SABER QUE NO PODRÉ VOLVER
NUNCA MÁS A EEUU ME ESTÁ MATANDO POCO A POCO
El Gobierno cubano recibió de vuelta recientemente a 78 ciudadanos declarados "excluibles" por Estados Unidos, según informó la prensa oficial.
El regreso de estos cubanos responde al acuerdo migratorio firmado el 12 de enero de 2017, a pocos días de la salida de Barack Obama de la Casa Blanca. La categoría "excluibles" incluye a ciudadanos que llegaron de forma ilegal a Estados Unidos, a partir del éxodo masivo del Mariel en 1980, y cometieron delitos. Como no clasifican dentro de los patrones migratorios estadounidenses, la ley obliga a deportarlos.
Dos de ellos hablaron con Diario de Cuba bajo condición de anonimato, pues afirman que les volvió la paranoia de la persecución de la Policía y Seguridad del Estado.
"A mí se me había borrado de la cabeza como se vivía en Cuba —dice el primer entrevistado, a quien llamaremos Javier—, esta asfixia y el sobresalto que acompaña al cubano, tener que emplear cada minuto del día en la supervivencia. Y cuando duermes, tus sueños son un repaso del día, puras pesadillas".
Javier estuvo preso en Atlanta por ser violento y mutilar a su esposa en un riña.
"En Cuba fui sonidista de Tropicana hasta que me botaron por causa de mi naturaleza violenta. Mi esposa era bailarina y borracho le di una paliza, eso me llevó a la cárcel", admite.
En Estados Unidos reincidió.
"En la prisión de Atlanta estuve en un programa con psicólogos que trabajaron conmigo, pero caí entre los excluibles y aquí estoy, después de 22 años. Ahora lamento lo que perdí. Ando de nuevo creyendo que me siguen cuando me meto en un negocio para subsistir. Todavía no me he buscado mujer, porque pienso que cuando la tenga voy a descargar sobre ella mi frustración y me llevarán de nuevo a la cárcel".
"El Lento", también declarado excluible y con más de 20 años vividos en Estados Unidos, cuenta con un expediente delictivo copioso, que comenzó a llenar antes de salir de Cuba.
"Cuando vivía aquí tuve muchos negocios: un banco de bolita, una casa de empeños clandestina. Todo eso lo perdí en un 'Plan Maceta' [un operativo del Gobierno contra el enriquecimiento ilícito] y fui a parar al Combinado del Este, donde me hicieron talco. Cumplí la condena y, cuando salí, me fui echando para la 'Yuma'".
El Lento, cuyo sobrenombre es una ironía porque es rapidísimo tomando decisiones, relata que al llegar a Miami se conectó con el "negocio grande".
"Comencé a traficar con cubanos que ya estaban insertados en el negocio. Por un tiempo me fue bien, pero luego contraje deudas de juego y tuve problemas Nos enredamos a tiros con otro grupo y hubo un muerto. Entonces me escondí hasta que me cogieron y fui a prisión", relata.
"Los días que viví en Estados Unidos fueron los mejores de mi vida", lamenta El Lento, que lleva cuatro meses en Cuba y ahora vende confituras por la calle, "como un mendigo".
El acuerdo que permitió a Estados Unidos devolver a los 78 cubanos incluyó actualizar la lista de 2.746 personas consideradas excluibles. También puso fin a los beneficios que otorgaba a los emigrantes de la Isla la política "pies secos-pies mojados", que permitía a quienes pisaban suelo estadounidense quedarse en el país, mientras los interceptados en el mar eran repatriados.
Las últimas medidas de Obama dejaron asimismo sin efecto el programa que daba refugio a médicos cubanos que escapaban de misiones en terceros países.
Javier y El Lento creen que Obama le hizo el juego al Gobierno.
"Cuando llegué a Estados Unidos en una balsa —recuerda Javier— me dieron toda clase de gratuidades y apoyo. Trabajé en una discoteca, me casé con una americana y teníamos una casa en Coral Gables que era un primor. Pero al final el alcohol y la violencia doméstica me vencieron y volví a caer preso. ¡Cuánto lamento haber perdido la vida en aquella sociedad donde, si se trabaja, se come!".
El Lento también siente nostalgia. "Saber que no podré volver nunca más a Estados Unidos me está matando poco a poco", confiesa.
FRANK CORREA DESDE LA HABANA, CUBA - 2018