Llega el mes de mayo y los cubanos marchan por las plazas de todo el país para celebrar sus triunfos como masas trabajadoras o, al menos, así lo venden los medios controlados por el Estado, o sea, los oficiales.
Un par de semanas más tardes llega otro momento cumbre, en que Cuba de alguna manera muestra al mundo lo felices que son los que habitan bajos sus paradójicas leyes, llega la 18va Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, este año con sede en la occidental provincia de Pinar del Río.
A pocos días de que comience tan esperado circo de falsos colores y alegrías que muestran una imagen errónea de lo que vivimos las minorías en la Isla, la directora del Cenesex, Mariela Castro Espín, realiza su jugada maestra, aunque yo particularmente diría que es la misma de siempre.
Consiste en captar la atención de los medios prometiendo una sarta de mentiras que desde hace años salen de su boca, entre ellas el tan reclamado matrimonio Igualitario, pero esta vez lo hace confiando en los cambios del nuevo gobierno que administra la nación, así aseguró a los medios extranjeros y nacionales.
Mariela busca calmar los gritos de quienes se revelan a su poder totalitario en el Cenesex y buscan la alternativa en proyectos como el Arcoíris, o Manos, que se han separado de las filas oficiales y cada vez atraen más seguidores.
La misma promesa de todos los años, el matrimonio para los cubanos LGBT, sale de los labios sonrientes de Mariela que a mi entender muestran una sínica sonrisa que no desea dar, pero es mejor mentir a los medios y a sus seguidores, que aceptar que como ella misma expresó en México hace un año, en Cuba no tenemos matrimonio igualitario porque no nos gusta copiar.
La hija Raúl Castro solo busca distraer a todos, mientras en las calles la policía arremete contra gays, lesbianas y trans; mientras en los centros educacionales, incluidos universidades, se margina a quien va contra las reglas de la ideología totalitaria y sus mal llamados principios éticos; mientras una ola de migrantes espera asilo en países europeos argumentando las razones anteriores, porque muchos son el claro ejemplo de esas violaciones.
Solo queda por ver que pasará de aquí en adelante, con un nuevo presidente, una nueva Asamblea Nacional y una misma cara sonriente: Mariela.
Ojalá y cuando este artículo sea publicado en los comentarios alguien me dé la noticia de que por fin ya los gays cubanos tenemos el derecho a casarnos, mientras tanto eso no suceda, feliz 17 de mayo a todos, que es lo único que podemos celebrar.