosexual a partir de los 18, sino que se va gestando mucho antes".
 
El silencio y el disimulo son los mejores refugios, creen muchos de estos adolescentes. "En todos los institutos, los chicos aseguran que un joven que manifestara públicamente su sexualidad lo pasaría verdaderamente mal: sufriría marginación, insultos, bromas, ridiculización. Muchos opinan que podrían padecer agresiones físicas", señala el informe. En los institutos, rara vez se ofrecen referentes positivos de gays y lesbianas.
 
Éstos son algunos ejemplos que aparecen en el estudio: en un curso de 4º de la ESO de Parla (Madrid), un chico afirma que si su mejor amigo le dijera que es gay, le dejaría de lado. Otro compañero asegura que él le pegaría. Uno más, en Getafe (Madrid), asegura que "habría que matar a todos los maricones". En ese mismo instituto de Getafe, dice el informe, hay un alumno del que todos se ríen por su afeminamiento. Las opiniones más virulentas, dice el Cogam, suelen proceder de chicos más que de chicas. "Los respeto, pero a los que tienen pluma, no", dice un estudiante. Y otro: "Los respeto igual que a otra persona, pero no los puedo ni mirar".
 
El rechazo también es mayor hacia los gays que hacia las lesbianas, sencillamente porque ignoran la existencia de éstas. "Pero su sensación de invisibilidad, sus faltas de referentes, de absoluta inexistencia, también dañan duramente su autoestima y el desarrollo de su identidad", asegura el Cogam. El informe señala que los centros escolares no son un lugar seguro para estos jóvenes. La agresión verbal es la más frecuente, la humillación abunda más que la agresión física. "Me insultaban, me llamaban maricón". "Los compañeros de clase se alejan al saber que soy homosexual, se muestran más fríos", son otros de los testimonios recogidos en el informe.
 
La familia a veces puede empeorar la sensación de incomprensión. "A los padres no se les enseña a tener un hijo gay, lesbiana o transexual", dice Generelo. Un joven relata: "Mi padres intentaron que no siguiera con mis estudios y que me dedicara a la danza o a la peluquería, que era, en definitiva, a lo que se tenía que dedicar un maricón".
 
En una serie de entrevistas a cien adultos menores de 30 años hechas también por el Cogam sobre cómo vivieron su adolescencia, todos coinciden en la ausencia de referentes como una de las causas del gran sufrimiento que vivieron. "A los 18 años empecé a echarle en cara al mundo en general el que nadie me hubiese informado de lo que me estaba pasando", dice uno de ellos.

MARTA AGUIRRE GÓMEZ CORTA                                         
                                 FUENTE: EL PAÍS
 


 
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