Cientos de miles personas se manifiestan en Estados Unidos para reforzar el control de las armas. Entre las consignas, prohibir los fusiles semiautomáticos y vigilar los antecedentes de los compradores, mientras el congresista republicano por Iowa, Steve King llama a Emma González "comunista"
Emma González, joven exiliada cubana y un orgullo gay
Un congresista de EEUU vincula a Emma González con la Cuba 'comunista'
Washington | Diario de Cuba El congresista republicano por Iowa, Steve King, criticó este domingo a la cubanoamericana Emma González y la vinculó a la Cuba "comunista", según un post publicado en la página de Facebook del político de EEUU.
En la Marcha por Nuestras Vidas que tuvo lugar este sábado en EEUU y en varios países del mundo para reclamar mayor control sobre las armas, Emma González, de 18 años, fue una de las oradoras y apareció ataviada con una chaqueta de color verde olivo con varios parches cosidos, incluyendo uno de la bandera cubana.
"Así es como te ves cuando reclamas la herencia cubana pero no hablas español e ignoras el hecho de que tus antepasados huyeron de la Isla cuando la dictadura convirtió a Cuba en un campo de prisioneros, después de quitarles todas las armas a sus ciudadanos y su consiguiente derecho a la autodefensa", publicó el equipo de redes sociales del republicano Steve King.
Emma González este sábado se mantuvo de pie en la tribuna de la marcha e hizo silencio durante seis minutos y 20 segundos: el mismo tiempo que tardó la matanza en su escuela en Parkland, Florida, en febrero pasado, y en la que perdieron la vida 17 personas.
De acuerdo con The Washington Post, no fue el propio congresista quien posteó ese mensaje sobre la cubanoamericana, sino su equipo de campaña.
Los comentarios al post de la página del congresista no se hicieron esperar. Brandon Wolf, un sobreviviente del tiroteo en el club nocturno Pulse en Orlando, escribió: "¡¿En serio te estás burlando de una superviviente del tiroteo en la escuela por su identidad étnica?!".
El propio equipo de campaña de King le respondió: "Señalar la ironía de alguien que lleva la bandera de un país comunista y al mismo tiempo pide control de armas no es 'atrapar' a nadie, es llamar la atención sobre la verdad, pero entendemos que los de izquierda lo consideran ofensivo".
Un portavoz de la campaña de King dijo este lunes a The Washington Post que "el meme en cuestión obviamente no es un ataque a su 'herencia' de ninguna manera. Simplemente señala la ironía de alguien que impulsa el control de armas mientras lleva la bandera de un país oprimido por un régimen comunista y antiarmas. Muy simple, realmente".
La comunidad cubana también se ha sumado al debate sobre la vestimenta que usó este sábado Emma González y sobre la bandera colocada en su brazo. Algunos critican que su chaqueta sea de color verde, como el uniforme de los militares de la Cuba castrista, mientras otros defienden que la ropa de la joven es semejante a la que usaban los jipis décadas atrás.
El artista cubano Geandy Pavón escribió en defensa de la cubanoamericana en su perfil de Facebook: "Yo recuerdo perfectamente cómo la policía castrista acosaba y detenía a los jóvenes que vestían así. De manera que es absurdo asociar el atuendo de Emma González con el de la juventud comunista que aclamaba a Fidel (Castro) en la Plaza. Intenten desprestigiarla de otra manera, vamos, que ustedes pueden".
Por su parte, el escritor Armando de Armas también posteó en la misma red social: "Emma González es coherente. La bordada bandera en su brazo es la del único país en el hemisferio que eliminó las armas privadas".
La también escritora cubana Zoé Valdés se sumó a las críticas: "Aquí la tienen, de verde olivo, y con la bandera cubana en una manga, que era ya lo único que le faltaba a la relajeada bandera de nuestra independencia. Lo único que le habrá faltado por gritar al final de su discurso enardecido, faltaría más, es lo que pueden suponer: '¡Pioneros por el comunismo! ¡Seremos com el Che!'. Pronto, no desesperen, eso llega".
El fotógrafo y escritor Orlando Luis Pardo Lazo, por su parte, opinó que "Emma González viste la bandera de Cuba Libre. Es decir, la bandera que no pertenece a ninguno de los cubanos, porque ningún cubano sabe ni desea ni dejan que ningún otro cubano sea libre".
El artista Adrián Monzón dijo que no ve "ni un solo símbolo comunista. Si alquien ve en el color verde olivo a la mafia de la familia Castro (que también lo tiene en el uniforme) y peor aún, si ve en nuestra bandera la traición de la familia Castro, ese alguien debe revisarse por dentro porque tiene bichos malos inoculados por el castrismo, y eso, no le deja ser libre ni a usted, ni a mí, ni a Cuba. Esta niña es una cubanita libre y eso debería darnos orgullo. Muchxs ni se acuerdan de Cuba".
Asimismo, la polémica se extendía el fin de semana con la circulación en las redes de un fotomontaje que cambiaba una imagen de la cubanoamericana rompiendo una diana de tiro, por otra, falsa, en la que rompía la Constitución de EEUU, informó New York Magazine.
González se ha convertido en la cara de la revolución millenial contra la violencia armada.
"Mi nombre es Emma González. Tengo 18 años, soy cubana y bisexual", escribió en un ensayo en Harper's Bazaar el mes pasado. "Pero nada de esto importa más. Lo que importa es que la mayoría del pueblo estadounidense se ha vuelto complaciente en una injusticia sin sentido que ocurre a su alrededor".
La joven es hija de un abogado que emigró de Cuba en 1968 y una profesora de Matemáticas. Es la menor de tres hermanos y el pasado 14 de febrero sobrevivió a un tiroteo encerrada en el auditorio de la escuela secundaria de Stoneman Douglas, en Parkland.
Esto fue lo que dijo la oportunista y controvercial, Zoé Valdés Desde mucho antes del 2007, cuando los demócratas y el Team Obama pusieron a Yoani Sánchez en el panorama del liderazgo mundial, ya desde George W. Bush andan buscando preferentemente a una mujer, cubana, que formara y forme parte del caudillismo internacional de la izquierda.
Después de 60 años de haber elegido y colocado a un barbudo necesitaban a otra pelúa, porque la cosa iba de pelos, allá donde nacieran, barba, cabeza u… en fin, mejor me callo. Ninguno de los dos les salió como ellos anhelaban. Entonces, por lo visto, han conseguido a una rapá, machorra (lesbiana es otra cosa), jovenzuela (vivimos en un mundo donde la experiencia no vale ni medio penique), cubana, digo, cagonia, y que además va -cómo no- de revolucionaria; para colmo, con la carcajada o la lagrimita fácil, según lo que toque en el teatro del absurdo.
A ver, aquí la tienen, de verde olivo, y con la bandera cubana en una manga, que era ya lo único que le faltaba a la relajeada bandera de nuestra independencia. Lo único que le habrá faltado por gritar al final de su discurso. enardecido faltaría más, es lo que pueden suponer: “¡Pioneros por el comunismo! ¡Seremos con el Che!”. Pronto, no desesperen, eso llega.
Esto fue lo que dijo la oportunista y controvercial, Zoé Valdés.
Desde mucho antes del 2007, cuando los demócratas y el Team Obama pusieron a Yoani Sánchez en el panorama del liderazgo mundial, ya desde George W. Bush andan buscando preferentemente a una mujer, cubana, que formara y forme parte del caudillismo internacional de la izquierda.
Después de 60 años de haber elegido y colocado a un barbudo necesitaban a otra pelúa, porque la cosa iba de pelos, allá donde nacieran, barba, cabeza u… en fin, mejor me callo. Ninguno de los dos les salió como ellos anhelaban. Entonces, por lo visto, han conseguido a una rapá, machorra (lesbiana es otra cosa), jovenzuela (vivimos en un mundo donde la experiencia no vale ni medio penique), cubana, digo, cagonia, y que además va -cómo no- de revolucionaria; para colmo, con la carcajada o la lagrimita fácil, según lo que toque en el teatro del absurdo.
A ver, aquí la tienen, de verde olivo, y con la bandera cubana en una manga, que era ya lo único que le faltaba a la relajeada bandera de nuestra independencia. Lo único que le habrá faltado por gritar al final de su discurso. enardecido faltaría más, es lo que pueden suponer: “¡Pioneros por el comunismo! ¡Seremos con el Che!”. Pronto, no desesperen, eso llega.
OPINIÓN
El cuento del nunca acabar, la guerra entre EEUU y CUBA, la guerra que nunca existio y con la que los políticos se han aprovechado para dormir a los cubanos exiliados y a los cubanos los de allá.. Para muchos oportunistas, y otros ignorantes, decir 'Partido Democrata' en esté bendito país, Estados Unidos es sinónimo de comunista, y así han hecho política y llenado sus bolcillo de $dólares. @Cubanet20
Es latina, bisexual, post-millenial, elocuente, bella, anti sistema, joven, osada, y viste como si de nuevo fuera 1968.
Además, aboga por el control de armas —que no es lo mismo que ir en contra de la Segunda Enmienda— y con un discurso directo y apasionado ha tomado por asalto los primeros planos del acontecer nacional estadounidense.
Ema es una de las principales portavoces de la generación nacida en los albores del siglo XXI que ha decidido oponerse, y de qué manera, a la complicidad repugnante e impune de políticos y mercaderes de armamento con las ya cotidianas masacres de civiles en Estados Unidos.
Civiles, maldita e insuficiente manera de llamar a niños y adolescentes asesinados por orates armados con fusiles de guerra.
Emma González, que es muestra de los jóvenes que ya están llegando a la edad de votar, y botar, a los políticos de turno. Y eso les preocupa a los conservadores, bestias que abrevan en las aguas estancadas del statu quo.
El excandidato republicano a representante en el estado de Maine, Leslie Gibson, la describió como una “skinhead lesbian”; machorra, retoma la idea y la califica Zoé Valdés que, a pesar de sus glorias (pasadas) y holgada vida parisina, no logra escapar de la malsana influencia del verdulerismo que se impregna con los aires hediondos de los barrios bajos de La Habana; comunista, la llama uno que otro imbécil, cubano por supuesto, conservador por demás.
Miedo, lo que sienten todos.
Miedo a lo que no entienden, a la generación que está arribando. Miedo a un numeroso, y cada vez más poderoso grupo urbano que ya no cree en la monserga de segundas enmiendas ni supuestas libertades coartadas.
Miedo a ser desplazados por esos mocosos intrépidos que son lo que nunca fueron aquellos que solo quieren ver en Emma a una loquita que se dice media lesbiana, a una jovenzuela que apenas tiene licencia de conducir, que viste chaquetas verdeolivo demasiado guevaristas, dicen esos, por suerte no tan abundantes, cubanos de escaso alcance y aún menos luces.
Por otra parte, Emma González, junto con los otros muchachos que en un par de semanas han iniciado y desarrollado una tempestad social de rechazo a la violencia, se pintan solos para que los desangelados demócratas —o peor aún, su ala izquierdista— vean en ellos la voz e imagen que les falta a ese partido para llegar a los abúlicos independientes, hartos del discurso insulso del bipartidismo americano.
Es posible que intenten, y que tengan éxito, en secuestrar la imagen de la muchacha de minorías, de apellido latinísimo, inteligente, carismática, valiente, estandarte de diversidad étnica y sexual. Es posible que logren usarla para sus propios fines electoreros.
Ojalá que el escepticismo proteja a esos muchachos y su bocanada de frescura y no se dejen atrapar por los oportunismos políticos. Ojalá que su poderosa imagen y mensaje simple los lleve más allá del pantano conservador que mantiene cautiva a una buena parte del sentido común de la sociedad americana.
En cualquier caso, ahí va mi respeto a Emma, neo-cubanita que trascendió el reguetón y la mahomía cubana, de allá y acá.