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De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 14/02/2018 16:19 |
Pintura Dante y Virgilio en el Infierno by Adolphe Bouguereau
Sexo depravado, orgías y sadismo en Roma
La verdad histórica detrás de Cupido y San Valentín
Por Pedro Tomás
Si hay un símbolo ficticio que vemos y relacionamos rápidamente con amor es ese el angelote regordete con arco y flechas que se llama Cupido. Su concepto real viene de la antigua Grecia y desde luego no era regordete y parecía un super héroe: Eros. Su equivalente romano era Cupido (“deseo”), también conocido como Amor. Eros era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. Ya no tiene tanta gracia el angelito. Ya hay reproducción, fertilidad, corta puntos, vamos.
Eros era especialista en el amor entre hombres ¿WTF? Si, lo que has oído, amor homosexual y la parte contraria especializada en amor en general era Afrodita, su madre. Además de ser dios del amor era la luz primigenia es responsable de la creación y el orden de todas las cosas en el cosmos, lo que se podría relacionar con que era también el que daba el impulso inspirador a la naturaleza que siempre estaba en expansión. El padre de Cupido es Ares, no el programa de las descargas, el dios de la guerra, conocido también como Marte en la mitología romana.
Eros tenía un hermano gemelo, Anteros, dios del amor correspondido, representado como un joven adolescente cuando está al lado de Eros y que se convierte en un niño pequeño cuando no está con él. Cuando nació, Zeus, conocedor de sus artes de seducción y de sus mentiras, ordenó a Afrodita que lo hiciera desaparecer. La diosa lo ocultó en los bosques, donde fué amamantado por leones y tigres. Cuando creció, se construyó un arco y unas flechas de madera, y se entrenó disparando a los animales. Así creció hermoso como su madre, salvaje como las fieras que lo criarón y desaforado, sin razón ni medidas, así como astuto y hábil como su padre.
De ahí consiguió la habilidad para poder tirar flechas a los enamorados, dioses y humanos. Claro que viendo su pasado salvaje y animal las relaciones acababan de forma inhóspita
En cuanto a San Valentín la teoría más extendida es que no existió, pero si existió, lo que pasa que es que la historia es un poco retorcida, fabulosa y siniestra.
El emperador romano Marco Aurelio Flavio (214-270), prohibido a sus soldados el matrimonio en el año 270, al considerar que los hombres casados son malos guerreros. San Valentín, por entonces obispo de Interamna, se opuso, invitando a las parejas de jóvenes enamorados a acudir a él para unirlos en secreto. Enterado el emperador, lo hizo llamar y trato de convencerlo de sus tesis, exigiéndole el cumplimiento de su mandato so pena de ser ejecutado. Valentín se negó a abjurar de sus convicciones e, incluso, trato de convertirlo a él al cristianismo. El 14 de febrero de 270 san Valentín fue apaleado, lapidado y finalmente decapitado.
Cuenta también la leyenda que mientras el obispo esperaba el cumplimiento de su sentencia, se enamoró en la cárcel de la hija ciega de su carcelero, Asterius, y que gracias a su fe le devolvió milagrosamente la vista. Al despedirse, dejó un mensaje para la muchacha, que firmó «De tu Valentín».
Doscientos años después, el papa Gelasio instituyo la festividad de San Valentín, considerándolo santo patrón de los enamorados lo que, andando el tiempo, daría lugar a la costumbre del día de los Enamorados o día de San Valentín.
Por cierto, los restos mortales de este santo se conservan en la madrileña iglesia de San Antón, sita en la castiza calle de Hortaleza, donde llegaron como presente papal a la Corona española.
LA HISTORIA DE EROS Y PSIQUE
No me resisto a dejar de transcribir la historia de Eros y Psique que sí que es una verdadera historia de amor.
Según la historia, inmortalizada por Apuleyo en su Metamorfosis (El asno de oro), Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio.
Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo (de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.
Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacía esto, Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un «sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros y Psique, y la hija que éstos tuvieron se llamó Placer o (en la mitología romana) Voluptas.
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La fiesta en honor del amor honra a un santo que fue asesinado por oficiar matrimonios clandestinos y hunde sus raíces en las «Lupercales», una celebración tan bárbara que acabó siendo erradicada por la Iglesia.
Sexo depravado, orgías y sadismo en Roma:
La verdad histórica detrás de San Valentín
*Por Manuel P. Villatoro
Un día en honor el amor. Una jornada para rendir culto a esa llama de pasión imperecedera que lleva a dos personas a estar juntas de por vida. El día de San Valentín poco tiene que ver con la fiesta en la que hunde sus raíces históricas. Y es que, esta jornada de dicha y felicidad está basada en las Lupercales, un festival de depravación organizado en la Antigua Roma para lograr que los jóvenes se iniciaran en las relaciones sexuales. Por si fuera poco, la vida del religioso al que (según la versión más extendida) se rinde culto este 14 de febrero no es menos trágica, pues era un médico que terminó ajusticiado por oficiar matrimonios clandestinos en contra de las órdenes del emperador Claudio II.
No obstante, las teorías que preceden estas líneas son solo unas de las tantas que hacen referencia al origen de San Valentín. Lo que sí está claro es que la Iglesia Católica decidió honrar a este religioso el 14 de febrero para ocultar la tradición romana de las Lupercales. Así lo explica el popular historiador y periodista Jesús Hernández (autor del blog «¡Es la guerra!») en su obra homónima («¡Es la guerra!»): «La fiesta fue instaurada en el año 498 por el papa Gelasio I, probablemente en un intento de eliminar la efeméride pagana de las Lupercales, que se celebraban el 15 de febrero. Un festejo relacionado con el amor y la reproducción».
*San Valentín
Tal y como explica Hernández en su obra, Valentín era ya obispo en Terni (Italia) cuando Claudio II Gótico (214-270 d.C.) prohibió a sus combatientes contraer matrimonio. ¿La razón? Que consideraba que «los soldados que estaban casados pecaban de conservadores en el campo de batalla en unos momentos en los que las fronteras se veían acosadas por alamanes y vándalos». La medida pareció sumamente excesiva al religioso, que se avino (en palabras de este conocido autor español) «a celebrar en secreto las bodas de aquellos soldados que no querían cumplir esa orden del emperador».
Como era de esperar, cuando fue descubierto fue apresado por Claudio II, quien no tuvo piedad y le decapitó el 14 de febrero del año 269. «Se cree que fue enterrado en la Vía Flaminia, a las afueras de Roma, lo que hizo que durante la Edad Media la Puerta Flamina fuese conocida como Puerta de San Valentín», explica Hernández. Esta es la versión oficial. Sin embargo, las dudas sobre la veracidad de esta historia hizo que la Iglesia Católica acabara con esta festividad en el año 1969.
A su vez, existe otra versión sobre esta historia. Según se explica en el informe «El día de San Valentín» (editado por la Consejería de educación en el Reino Unido e Irlanda), Valentino era un cristiano del siglo III que continuó practicando su religión a pesar de la prohibición romana.
Sus actos le llevaron a la cárcel, donde uno de los guardias le pidió que diese clases a su hija ciega. Tras varios días, la chica recuperó la vista y se convirtió al cristianismo gracias a nuestro protagonista. «La víspera de la ejecución, Valentino envió una última nota a la niña pidiéndole que se mantuviera en la fe. Al día siguiente, 14 de febrero, Valentino fue ejecutado. Sus restos se conservan en la Basílica de su mismo nombre, en Terni, donde cada año, el 14 de febrero, las parejas que van a casarse celebran un acto en honor del Santo», desvela el dossier.
*Lupercales
Fuera cual fuese la historia de Valentín, la realidad es que fue usada para hacer olvidar las Lupercales, unas fiestas cuyo origen, según explica el autor Jean-Noël Robert en su obra «Eros romano: sexo y moral en la antigua Roma», se consideraba ya entonces mitológico. «Se trataba de una de las ceremonias más arcaicas, ya que numerosos especialistas coinciden en decir que se remontaba a los tiempos del caos, mucho antes de la fundación de Roma, en la que sin duda se hacían sacrificios humanos», señala.
Oficialmente, la fiesta se celebraba en la misma cueva (la Lupercal) en la que se creía que una loba había amamantado a los fundadores de Roma (Rómulo y Remo).
Desde aquella gruta se iniciaban las Lupercales de manos de un sacerdote que comenzaba la fiesta sacrificando un carnero en honor a Fauno (el dios de la naturaleza). Posteriormente, y con el mismo cuchillo, el religioso untaba la cara de dos «lupercos» o «luperci» (los jóvenes que debían pasar por el ritual) con la sangre del animal. A continuación, y tras ser limpiados, los chicos debían reírse para emular la victoria de la vida sobre la muerte de los mismos Rómulo y Remo.
Una vez que habían sido ungidos por el sacerdote, estos dos jóvenes (que casi siempre iban desnudos, o ataviados únicamente con taparrabos fabricados con la piel de los animales sacrificados) salían de la gruta. El ritual no acababa en este punto, sino que iniciaban una carrera depravada a través de Roma por un itinerario previamente planeado. Un trayecto que llevaban a cabo gritando obscenidades. Mientras corrían, los «lupercos» iban dando latigazos -con una correa fabricada también con los restos del carnero- a todo aquel que, voluntariamente, se ubicaba frente a ellos.
El principal objetivo eran, no obstante, las mujeres en edad de ser madres. «La opinión en que estaban las mujeres era que estos latigazos contribuían a su fecundidad, o a su feliz libertad», se explica en el «Diccionario Universal de Mitología». Para las chicas jóvenes era todo un privilegio recibir un correazo, pues entendía que, con él, los dioses no tardarían en bendecirlas con un hijo. Otro tanto pasaba con los hombres zurrados, quienes consideraban que les purificaba y les daba buena suerte.
*Miedo a la sexualidad
A pesar de todo, los autores le atribuyen varios significados a esta fiesta. Robert señala, por ejemplo, que mediante aquella carrera la «ciudad revivía sus primeros momentos, aquellos en que había pasado de la barbarie y el caos a la civilización, a una nueva vida».
Otros tantos son partidarios, por el contrario, de que la ceremonia era principalmente un rito de iniciación entre los más jóvenes. El autor Pierre Jacomet es uno de ellos. El escritor afirma en una de sus obras que aquellas eran «ceremonias destinadas a alejar el miedo a la sexualidad, el temor de ser incapaz, el terror a no poder cumplir con el ritual de la fertilidad, que es la cópula, a perder la calidad de ciudadano del mundo».
¿Qué sucedía después de la carrera? Las teorías son varias. Algunos autores como Jon Juaristi explican en «El bosque originario» que las Lupercales podrían incluir «ritos orgiásticos como la prostitución propiciatoria de las pastoras». Robert, por su parte, añade que ese día también se celebraban otros tantos rituales como «el sacrificio de un perro», una invocación a Juno, o un banquete».
Con todo, esta es solo una de las teorías existentes sobre el origen de San Valentín. Algunas fuentes creen que también se basa en otra fiesta pagana que se quería «cristianizar»: la que se hacía en honor de Juno Februata.
El autor John M. Flader señala en su obra «Tiempos de preguntar. 150 cuestiones sobre la Fe Católica» que, en la Antigua Roma, existía la costumbre de honrar a esta deidad introduciendo los nombres de las jóvenes de la ciudad en una caja. Cada uno de ellos era extraído por un chico y la pareja resultante quedaba unida a nivel sexual. Nuevamente, lo pecaminoso de la celebración hizo que fuera modificada. «Al final, se sustituyeron los nombres de las chicas por los de los santos», afirma el autor.
*Manuel P. Villatoro
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THE NEW YORK TIMES
Los mitos y verdades del Día de los Enamorados
El amor y estar enamorado, ayer hoy y siempre es igual para todos, no discrimina raza, no tiene sexo, y todos sabemos lo que es estar enamorado. Pero cuándo se acaba el fuego del amor, queda un vacio dificil de quitar, aunque muchos dicen que un clavo, saca otro clavo, yo digo como esa canción de la MASSIEL, 'el amor te deja hecho MIERDA'.
FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD
Mito: El Día de San Valentín recibió ese nombre por el santo romano del amor cortés.
Hecho: No necesitas amor para pasártela bien ese día. Ni siquiera necesitas amigos.
Mito: Una llave de San Valentín es un pequeño obsequio de metal que se da en algunos países europeos como símbolo romántico y como amuleto para evitar la epilepsia.
Hecho: La epilepsia puede tratarse con medicamentos, a diferencia del enamoramiento, que a menudo es fatal.
Mito: Los antiguos romanos practicaban la lupercalia, un rito de fertilidad en el que se azotaba a las mujeres con la piel sin curtir de animales sacrificados.
Hecho: La lupercalia se practica aún en la actualidad, de manera figurada, a través del acto voluntario de las citas en línea.
Mito: Cupido a menudo se representa como el hijo pequeño de Venus, la diosa del amor, y Marte, el dios de la guerra.
Hecho: Es bien sabido que se puede obtener la inmunidad a las flechas del deseo de cupido si usas un auricular Bluetooth para tus llamadas en público y lo complementas con Crocs.
¿El divorcio es la única solución cuando tu pareja te engaña?
Mito: En algunas tradiciones, el Día de San Valentín se asocia con el comienzo de la primavera.
Hecho: Puede que este año no haya primavera.
Mito: Un poco menos de la mitad de las parejas estadounidenses eligen no celebrar el Día de San Valentín.
Hecho: Un poco menos de la mitad de los hombres estadounidenses eligen no celebrar el Día de San Valentín porque acaban de celebrar un aniversario meses atrás y, básicamente, ¿no es lo mismo?
Mito: Las primeras iglesias cristianas reconocieron a varios san valentines.
Hecho: Todos los san valentines representan a una persona decepcionante de tu infancia de la que te enamoras y te desenamoras una y otra vez porque, como el amor, el ciclo de la disfunción nunca termina.
Mito: El símbolo del corazón, utilizado desde hace mucho tiempo para representar amor y emoción, solo tiene un parecido muy vago con un corazón humano de verdad.
Hecho: Es posible que la primera persona que usó el corazón como símbolo haya tenido algunos pasatiempos cuestionables y, posiblemente, astigmatismo.
Mito: Es aceptable no felicitar a tu mamá el Día de San Valentín.
Hecho: En serio, está bien. Tu padre quizá tampoco lo hará y, además, ya la verás la próxima vez que se descomponga tu lavadora. No es como que te haya parido o algo así.
ACERCA DEL AUTOR:
Sarah Hutto es una escritora cuyas obras se han publicado en The New Yorker, The Washington Post y McSweeney’s.
Feliz Día de San Valentín
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