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General: Felices Reyes Magos: Verdades y Mentiras, el origen de todo
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: tentaciónfinal17  (Mensaje original) Enviado: 06/01/2018 16:32
Felices Reyes Magos 
Agranda la puerta Padre, porque no puedo pasar. La hicistes para los niños, yo he crecido, mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achicame por piedad, vuelveme a la edad aquella en que vivir es soñar. (Unamuno)

¿Qué fue en realidad la famosa estrella que guió a los Reyes Magos?
Verdades y mentiras de los Reyes Magos: los persas que murieron de forma trágica tras visitar Belén
Las leyendas sobre Sus Majestades se cuentan por decenas. A día de hoy, se dice que sus restos están en la catedral de Colonia, donde fueron llevados después de que Barbarroja destruyera su lugar de reposo en Constantinopla
 
En este día sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar repartirán regalos por las casas de los más pequeños. Ilusión, felicidad... Todo es posible esta noche. Sin embargo, y aunque todos sabemos de su existencia y de su manía de premiar solo a los niños buenos, pocos conocen dónde se encuentra su origen, el momento en el que nació su leyenda y las verdades y mentiras históricas que existen en torno a ellos. Un ejemplo es que, según cuenta la tradición, nuestros protagonistas eran tres astrólogos persas que, tras visitar Belén y ser bautizados, murieron martirizados por predicar el cristianismo.
 
El origen de todo
El origen de la leyenda de los tres Reyes Magos lo encontramos en la Biblia. Su artífice fue, para ser más exactos, Mateo. El Apóstol fue el único de los autores del libro sagrado que dejó constancia de la existencia de estos personajes en las crónicas. En sus textos afirma que, después de que Jesús naciera en Belén «vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle». No señalaba, por tanto, ni el número concreto de Sus Majestades, ni su raza.
 
La cuestión les llevó hasta Herodes, rey del país. Mateo determina que, al oír esto, «el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo». La respuesta de todos fue unánime: en Belén, pues así lo decía la profecía.
 
En palabras del Apóstol, Herodes tendió entonces una trampa a los magos: les envió a la ciudad y les pidió que averiguasen todo lo que pudiesen acerca del niño, pues él quería adorarle también. «Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño».
 
El evangelista continúa señalando que, tras entrar en la casa en la que había nacido el pequeño, se postraron, le adoraron y le entregaron los tesoros que portaban: «le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra». Posteriormente se marcharon, pero no cumplieron su promesa de avisar al rey tras ser advertidos en sueños (por un poder superior) de lo que este pretendía.
 
«Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino», completa Mateo. Esta es la información que, posteriormente, daría lugar a la llegada de Sus Majestades a todas nuestras casas en la noche del 5 de enero. Una tradición que ha ido evolucionando con el paso de los siglos debido, entre otras cosas, a las múltiples versiones existentes.
 
El número 3
Si Mateo no habló del número exacto de Reyes Magos que llegaron a Belén... ¿Por qué la tradición dicen que son tres? El establecimiento de este mito se lo debemos al «Liber Pontificalis» (una recopilación fechada en el siglo IX de varias historias y leyendas relacionadas con la religión cristiana). La cifra (basada en las creencias populares) fue oportuna y -presumiblemente- nació debido al número de regalos citados por el apóstol. Todo ello, sumado a la relación que tenía el número con la Santísima Trinidad. Así lo afirma el investigador histórico Omar López Mato en su obra «A su imagen y semejanza. La historia de Cristo a través del arte».
 
El historiador José Javier Azanza López ofrece (en su dossier «¡Ya vienen los Reyes! Historia, leyenda y arte en torno a los Magos de Oriente») una nueva visión del origen de la cifra. Según él, la cifra vendría del siglo III: «En cuanto a su número, si bien existen versiones que recogen entre dos y sesenta magos, en el siglo III el teólogo Orígenes indicó que los Reyes Magos eran tres, número que acabó por imponerse atendiendo a razones bíblicas, litúrgicas y simbólicas, y que fue confirmado por la Iglesia en el siglo V mediante una declaración del Papa León I el Magno en sus Sermones para la Epifanía».
 
Con todo, esta teoría es solo una de las muchas existentes. Así lo afirma Ariel Guiance (de la Universidad de Buenos Aires) en su dossier «La polémica antijudía en la Castilla Bajomedieval: la historia de los Reyes Magos». En palabras del experto, la tradición oriental habla de 12 magos, mientras que Occidente de 3: «Este número aparece en el Evangelio del Pseudo Mateo y en el Evangelio armenio de la infancia».
 
Los nombres
Una controversia similar existe con el nombre de Sus Majestades. Estos se popularizaron el siglo IX también gracias al «Liber pontificalis». En dicha obra, se estableció que eran Melchor («Melchior»), Baltazar («Bithisarca») y Gaspar («Gathaspa»).
 
No obstante, Azanza afirma que ya habían sido nombrados de esta forma antes: «Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo IV; pero no serán aceptados definitivamente hasta su inclusión en el “Liber Pontificalis”, fechado a mediados del siglo IX».
 
Santiago de la Vorágine, obispo de Génova y autor -en el siglo XIII- de «La leyenda dorada» (una compilación de los mitos que hablaban de la vida de los diferentes santos y de algunos pasajes bíblicos) asentó de nuevo estos nombres al afirmar que eran «Caspar, Melchor y Baltasar». Lo hizo en dos capítulos de la obra dedicados a estos curiosos personajes siglos después de que ya se incluyeran en el «Liber Pontificalis».
 
Magos y persas
Otras de las controversias que se han generado a lo largo de los años es la utilización de la palabra «magos» por parte de Mateo. Sí, todos sabemos que Sus Majestades deben tener algún que otro poder secreto para llegar a las casas de todo el mundo en tan solo una noche. Sin embargo, son muchos los expertos que consideran que este término tenía otras acepciones en la época.
 
Uno de ellos es Joao Scognamiglio, autor de «Lo inédito sobre los evangelios». Este afirma en su obra que «el nombre magos no debe ser entendido con las connotaciones de nuestro tiempo, pues en aquella época significaba personas de cierto poderío y que se distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos».
 
El historiador de la religión cristiana James Dixon Douglas es de la misma opinión. En su extensa obra «Diccionario Biblico del Mundo Hispano» señala que, en aquellos años, la palabra mago hacía referencia a una «casta religiosa entre los persas» con gran devoción por la astrología.
 
El término, no obstante, fue adquiriendo la connotación actual aproximadamente un siglo después, cuando empezó a aplicarse universalmente «a los adivinos y a los exponentes de cultos religiosos esotéricos». «Lo más probable es que fueran sacerdotes y astrólogos originarios de Babilonia o Persia, dado que ambos eran grandes centros astrológicos donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia», completa Azanza.
 
Con todo, y como sucede en todas las historias con siglos a sus espaldas, también existen algunos autores como Morton Smith que creen que realmente eran hechiceros.
 
En todo caso, la primera es la más aceptada y, además, es una teoría que desvelaría otro de los grandes misterios: el enigmático origen de estos Reyes (pues serían persas). Y es que, una de las primeras veces que se oye hablar de su procedencia es en siglo VII, cuando se dejó escrito en el «Evangelio armenio de la infancia» que Melchor reinaba sobre los persas, Baltasar sobre los indios, y Gaspar, sobre el país de los árabes.
 
Dixon es partidario también de esta idea: «No se sabe nada de su tierra natal, pero la teoría de que vinieron de Arabia Félix (Arabia del sur) es muy probable». De ser cierto los cabos estarían atados, pues en esa región se practicaba habitualmente la astrología.
 
¿Reyes?
Tampoco dice nada Mateo sobre que estos «magos» fueran reyes. ¿Por qué, entonces, la tradición les ha entregado la corona? El culpable de ello es Quinto Septimo Tertuliano. Este escritor romano -padre de la Iglesia allá por el siglo III- llegó a la conclusión de la nobleza de dichos personajes tras leer el Salmo 72 (incluido en uno de los libros sagrados). En él se explicaba lo siguiente: «Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes». Blanco y en botella para el religioso, quien (basándose en esta frase) empezó a denominar a estos personajes «Reyes».
 
Como la magia no era bien considerada por la religión, este apelativo hizo que nuestros protagonistas fueran bien aceptados. Por enésima vez, el ya archiconocido Santiago de la Vorágine logró popularizar esta idea en «La leyenda dorada». Concretamente, el autor dejó escrito que los magos «eran al mismo tiempo reyes y magos» y que, en su país de origen, solían subir a la cima de una montaña para observar los astros.
 
Martirizados
De forma independiente al momento exacto en el que nació su leyenda, cabe destacar que la tradición ha dado también un cruel final a los Reyes Magos. Según la creencia popular, nuestros protagonistas fueron bautizados por Santo Tomás y comenzaron a predicar el Evangelio por la India.
 
Según Juan de Hildesheim («El libro de los Reyes Magos») «consagró obispos a los tres Reyes y ellos, a su vez, eligieron entre las gentes del pueblo a personas sin mancha y las ordenaron obispos y sacerdotes». Estos, posteriormente, peregrinaron por multitud de pueblos. Algo que les causó no pocos problemas hasta que, finalmente, acabaron muriendo martirizados.
 
Tras la tortura (fechada por algunos autores en el año 70 d.C.) sus cuerpos fueron enterrados en el mismo sarcófago, lo que podría sugerir que eran familiares. En todo caso, la leyenda afirma que santa Elena (la misma que halló la Vera Cruz) se llevó sus restos hasta Constantinopla en el siglo IV.
 
Así, hasta que fueron llevados a Milán. A partir de aquí se les habría perdido la pista, pues se cuenta que -cuando el emperador Federico Barbarroja asedió la ciudad en 1162- los huesos fueron llevados hasta Colonia. Comenzaron su viaje en 1164 y, poco después, se edificó una iglesia en la región en su honor. En ella, a día de hoy, permanece su relicario.
 
El «nuevo» rey negro
Como última curiosidad relacionada con los Reyes Magos, cabe destacar que a Baltasar no se le representó como un rey de tez negra hasta el siglo XV. Antes, y tal y como señala Omar López Mato en su obra, fueron mostrados con aspecto occidental y considerados como los descendientes de Noé.
 
Azanza corrobora esta idea en su dossier: «En los albores del cristianismo, a los tres magos se les representaba como de una misma raza, tenían el mismo tipo e iban vestidos con el característico traje persa: bonete frigio y estrechos pantalones con faldilla».
 
Sin embargo, a partir del siglo XV todo cambió. «Con la intención de simbolizar la universalidad del cristianismo, se diferenciaron e individualizaron; de esta manera, cada uno adquiere rasgos propios que los asocia con las tres edades de la vida y con las tres partes del mundo entonces conocidas: Europa, Asia y África. ¿En qué momento aparece el rey negro en el arte cristiano? Aunque pueden considerarse algunos antecedentes aislados, la Edad Media ignora esta referencia condicionada por el rechazo al color negro que pasaba por ser el del demonio y el infierno. La figura del rey negro sólo se volvió habitual a finales de la Edad Media, y se impone a lo largo del siglo XV, tanto por el gusto creciente por lo exótico, como por las razones simbólicas indicadas».
 
¿Qué fue en realidad la famosa estrella que guió a los Reyes Magos?
El debate sobre la auténtica naturaleza de la Estrella de Belén llega puntualmente cada año por estas fechas. Astrónomos, historiadores y teólogos llevan décadas reflexionando sobre qué fue lo que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el recién nacido, según el relato bíblico. Más allá del milagro y el hecho religioso, la ciencia intenta dar significado a algo que ocurrió hace más de 2.000 años. ¿Fue un cometa lo que marcó el inicio de nuestra era? ¿La explosión de una potente y brillante supernova? Aleks Scholz, de la Facultad de Física y Astronomía de la Universidad de St Andrews (Escocia) y director del Observatorio Universitario, cree quizás debamos sustituir las estrellas por planetas en el arbolito navideño. Ha llegado a la conclusión de que lo que vieron los sabios en el cielo fue en realidad una conjunción planetaria.
 
En muchas representaciones artísticas, la Estrella de Belén parece un cometa, con una gran cola fulgurante saliendo de su cabeza. Pero según Scholz, hay muchas razones para apartar esa hipótesis. Por un lado, los cometas no se ven como estrellas, «y estas personas no eran estúpidas», dice el astrónomo. El cometa Halley, el candidato más obvio, apareció en el cielo el año 12 a. C., varios años antes de la fecha de nacimiento plausible de Jesús. Además, los cometas eran vistos como heraldos de la perdición, y la llegada de este niño era un acontecimiento alegre.
 
Otra teoría postula que la Estrella de Belén era en realidad una nueva estrella en el cielo, una nova o una supernova. Originalmente fue idea del famoso astrónomo Johannes Kepler, «pero lamentablemente no tenemos registros independientes de una supernova brillante en este período. Eso no quiere decir que no sucediera, por supuesto. Hoy observamos estos objetos rutinariamente, pero en ese momento las personas no habrían sabido cómo interpretarlos», dice el investigador.
 
Encuentros extraños
Para Scholz, las explicaciones más verosímiles para la Estrella de Belén involucran múltiples planetas situados cerca: una conjunción planetaria. De hecho, se produjeron varios encuentros extraños entre planetas prominentes en el período de tiempo correcto.
 
En el año 7 a. C., Júpiter y Saturno se encontraron tres veces. Un año después, se unieron a Marte. Lo que siguió fue una fantástica secuencia de conjunciones entre los años 3 y 2 a. C.: Saturno con Mercurio, Saturno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Después, de nuevo Júpiter con Venus, y esta vez se acercaron tanto que pudieron parece uno solo para el ojo humano.
 
Entonces Júpiter se detuvo en la constelación de Virgo, visto desde Jerusalén directamente sobre Belén. El investigador cree que se trata de un espectáculo de planetas con una gran importancia astrológica que ocurre en el momento adecuado, aunque esa última parte aún se debate. «Tal vez deberíamos eliminar las estrellas en forma de cometa de los árboles de Navidad y reemplazarlas por planetas triples», propone.
 
Un gobernante ha nacido
No es la primera vez que los científicos apuestan por una conjunción planetaria como explicación a la Estrella de Belén. Grant Mathews, profesor de astrofísica y cosmología teórica en el Departamento de Física de la Universidad de Notre Dame's College of Science, explicaba algo similar hace algunos años. Los Reyes Magos, probablemente sacerdotes del Zoroastrismo de la antigua Babilonia y Mesopotamia, pudieron quedar fascinados por una alineación en la que el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus se encontraba al lado en Piscis, y Mercurio y Marte en el otro lado en Tauro. Esos astros hablaban de un gobernante con un destino especial nacido en Judea. Según calculaba Mathews, el fenómeno no se repetirá en 500.000 años.
 
 
El Papa emérito Benedicto XVI en su libro «La infancia de Jesús» ya apuntaba a un conjunción planetaria como el fenómeno astronómico que pudo haber llevado a los sabios hasta Belén. Pero quizás esta sea una de esas hermosas historias que siempre irán acompañadas de una parte de misterio.
 
 
'AGRANDA LA PUERTA'
                            (UNAMUNO)
Agranda la puerta, padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños,
yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.

Gracias, padre, que ya siento
que se va mi pubertad;
vuelvo a los días rosados
en que hijo no más.

Hijo de mis hijos ahora
y sin masculinidad
siento nacer en mi seno
maternal virginidad.
 
                                            MIGUEL DE UNAMUNO                                          


FUENTE: ABC


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: CUBA ETERNA Enviado: 06/01/2018 16:59
                                                                                                                                                                            Niños jugando en La Habana
    Día de Reyes en Cuba:                                                              
"Una muñeca 50 cuc, (50 dólares) ¿quién puede pagar eso?"
      Miguel Arencibia - La Habana
En Cuba muchos crecieron sin Reyes, ni juguetes. Los 90 fueron especialmente duros para los niños y niñas de la isla. Ya se había acabado incluso aquello de básico, no básico y dirigido; la oportunidad de una vez al año de adquirir juguetes en las tiendas a través de la libreta.
 
“Yo tuve los juguetes que heredé de mis hermanos mayores, imagínate que nací en el 91, no había nada, jugábamos con nuestra imaginación y con tarecos, nunca oí hablar de reyes”, cuenta el joven Ismael Hernández.
 
En los años 2000, los padres intentan recuperar la tradición de 6 de enero, que habían heredado de la costumbre cristiana e hispana de regalar a los niños como colofón de la Navidad. Pero los juguetes, incluso los más simples, se convirtieron en un objeto de lujo al cual los bolsillos comunes no pueden acceder.
 
“¿Tú te imaginas?, una muñeca 50 cuc, ¿quién puede pagar eso?”, exclama en la cola de la juguetería de la calle Obispo, Maritza, una joven abuela que tiene 2 nietas, y no le salen las cuentas para poder regalar a sus princesas, como les llama.
 
Un recorrido por las pocas jugueterías de La Habana en la víspera, da fe de lo dramático y frustrante que para padres y madres resulta encontrar un regalo a sus niños. El precio medio de un juguete ronda los 15 cuc, que es todo el salario de muchos en Cuba. “Yo llevo meses ahorrando, entre los gastos de fin de año y esto, he gastado más de 100 cuc, y yo solo gano 20 al mes”, comenta resignado Abel García, un profesional, que sale aturdido de la larga fila de más de dos horas en la juguetería.
 
Los padres y los abuelos, intentan recuperar la fantasía y conservar la inocencia de los niños, recreándoles una tradición que la mayoría guarda en sus memorias de infancia.
 
“Para mí era el mejor día del año, me acostaba temprano, escribía la carta y dejaba hierba y agua para los camellos, y al despertar tenía mi regalo. Y es lo que quiero para mis nietos, que vivan con esa ilusión, esa fantasía, pero es muy difícil, no sé si mis padres sufrían tanto, no lo creo”, relata Ana María Herrero, una abuela de 72 años.
 
Las caras estresadas de los que entran y salen como hormigas de las tiendas son muy elocuentes; enojo, frustración, y hasta improperios, hacen que el sueño se convierta en pesadilla. Entonces son realmente los fatigados padres y madres los magos de esta fiesta, pues tienen que hacer más de un truco para complacer a los niños.
 
“El mío no escribe cartas, la Reina Maga soy yo, y depende lo que encuentre, pues ese es su regalo”, dice Elena Palacios, mientras entra en la tienda a ver que encuentra con los 15 cuc que componen su presupuesto.
 
“Este año mi niña escribió su carta, recién cumplió 7 añitos, y casi me muero cuando vi que quería una bici”, cuenta Maribel, entre risas; “¿De dónde saco yo una bicicleta?”. La oferta de juguetes este año fue bastante pobre, con mala calidad y presentación. “Eso si no vas a la juguetería del Habana Libre, con mucho dinero, si no hay que ir a los “merolicos” a comprar los jugueticos feos, pero a precios más normalitos”.
 
Ojalá que la realidad no llegué nunca a matar la inocencia y la ilusión de los niños cubanos. A la pregunta de aquella canción de ¿dónde jugarán los niños?, hay que añadir “¿con qué?”. Pero habrá que desearles Feliz Día de Reyes, a pesar de todo.

 

Fuente:  Martí Noticias

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: tentaciónfinal17 Enviado: 06/01/2018 18:44
                                                                                                                                                        Cabalgata de Los Reyes Magos en España 2018
Vodevil «drag» en Puente de Vallecas                                                   
Los niños disfrutaron de la comitiva, a pesar de la lluvia, ajenos a la controversia
Por una vez, el gran protagonismo de la Cabalgata no lo acapararon los Reyes Magos. Todos los ojos -al menos, los de los adultos- estaban puestos en la carroza de La Prohibida. La presencia de la«drag queen»; de la bailarina de cabaret Roma Calderón, y la cantante de hip hop Dnoé Lamis generó mucha controversia entre los grupos de la oposición PP y Ciudadanos, por considerar que «desnaturalizaba» la Navidad. La crispación fue tal entre algunos sectores de la sociedad, que varias plataformas incluso llegaron a solicitar ante la Justicia que se prohibiera el paso de la carroza. Pero el juez desestimó esta petición y ellas, ataviadas con pijamas de animales, como el resto de los niños que las acompañaban, quisieron zanjar así la polémica sobre su vestuario.
 
«¿Por qué tanto revuelo si vamos vestidos de animales? No entremos en polémicas tontas», expresó La Prohibida poco antes de que saliera su carroza, ya bajo la fina lluvia que cubrió como un manto Madrid durante toda la tarde. «La idea que tenemos es concienciar a los niños contra el bullying escolar y los delitos de odio contra los menores de edad», se defendió Roma Calderón. «Iremos en pijama porque es una noche para irse pronto a la cama», argumentaron desde Orgullo Vallecano, la plataforma que invitó a La Prohibida a la carroza por «la diversidad LGTBI», una de las 16 que ayer recorrieron las calles de Puente de Vallecas desde las seis de la tarde.
 
Debate constante
Un cartel en el que La Prohibida aparecía junto a Roma Calderón y a Dnoé Lamiss bajo el letrero «cabalgata de las reinas magas» fue el detonante que desató las críticas, ya que, en un principio, se entendía que ellas sustituirían a los tradicionales Reyes Magos en la cabalgata. Sin embargo, el concejal-presidente de la Junta Municipal de Puente de Vallecas, Paco Pérez, se apresuró a desmentirlo. «No va a haber ninguna carroza de reinas magas ni estarán vestidas de ‘drag queen’», aclaró el edil de Podemos, que recordó que, al igual que desde hace dos años, una mujer usuaria del Samur Social interpretaría el papel de uno de los Reyes Magos.
 
«Hemos pedido a todas las asociaciones participantes que tengan especial cuidado con el respeto a las ilusiones infantiles y deberán ir disfrazadas acordes a la tradición», sostuvo el concejal, que ayer presenció en el Jardín Campo de la Paloma los últimos preparativos de la Cabalgata antes de que partiera hacia la Junta de Distrito de Puente de Vallecas, en la avenida de la Albufera, donde culminó la comitiva.
 
En esta cabalgata excepcional, los paraguas, en su mayoría, recuperaron su uso tradicional para protegerse del aguacero implacable. Por el camino, la carroza de La Prohibida recibió el calor de los vecinos del barrio, que clamaban «Orgullo vallecano» y la aplaudían a su paso. A la altura del estadio del Rayo Vallecano, tres espontáneos desplegaron una pequeña pancarta con el mensaje «Vallekas libre de LGTBIfobia». El debate sobre la polémica se generaba inevitablemente en cuanto aparecía su carroza. «Si Piolín no ofende, que vaya ella vestida de pantera rosa, tampoco», sostenía Jennifer.
 
Sin embargo, otros, como Julián, que todos los años lleva a sus nietos a Portazgo a ver pasar la comitiva real, destacaba que «un día como hoy [por ayer] los protagonistas deben ser los niños, y no las polémicas»; o como Marisol, que consideraba que una Cabalgata «no era el lugar ni el momento para reivindicaciones, sino para celebrar con los niños».
 
Un gran número de voluntarios de las distintas asociaciones del distrito y agentes de la Policía Municipal vigilaron para que toda la comitiva transcurriera sin incidentes. Durante el recorrido, las canciones más fiesteras que interpretaba la charanga -como «A quién le importa», de Alaska; o «Mi gran noche», de Raphael- se entremezclaban con los villancicos más tradicionales.
 
Sin importar el tipo de música, los más pequeños bailaron bajo la lluvia, ajenos a las polémicas y conversaciones de los mayores. Y mientras los adultos examinaban la carroza LGTBI, decorada con la bandera del arcoíris, los niños seguían volcados con su propia tradición de la Cabalgata: hacerse con el mayor número de caramelos.
 


FUENTE:  M. R. DOMINGO, PARA EL  ABC

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: SOY LIBRE Enviado: 07/01/2018 21:28
¿Jugueterías o museos?
       El Día de Reyes Magos, es una fecha angustiosa para los padres cubanos
            Marcelo Álvarez | Villa Clara, Cuba
En la vidriera, un tosco cosmonauta de cartón alza una bandera de Cuba y otra de Italia, como si ambas naciones alguna vez se hubieran unido en cualquier intento más allá de la atmósfera. Junto a él, unos guerreros ninjas y unos “racing cars” le hacen lucir ridículo. En otro estante, un hipopótamo color rosa esconde su patética forma con unos suaves peluches, una ballena azul y varias casitas se unen al cuórum grotesco que le da la bienvenida a quienes se acercan a la nueva juguetería La Época, en la capital villaclareña.
 
A juzgar por el exterior, uno pensaría encontrar al interior del inmueble juguetes igualmente inacabados y otros más sofisticados, pero no. La nueva adquisición del emporio militar TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas) es tan majestuosa, que quienes entran tienen la sensación de haber traspasado el umbral de cualquier tienda en suelo capitalista, donde no hay lugar para lo rústico.
 
Desde los años 80, los habitantes de la ciudad no veían una tienda de este tipo, cuando las arcas del campo socialista abastecían los deseos infantiles de jugar. Luego de casi dos años en pausa por remodelación, el comercio regresa con el nombre con el cual nació en la época republicana, y en cierto modo ha revivido una de las esquinas del transitado boulevard santaclareño, que poco a poco vio morir a su antecesora, que los lugareños conocían como la tienda de Trasval.
 
En el día inicial, los infantes comieron dulces como cortesía, quizás para suavizar el golpe que vendría después, cuando los padres descubrieran las etiquetas de los artículos que, para nada, son de juego.
 
La tienda de los sueños
Tras la puerta principal hay una cola para respetar, de esas que derrumban cualquier ilusión. Se entra de diez en diez, después de un cuerpo a cuerpo que cualquier luchador libre incluiría en su entrenamiento. Desde su estreno, La Época no ha visto día alguno sin cola en su entrada. Pero este cuatro de enero sumaban al menos cincuenta las personas que esperan por entrar al mundo de fantasía y colores que hay vidriera adentro.
 
“Es que sacaron unos jugueticos más baratos”, responden desde la cola ante la duda. Y entonces uno entiende la turba, el desespero, el nerviosismo… Y es que el cubano pasa tantas penurias que cuando localiza un pequeño orificio por el cual abrirse paso, no duda en zambullirse de cabeza en él.
 
Al entrar, un colosal velero con peluches como tripulantes ocupa el centro del establecimiento. Lo rodean espigadas estanterías repletas de juguetes en sus cajas, y un televisor reproduce videos y dibujos animados. De las paredes cuelgan gigantografías con princesas y castillos. Los niños observan hipnotizados tanta maravilla y no demoran en quererlo todo.
 
“Mira mami, qué Barbie tan linda, ¡cómpramela!”. “Papi yo quiero ese carrito rojo”. “Abuela, si me porto bien, le vas a decir a los Reyes Magos que me traigan este castillo”. Y los padres no encuentran cómo responder, no saben explicar que, si compran cualquiera de esos artículos, puede que no subsistan un mes entero. Cuando el salario de la mayoría de los villaclareños apenas llega a 808 pesos en moneda nacional (32 CUC), según cifras oficiales, no hay mucho margen para estos “caprichos”.
 
Y los ojos de todos se engrandecen ante una muñeca que cuesta 71 CUC (1775 pesos), una carrito de 80 CUC, equivalente a aproximadamente 2000 pesos en moneda nacional, y un pequeño piano que se comercializa por 55,95 CUC (1398 pesos). Con algunas de estas sumas es posible costear una noche en un hotel todo incluido en la cayería de Villa Clara. Pero ahí no queda todo, los estantes exhiben otras “sorpresas”: un dinosaurio de goma es suyo si cuenta con 42,95 CUC o 1073 pesos, jugar ajedrez aquí saldría en 11,55 CUC (288,75 pesos) y un pony se vende en 10 CUC (250 pesos).
 
“Este cubo con figuritas vale 9 CUC (225 pesos), una muñeca, que era lo que mi hija quería, me costó 20 CUC (500 pesos) y este jueguito de peluquería, que está bastante asequible, sale en 3 CUC (75 pesos). Allá dentro hay una muñeca preciosa que vale 30,95 CUC (773,75 pesos), y otras de 75, 77, 80 y hasta 100 CUC”, cuenta una madre al salir de la juguetería.
 
Al preguntarle si una tienda con esos precios es para los cubanos, esquiva la mirada, enmudece por unos segundos, pero reacciona: “Realmente todo el mundo hace sacrificios y compra los juguetes para los niños, pero, en honor a la verdad, el precio no está acorde con la economía del cubano promedio”.
 
En el próximo llamado, Anay Bermúdez “clasifica” para entrar a la tienda de los sueños. Vino por embullo con unas compañeras del trabajo que le habían comentado de la famosa juguetería. “Dicen que aquí los precios están… por las nubes”. Anay sube la mano como señalando el cielo, para luego regresar de sopetón a la tierra. “Por eso no traje a la niña, porque para qué la voy a embullar con algo que no le puedo comprar”, se lamenta.
 
Cerca de la salida, una mujer vende pelotas a 2 CUC: “¡Arriba, la pelota baratica que en la tienda no hay!”, repite y repite. Justo en la otra acera del boulevard, unas comerciantes aprovechan la aglomeración para exhibir unos peluches mucho más “económicos”. Un hombre se asoma al empañado cristal, y su esposa le advierte: “Ahí ni entres que el juguete más bajito vale 50 ‘fulas’”. En la fila una mujer comenta que “en las otras tiendas no hay nada para los niños”, y unas muchachas de uniforme militar prefieren abstenerse a sufrir.
 
“A mí la niña, por suerte, me pidió un libro de colorear y unos colores, y ya se los compré en otro lugar”, sentencia una madre aliviada. “El mío, asegura otra madre, tendrá que conformarse con un carrito plástico que venden los particulares, porque el salario no puedo estirarlo más. Para mí esto es un museo, se mira pero no se toca”.
 
La abuela Alicia Hernández estuvo cerca de dos horas en la fila para ver una sonrisa en el rostro de su nieta este día de Reyes. Viajó desde Cascajal, el último poblado de la provincia, ubicado a más de 60 kilómetros de La Época. “Trabajo limpiando casas y gano 300 pesos al mes. Solamente en el pasaje para llegar aquí y el regalo se me va un salario. Así que imagina cuánto tuve que ahorrar para comprar esta cocinita de 10 CUC (250 pesos)”.
 
“Los precios están bastante alterados, añade Alicia. Un castillo, que le llama la atención a todos los niños vale 68 CUC (1700 pesos). Aquí pueden comprar solo los que tienen familiares afuera porque lo que ganamos no nos alcanza”.
 
Y no es que fuera de La Época haya demasiadas opciones. Solo algunos comercios venden juguetes “criollos”, fabricados con plástico de dudosa procedencia, y que desprenden en ocasiones olores demasiado fuertes. Un vendedor ambulante por las calles de Santa Clara empuja un triciclo repleto de grotescos juguetes, confeccionados como sin ganas. Los carritos cuestan 40 pesos en moneda nacional y una cocinita 25. Más baratos, cierto, pero en la relación precio-calidad, pierden por nocaut.
 
Los juguetes no son un gasto innecesario, como pudieran pensar algunos. Los especialistas advierten que, con el juego, los infantes descubren el mundo que les rodea, socializan, aprenden valores y logran ser independientes.
 
Una reciente fiscalización presentada en la Asamblea Nacional del Poder Popular en julio de 2017, arrojó que los padres podían comprarles a los niños la media de un juguete por año, pero sin la calidad que precisan. Los precios que hoy tanto indignan a los villaclareños en La Época son el resultado de que Cuba “no cuenta con una estrategia definida para la producción, distribución y comercialización de los juguetes”.
 
Rosmery Santiesteban, diputada por el municipio Yara, provincia de Granma, advirtió en los debates que “la familia no va con sus hijos a estas tiendas porque se convierte en un problema”.
 
Por otra parte, Olga González Naranjo, del Ministerio de Industrias, explicó que crear en Cuba una industria de juguetes sería una opción a largo plazo. “No existe una política que responda a la producción, comercialización, distribución e importación de juguetes en el país. Hay muchas cosas escritas, pero son normas de hace más de 40 años. Nos comprometimos que antes de diciembre vamos a presentar un cronograma de las acciones que estamos realizando hoy”, refirió.
 
ACERCA DEL AUTOR
Marcelo Álvarez - Cuba es el país donde nació y vive. Cuba está repleta de historias e imágenes que asombran al más incrédulo del mundo, por eso eligió estudiar Periodismo, para contar y sentir las vidas de los otros. Cree que la pluralidad de voces y opiniones hace construir un camino más sólido hacia el mañana. Quiere una tierra sin engaños y abierta al futuro.
 
                                                                                  Fuente: Cubanet
 


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