Para ser heterosexual tienes mucho sexo gay, según un estudio
Eva Rodriguez de Luis
Volvemos a las andadas con el tema de los hombres bisexuales o mejor dicho, la negativa o dificultad de los hombres bisexuales a la hora de salir del armario. Y es que si hace un tiempo os contábamos que según un estudio los hombres bisexuales no existen, hoy nos hacemos eco de otro estudio científico que recoge la ingente cantidad de hombres heterosexuales que tienen sexo gay. Vamos, bisexuales.
¿Por qué siguen denominándose heterosexuales si en algún momento de su vida se han sentido lo suficientemente atraídos como para tener sexo con otro hombre? ¿Siguen siendo heterosexuales? ¿Es una cuestión de bifobia? ¿Existe la heterosexualidad o somos todos bisexuales? Muchas preguntas que desgraciadamente este estudio no resuelve, pero que deja claro algo: muchos hombres se denominan hetero pero les gusta el sexo gay.
¿Cuántas veces has leído en los anuncios clasificados – o en el ya vetusto y decrépito telexto – eso de “hetero busca hetero para pasar buen rato” y similar? Parece que esa máxima casposa del machito hetero no pasa de moda. Según una encuesta realizada a 24.000 estudiantes, 1 de cada 8 hombres que aseguraban haber mantenido relaciones sexuales con otro hombre se consideraba heterosexual.
No es algo exclusivo de hombres, si bien 1 de cada 4 mujeres que afirmaban haber tenido algo con otra mujer se consideraba hetero igualmente.
Las autoras del estudio son Arielle Kuperberg y Alicia M. Walker, profesoras asociadas de la universidad de Carolina del Norte y de la Universidad estatal de Missouri, respectivamente. El estudio ha sido recogido en los archivos de Sexual Behaviour bajo el título “Heterosexual College Students Who Hookup with Same-Sex Partners”, que traducido viene a ser “estudiantes universitarios heterosexuales que se enrollan con parejas del mismo sexo”. El ya clásico mito de la fase gay de la época universitaria que tradicionalmente tiene alguna tía enrollada en todas las familias que se precie.
En este estudio se hace bastante hincapié en las características particulares de esas personas que se siguen considerando hetero, entre ellas como no podía ser menos la ideología conservadora y/o las cuestiones religiosas. Según las investigadoras, hay tres tipos de personas heterosexuales que tienen sexo gay:
– El primer tipo, donde encaja el 60% de estas personas, lo hacen únicamente para experimentar y simplemente no disfrutan de la experiencia.
– Los otros dos tipos sí que disfrutan el sexo con personas del mismo sexo, pero unos afirman que se trató de una aventura puntual y otros que aunque les gustó, lo hicieron por desinhibición o la ingesta de sustancias como el alcohol.
Los secretos de la bisexualidad
E.M. tiene 34 años, es mujer pero guardaremos su anonimato. Confiesa que cuando empezó a sentirse atraída por personas de su mismo sexo pensó: "Debo ser lesbiana". Sin embargo, había algo que no cuadraba en esa etiqueta. "Sentía que no encajaba en ningún lugar porque no era ni heterosexual ni lesbiana y no fui consciente de ello hasta que conocí a una amiga que se presentó como bisexual. En ese momento me di cuenta de que era allí donde encajaba, y fue un alivio", escribe por mail a este periódico.
El término bisexual no resulta nuevo en la sociedad, ni mucho menos en la literatura científica. Los casos más notorios fueron las teorías del padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud quien aseguró que "todos en potencia éramos bisexuales" o los estudios del investigador Alfred Kinsey en la creación de la escala que establecía la orientación sexual de cada uno.
Actualmente, y según el argumentario de la Federación Estatal Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), la bisexualidad se define como la orientación sexual de quienes sienten atracción sexual, emocional y/o romántica hacia personas de más de un género y/o sexo, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, al mismo nivel ni con la misma intensidad.
"Te fijas en la persona, independientemente de su sexo, una vez puede ser un hombre, otras una mujer. La gente piensa que nos tiene que gustar más una cosa u otra, pero no. Te atrae una persona, sea hombre o mujer", explica Julita García, coordinadora del área de bisexualidad de la FELGTB.
'No somos homosexuales encubiertos'Todavía hoy el término sigue estando envuelto de mitos, desconocimiento y mucha, "mucha invisibilidad", lamenta Julita. El rechazo siempre está presente, añade por su parte Roberto (que no es su nombre real), un chico de 25 años. "Desde el momento que en que la gente cree y te dice que algún día saldrás del armario definitivamente, 'porque todo el mundo lo hace', dándoles la razón de que los bisexuales no existen, de que todo tiene que ser blanco o negro, cuando en el arcoiris existen más colores", afirma.
Esta falta de reconocimiento ha sido demostrada en un análisis elaborado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), cuyos resultados fueron expuestos recientemente en la 141 ª reunión anual de la Asociación Americana de Salud Pública y Exposición en Boston. Según refleja el documento, "los hombres que se identifican como heterosexuales tienen tres veces más de probabilidades de clasificar la bisexualidad como una orientación sexual no legítima". Una actitud, mantiene Mackey Friedman, investigador del estudio, que puede influir negativamente en la salud de las personas bisexuales. Incluso, estudios anteriores han demostrado que estas emociones conducen a "un mayor consumo de sustancias y conductas sexuales de riesgo", señala el informe.
Las personas bisexuales, añade el experto, se enfrentan a los prejuicios, el estigma y la discriminación de las personas heterosexuales y también de homosexuales, lo que puede provocar sentimientos de aislamiento y marginación.
Algo que confirma Julita García: "Puede resultar curioso pero incluso dentro del colectivo homosexual, algunos (sólo algunos), nos ven como personas que aún no hemos salido del armario, que nos cuesta todavía reconocerlo, y por ello decimos que somos bisexuales. La bisexualidad no es una etapa de transición para decir que eres homosexual, es sólo una orientación sexual más. No somos homosexuales encubiertos", afirma contundente. Además, confiesa que muchas veces, una persona bisexual prefiere decir a sus allegados que es homosexual, tan sólo porque está mucho mejor visto y aceptado.
Los avances legales de los últimos años en este país, cuenta Mario de 25 años -del que también evitamos dar su nombre real-, han dignificado a todos los colectivos. Pero en el ámbito social, "las mejoras en el grupo homosexual no han venido acompañadas de una mejor aceptación de las personas bisexuales, más bien al contrario. Todo el mundo tiene amigos gays, pero, ¿cuántas chicas están dispuestas a iniciar una relación con un chico bisexual? Y si lo hacen, ¿cuál es la respuesta que reciben de su entorno (familia, amistades, lugar de trabajo)?, se pregunta. Existen aún muchos mitos, aunque que más que eso son prejuicios o discriminación en toda regla".
Diversidad y diversidadesEn realidad, manifiesta Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, la orientación sexual es algo muy complejo. "La perspectiva de la diversidad sexual hace que la sexualidad se exprese con distintas orientaciones: heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, asexualidad y orientación parafílica de la sexualidad", explica.
Y esa diversidad, agrega, viene condicionada por los distintos niveles que conforman la sexualidad como son el sexo genético y morfológico, las ideas del individuo respecto a su cuerpo, las reflexiones frente al rol que la sociedad espera que la persona desempeñe o sus propias expectativas frente a su interacción con la sociedad, las conductas eróticas que practica o las implicaciones de todas estas disposiciones en su relación consigo mismo y con la sociedad.
Así, toda combinatoria conlleva tal diversidad que "es impropio, llegado el caso, hablar de bisexualidad, sino que resulta más coherente y apropiado hablar de bisexualidades", mantiene. Y si se aplica la misma dinámica a la heterosexualidad, señala, bien se vería que a tenor de tanta diferencia se concluye que existe un entrelazamiento, donde las definiciones, a costa de intrascendentes o innecesarias, ocupan poco lugar. Cuando esto se haga consciente, concluye Cabello, "probablemente habrá llegado el momento en que a nadie le llamará la atención la orientación sexual de otra persona".
Ocho mitosSobre esta orientación sexual se pueden enumerar ocho mitos que circulan de forma frecuente: Las personas bisexuales son promiscuas, infieles y viciosas por naturaleza. Son inmaduras, están confundidas o están en una fase de transición. Se trata de individuos cobardes y mentirosos. Les da igual carne o pescado. Son vehículos de enfermedades, una amenaza. En el fondo todos somos bisexuales (como decía Freud). Por último, "las personas bisexuales disfrutan del privilegio heterosexual".
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