De trabajos voluntarios, globos y referendos
Por José Gabriel | Santa Clara | Cuba EncuentroSegún el semanario de la CTC, Trabajadores, 70.000 villaclareños participaron el pasado domingo 1 de abril en la Jornada Nacional de Trabajo Voluntario.
O sea, uno más o menos de cada 10 habitantes de esta provincia se sumó a la movilización. Un número que resulta poco creíble para quienes vivimos aquí, y este domingo salimos a la calle desde muy temprano.
Pero si bien el número de participantes no parece concordar con el ambiente de la calle, donde ni se vieron camiones y guaguas camino de la agricultura, ni centros de trabajo en labores de “limpieza y embellecimiento”, los resultados sí parecen confirmar algo que ya hemos dicho: los trabajos voluntarios tienen la nociva consecuencia de malacostumbrar al trabajador a la bajísima productividad de que suele hacerse gala en los mismos.
Tengamos en cuenta que según Trabajadores los resultados de este trabajo voluntario fueron la siembra de 25 hectáreas de caña, y la recogida de 650 quintales de papa. Lo que equivale a decir que cada uno de los 70.000 movilizados recogió algo menos de una libra de papas, y sembró poco más 15 pedazos de caña en 7 metros de un surco.
Todo un logro en la promoción de la vagancia en Cuba.
Preguntémonos ahora cuánto se gasta en movilizar a 70.000 personas. Seguramente mucho más de lo necesario para organizar uno de los dos referendos que deberían convocarse anualmente en Cuba, una supuesta democracia directa.
Para sembrar 25 ha de caña, y recoger 650 quintales de papas, unas 30 toneladas, no se requiere movilizar a más del 20 % de la población laboral de Villa Clara. Con menos de 300 trabajadores se realiza cualquiera de las dos actividades, en una jornada normal de trabajo, y dadas las condiciones atrasadas del campo cubano.
No se requiere para ello movilizar a tantos villaclareños, o al menos pretenderlo en esos informes que se comienzan a inflar desde la base hasta llegar a globos inmensos al llegar a la oficina de Raúl Castro.
Sería más educativo para nuestro pueblo, en un pleno sentido cívico, y más conveniente para el realista gobierno de este país, que el tiempo que hoy se gasta en ejercitar la infinita capacidad de mentir del cuadro administrativo castrista mediante la convocatoria a trabajos voluntarios, se empleara en su lugar en organizar referendos. En los cuales se le pida la opinión al ciudadano aun sobre los asuntos de apariencia más nimia.