Dos jóvenes y amigos cubanos se encuentran en una zona Wifi de vez en cuando. Son parte de esa Cuba donde el costo de 5 horas de Internet al mes representa la quinta parte de un salario medio. Willy y Filly no son de hijos de papá, ni “antisociales”, son, sencillamente, jóvenes del barrio, “chamas” que “pinchan” para sobrevivir y construirse el día. A ellos los marca la emigración, la disponibilidad de opciones para entretenerse, consumen el Paquete Semanal y están obligados a compartir la intimidad de sus vidas mientras navegan en una zona pública.