Gus Kenworthy, atleta del equipo de Estados Unidos de los Juegos Olímpicos de invierno 2018, protagonizó un momento que consideró muy emocionante -e importante- tras finalizar una de sus competencias.
NBC captura un beso entre Gus Kenworthy y su novio que se convierte en la mejor reivindicación LGBT
Un simple beso entre Gus Kenworthy y su novio, Rightor Doyle, se convierte en una auténtica reivindicación para el colectivo LGBT tras ser capturado sin que la pareja lo supiera por la televisión en directo, siendo celebrado pro la gran mayoría del público.
Parece mentira que PyeongChang 2018 esté siendo más reivindicativo de lo que estaba previsto. Tras las primeras medallas para deportistas abiertamente homosexuales en unos Juegos de Invierno, Eric Radford y Adam Rippon en patinaje artístico, dos deportistas belgas, Jorik Hendrickx y Kim Meylemand, denuncian públicamente el acoso y amenazas que han recibido de los rusos por su boicot a los Juegos de Sochi, causando ahora furor el beso entre Guy Kenworthy y su novio, Rightor Doyle, capturado de manera inesperada por las cámaras de la NBC tras llegar a la meta en duodécima posición este domingo, 18 de febrero, en la final de esquí Slopestyle.
«No me di cuenta ayer de que este momento estaba siendo grabado, pero estoy tan feliz de que así fuera. En mi infancia nunca hubiera soñado con ver un beso gay en la televisión en los Juegos Olímpicos, pero por primera vez un niño viendo en casa ¡PUEDE! El amor es amor es amor», publica el esquiador en su cuenta de Instagram este lunes, 19 de febrero, compartiendo una captura de pantalla del momento. Su compatriota, Rippon, que criticara abiertamente el hecho de que Mike Pence fuera el abanderado de la delegación estadounidense, ha lanzado un guiño a Kenworthy en las redes sociales aludiendo ese instante «tan bonito ».
«Verdaderamente un momento de medalla de oro», publica una seguidora del esquiador en las redes sociales en lo que parece una respuesta unánime, siendo elogiado por muchos por su contribución para la representación del colectivo LGBT. El propio Kenworthy admite en una entrevista con la NBC en 2015, que le habría gustado hacerlo en Sochi, cuando se hizo con la medalla de plata, pero le pudo el miedo por la homofobia imperante en Rusia. Tras sufrir varias lesiones durante el fin de semana, el esquiador no ha llegado al podio, pero siente que los Juegos Olímpicos de este año están siendo más que simples medallas para él.
«Eso es algo que quería en los últimos Juegos Olímpicos: compartir un beso con mi novio al final, y era algo que tenía demasiado miedo de hacer por mí mismo. Y poder hacer eso, darle un beso, tener esa muestra de afecto retransmitida para el mundo es algo increíble. Creo que esa es la única manera de cambiar realmente las percepciones, romper la homofobia, derribar las barreras a través de la representación. Y eso definitivamente no es algo que tuve cuando era niño. Definitivamente no vi a un atleta gay en los Juegos Olímpicos besando a su novio. Y creo que si lo hubiera hecho, me hubiera resultado mucho más fácil», explica Kenworthy a los medios de comunicación, resaltando que se va «más satisfecho sin una medalla que en los últimos juegos con una medalla».