'NOMBRADO A DEDO'
Una semana como cualquier otra para los cubanos
Raúl Castro impone a Miguel Díaz-Canel para apuntalar la dictadura
Como sabemos lo que va a pasar, da igual que este texto lleve fecha anterior a la del día del nombramiento del señor presidente.
Miguel Díaz-Canel sabrá que fue nombrado a dedo y quizá sospeche, porque ya no le queda otro remedio, que a fin de cuentas, el sistema elucubrado por Fidel Castro es un fracaso en todos los órdenes por muchos miles de millones de deuda que los capitalistas del Club de París o del Club de Londres le condonen a Cuba, por sólo mencionar dos ejemplos significativos de los tres últimos años.
El dilema es simple: para pagar una deuda hay que trabajar y producir o robar. Fue el pueblo cubano quien pagó, entre fusilamientos y perretas, los delirios de Fidel Castro para, más o menos, materializar sus quimeras.
Mucho dinero hizo falta y fue así como la deuda colosal financió ampliamente la irresponsabilidad política. Es importante que los cubanos sepan que el dramático cuento de estos últimos 60 años hipotecará, a causa de las deudas financieras (y no sólo las financieras) el futuro de varias generaciones.
Entonces, cabe una pregunta: ¿Cómo un futuro gobierno democrático en Cuba podrá enfrentar la realidad de la gente? Díaz-Canel quizá conozca la respuesta pero no la puede expresar.
Los de a pie viven una miseria negra con doble moneda, salarios indecentes y un descalabro social sin precedentes porque los retranqueros del dogma no quieren liberar la creatividad exponencial del cubano. Qué nadie se equivoque. El Santo Oficio vigilará, con particular interés, la praxis de Díaz-Canel en torno a este tema de la libertad de emprender, no tanto por razones filosóficas sino para evitar cualquier desliz de Cuba hacia una sociedad donde los individuos no tengan que depender del régimen.
El artificio castrista se varó desde hace muchos años en su terrorífica realidad obligatoria que los involucionarios dejarán a los que vengan después.
Esa realidad es la causa del mantenimiento de la liturgia y de la parafernalia de toda la vida, sin la cual, los camaradas se quedarían desnudos ante la opinión pública.
¿Aceptará Díaz-Canel cargar con el muerto una vez que Raúl Castro deje este mundo?
Afortunadamente, hoy en Cuba no hay aquel desconocimiento masivo de los códigos del mundo, lo cual es un problema para cualquier candidato a dictador. Esta es la primera razón por la que Díaz-Canel y los guardias que lo están velando tendrán que hilar fino con los cubanos que, puesta aparte la consabida pachanga, saben lo que ocurre allende la mar.
Un hombre nombrado a dedo no puede pretender lidiar con un pueblo harto que quiere abandonar su país masivamente aunque tenga que pasar por Alaska. Se siente un sordo rencor ante lo que la gente tiene que soportar. Poco a poco, millones de cubanos han comprendido que irremediablemente perdieron sus juventudes y sus vidas en una borrachera espasmódica pagada a larguísimo plazo por ellos mismos. Llegado el momento, Díaz-Canel quizá se rebele.
Nombrado a dedo
Finalmente se han cumplido los pronósticos, Miguel Díaz-Canel será el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, lo que lo convertirá en el primer hombre sin apellido Castro que encabece el Gobierno desde 1976.
Como primer vicepresidente tendrá a Salvador Valdés Mesa, un exdirigente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato del régimen, que era hasta ahora uno de los cinco vicepresidentes del órgano.
Entre esos cinco vicepresidentes se mantendrán Ramiro Valdés Menéndez, comandante de la Revolución, y Gladys María Bejerano Portela, contralora general. Los otros tres puestos los ocuparán Roberto Tomás Morales Ojeda, ministro de Salud Pública; Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, y Beatriz Jhonson Urrutia, presidenta del Poder Popular en Santiago de Cuba.
Las propuestas han sido presentadas por una Comisión de Candidaturas designada por la Asamblea Nacional del Poder Popular. En la práctica se trata de una entidad que transmite la decisión del régimen.
Tanto Díaz-Canel como el resto de los nominados son candidatos únicos. La Asamblea Nacional dio por terminada la sesión después de que sus miembros votaran de manera secreta, por lo que los resultados se darán a conocer este jueves. Pero nunca ha ocurrido que los diputados rechacen las propuestas.
Ni Raúl Castro ni José Ramón Machado Ventura aparecen entre los candidatos a ocupar puestos en el próximo Consejo de Estado. Ambos seguirán, no obstante, siendo el primer y segundo secretarios del Partido Comunista, organización a la cual la Constitución vigente otorga el control sobre el resto de los poderes del Estado.
Tampoco están entre los nominados la hasta ahora vicepresidenta Mercedes López Acea, primera secretaria del Partido Comunista en La Habana, y Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado.
Otras ausencias notables son las de Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, como llama el Gobierno a su plan de ajustes económicos; la del ministro de Transporte, Adel Onofre Yzquierdo Rodríguez, y la del general de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, viceministro primero de las Fuerzas Armadas (FAR) y jefe del Estado Mayor General.
En cambio, entra directamente a la vicepresidencia Beatriz Jhonson Urrutia, quien no está en el Consejo de Estado saliente.
Por otra parte, la Comisión de Candidaturas propuso ratificar como miembros del Consejo de Estado a: el general de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, ministro de las FAR; Teresa María Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC); Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la CTC; Mirian Nicado García, rectora de la Universidad de Ciencias Informáticas; Guillermo García Frías, comandante de la Revolución; el canciller Bruno Rodríguez; Martha del Carmen Mesa Valenciano, rectora de la Universidad de Oriente; Carlos Rafael Miranda Martínez, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR); Susely Morfa González, secretaria general de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); Rafael Antonio Santiesteban, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP); Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), e Ileana Amparo Flores Morales, directora Empresa Industrial Mecánica 2 de Septiembre.
Entre las nuevas incorporaciones estarían las de Raúl Alejandro Palmero Fernández, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); Jorge Amador Berlanga Acosta, jefe de proyectos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología; la atleta Yipsy Moreno González; Yoerkys Sánchez Cuellar, director del diario Juventud Rebelde; Reina Salermo Escalona, directora de Zafra en Empresa Azucarera Holguín; Carlos Alberto Martínez Blanco, director del Hospital Calixto García; Rosalina Fournier Frómeta, directora de la empresa Génedis, de Guantánamo, y Felicia Martínez Suárez, directora de la empresa de aluminios mecánicos ALUME, de Manzanillo.
Además entrarían en el Consejo de Estado, Elizabeth Peña, Ivis Niuba Villa Milán y Bárbara Alexis Terry, de quienes prácticamente no existe información en internet.
Una semana como cualquier otra para los cubanos
La semana del "cambio histórico" en Cuba llegaron los huevos a la barriada de la Timba, una de las más pobres de la capital. La televisión nacional transmitió la película basada en la Revolución de los Claveles portuguesa, Capitanes de Abril, y los padres reorganizaban sus rutinas por las vacaciones escolares.
El parón en las clases de primaria y secundaria se notaba en las afueras de la heladería Coppelia, donde arrasaba el icónico fresa y chocolate que inmortalizó el filme de Tomás Gutiérrez Alea.
En la sala Chaplin, de la calle 23, se celebraba el Festival de Cine Francés. El actor protagonista de El rubio alto y con un zapato negro (1972), Pierre Richard, viajó a la Isla para la presentación de la película y proclamó: "Amo a Cuba".
Los habaneros sacaron de los amarios sus abrigos por una caída de las temperaturas y el anuncio de fuertes lluvias llegó acompañado de los habituales dolores de cabeza que provocan el temor a que las filtraciones en los techos o las inundaciones en las calles dañen los hogares.
En los alrededores del hotel Tulipán, en el barrio del Nuevo Vedado, los vecinos se quedaron sin internet. Las redes wifi habían sido desconectadas para evitar molestias a los diputados de la Asamblea Nacional hospedados en el edificio.
Los reporteros internacionales, llegados por decenas, se afanaron recorriendo las calles más céntricas de la capital para tomar un pulso a la calle que no lograban encontrar.
A cientos de kilómetros, en el pueblo de Vertientes, en la provincia de Camagüey, unos campesinos detenidos por dejar sueltas sus vacas fueron la comidilla. Los animales se alimentaron de un cañaveral estatal para disgusto de las autoridades locales, que avistan una de las zafras más pobres del siglo.
El Estado no vende madera ni alambres para levantar cercas que permitan tener a buen recaudo sus vacas, alegan los campesinos. No solo temen un castigo ejemplarizante, sino que dudan que el próximo Gobierno suponga algo nuevo para ellos.
En Santiago de Cuba, las especulaciones sobre que la ciudad se convierta en residencia de Raúl Castro a partir de ahora parecen haber cansado ya a los santiagueros, que prefieren contemplar la construcción de un lujoso hotel en la entrada de la ciudad mientras suspiran por la falta de sal.
En la Isla, para los cubanos de a pie esta semana ha sido como cualquier otra
Miguel Díaz-Canel, un ingeniero electrónico de 57 años, relevará este jueves a Raúl Castro en la Presidencia de los Consejos de Estado y de Ministros, mientras el régimen, liderado por la misma familia durante seis décadas, trata de garantizar la supervivencia.
El hasta ahora primer vicepresidente fue nominado el miércoles en la Asamblea Nacional del Poder Popular y era el único candidato. Los diputados ya votaron y es improbable que lo hayan hecho en contra. El Legislativo siempre aprueba todas las propuestas del Gobierno, y con frecuencia lo hace por unanimidad.
¿Tiene Díaz-Canel capacidad para dirigir el país y enfrentar las presiones que podrían llegarle desde la vieja guardia del castrismo —que seguirá dirigiendo el Partido Comunista— y el Ejército, que controla grandes parcelas en importantes y lucrativos sectores de la economía.
"Es difícil evaluar la capacidad de Díaz-Canel para ser presidente. Viene del sistema, pero es la rigidez del sistema el mayor obstáculo para avanzar con los cambios económicos y políticos necesarios", recordó Michael Shifter, presidente del grupo de investigación Diálogo Interamericano, en Washington, informó la AFP. "Será una prueba de su habilidad política", añadió.
Díaz-Canel ha logrado permanecer cerca de la llamada "generación histórica" cuando otros como los excancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, o el exprimer vicepresidente Carlos Lage —visto en algún momento como probable sucesor— fracasaron. El costo ha sido convertirse en una figura gris y un tanto desconocida, aunque siempre presente en la "fotografía" del Gobierno que tienen los cubanos.
"Díaz-Canel es, dentro de su generación y de otras, el que logró llegar a la sucesión paso a paso, bajo los controles del sistema y las suspicacias de los líderes históricos", destacó Arturo López Levy, profesor de la Universidad de Texas, al diario La Nación.
"Ha hecho lo que ha podido para estar allí, pero no tiene muertos en su conciencia, no estuvo en guerra, no participó en actos represivos", dijo el historiador y politólogo cubano Armando Chaguaceda.
El sucesor de Raúl Castro cumplió con todos los dogmas revolucionarios en busca de la biografía adecuada, desde la militancia comunista hasta las brigadas internacionalistas en Nicaragua. Con 31 años fue elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista y con 34 años ya gobernaba en su provincia, Villa Clara.
Raúl Castro lo nombró ministro de Educación Superior en 2009, vicepresidente del Consejo de Ministros en 2012 y primer vicepresidente del Consejo de Estado en 2013. "No es ni un novato ni un improvisado", justificó.
"Ha demostrado obediencia, lealtad y capacidad de gestión. Tiene la imagen de un cuadro político eficiente, de posturas dialogantes y prácticas populares dentro de los sectores revolucionarios, con manejo más moderno de los nuevos códigos. Tiene a su favor un grupo de cuadros en provincias y el aparato central del Gobierno, además de cargos en el Partido que crecieron bajo su tutela y guía", opinó López-Levy.
Pero ¿cuál será su modelo? "Ni Gorbachov ni Maduro: Den Xiaoping", apostó Chaguaceda.
Ni Mijaíl Gorbachov, como el gran reformador que dinamitó el Muro de Berlín, ni Nicolás Maduro, como el elegido por Hugo Chávez para seguir sus lineamientos políticos al pie de la letra, incluso radicalizándolos.
"Con los datos que tenemos, Díaz-Canel apunta a una continuidad con una apertura económica. Insisto en que no se saben ni la personalidad ni la agenda real en un régimen como este, donde han rodado tantas cabezas en la coyuntura actual. Y en los meses que siguen no va tampoco a revelarlo, en la medida en que va a estar acompañado y vigilado por los históricos y el aparato de la policía política", matizó Chaguaceda.
Se espera el nombramiento de nuevos integrantes del Consejo de Ministros en los próximos días.
"El modelo de Gobierno de los Castro probablemente pasará por una transición generacional y quizás adoptará un estilo de liderazgo más institucional y burocrático que carismático y personal como el que estableció Fidel y reformuló Raúl", declaró al respecto a la AFP Jorge Duany, director del Instituto Cubano de Investigación de la Universidad de Florida.
Pese a que se trata de un momento histórico, en las calles de la Isla los cubanos lo han vivido más bien con apatía o limitada expectación.
"Ya lo sabíamos, Granma se ha encargado de que conozcamos al hombre durante los últimos cinco años. A los cubanos nos gusta Radio Bemba y por eso muchos apostaban que Raúl elegiría a su hija Mariela o, sobre todo, a Alejandro (jefe de los servicios secretos). Pero al final había total unanimidad, no solo en el nombre, sino también en que nos da igual uno que otro, nos da igual chicha que limoná", resumió el habanero Alexander Delgado a La Nación.
"No sé qué ocurra entre hoy y mañana ni me importa, es más de lo mismo. Yo lo que quiero es viajar a Estados Unidos", reconoció R. L., un peluquero especialista en hacer a sus clientes los cortes que lucen las estrellas del reguetón o los jugadores de béisbol.
"Pero la realidad es cambiante y en este devenir histórico de las aguas del río, siempre el mismo y siempre otro, no puede ser detenido totalmente, aunque la voluntad y las intenciones sean de inmovilismo", opinó sin embargo el laico Dagoberto Valdés, director del Centro de Estudios Convivencia.
Díaz-Canel tiene ante sí un mandato de cinco años, prorrogable a otros cinco, como dejó establecido para sus sucesores Raúl Castro en 2011, durante el VI Congreso del PCC.
"Arribamos a la conclusión de que resulta recomendable limitar a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años el desempeño de cargos políticos y estatales fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias", afirmó entonces el general.