Me parece que Paquito debería depilarse las axilas

 Paco León interpreta a una mujer: ¿no hay actrices transexuales en España?

       Lorena G. Maldonado

“Un personaje hay que trabajarlo también en sus momentos íntimos. Éste no fue fácil”: ahí Paco León con peluca azulada, sentado en la taza del váter, presentando su nuevo proyecto. El actor interpretará a una mujer trans en La casa de las flores, una serie mexicana que se estrenará en agosto en Netflix. La comedia se centra en la vida de una familia privilegiada que tiene que enfrentarse a sus fantasmas del pasado: el patriarca, a la muerte de su amante, traslada a la casa familiar a los hijos que tuvo en su relación extramatrimonial. Sin embargo, la elección de un hombre cisgénero para el papel de abogada trans ha desatado un aluvión de críticas contra León. El colectivo afectado subraya la marginación laboral a la que siguen sometidos, y, en este caso, el desdén artístico: ¿por qué para interpretar a una mujer u hombre cis se eligen a actrices y actores cis pero para dar vida a una mujer trans no se hace lo propio?

 

A nivel internacional, la chilena Daniela Vega arrasa con Una mujer fantástica, pero lo cierto es que aquí, más allá de Bibiana Fernández, Abril Zamora -ahora en Vis a vis- o Carla Antonelli, estamos faltos de referentes. ¿Dónde están los intérpretes trans en España? ¿Qué piensa el colectivo afectado del debate reabierto por el papel de Paco León? “La reflexión de fondo es: ¿qué diríamos si a estas alturas, para interpretar a una persona negra, tiñesen de betún a un blanco?”, lanza la propia Carla Antonelli. “Como los antiguos Reyes Magos negros, siempre pintados. Vamos a mejor con el paso del tiempo, pero la dinámica, desgraciadamente, sigue siendo que se acude a un hombre no transexual para hacer de mujer transexual”, sostiene. Se posiciona a favor de la polémica de fondo: “Hay que sensibilizar y hacer comprender que hay personas trans con capacidades para hacer este papel. Tendrían que esforzarse más las productoras en buscar a las personas adecuadas”.

 

Me acuerdo de una serie donde se abría la puerta del baño y se veía a la chica trans orinando de pie. Esa era la gracia

A Antonelli no le parece mal que “en determinadas situaciones, de excepcionalidad, las personas cis interpreten a las trans”: “Está claro que Paco León tiene grandes dotes interpretativas y que lo hará genial. Pedirle a los actores cis que renuncien a ello no tiene sentido… como si hubiese tanto trabajo para que encima se negaran. Es una utopía con la tasa de paro altísima que hay en el mundo de la interpretación”. Recuerda cuando ella participó en El síndrome de Ulises, en Antena 3: “La mujer transexual era la dueña del bar, así que pensaron en una mujer trans. Todo se llevó con mucha normalidad y respeto. No hablamos de transexualidad en tres temporadas, excepto una vez que fue al médico”.

 

Pero, a cambio, piensa en otros papeles trans en los que se cae en el estereotipo y en el “reírse de” en vez de “reírse con”: “Hay tramas serias e interesantes que no fomentan los topicazos y otras que, bueno… me acuerdo de una serie donde se abría la puerta del baño y se veía a la chica trans orinando de pie. Esa era la gracia”, dice, con amargura.

 

Formación y estereotipos

La monologuista Elsa Ruiz sostiene que si ahora no hay intérpretes trans “conocidos o relevantes” es porque “nadie les ha dado una primera oportunidad”: “¿Cómo esperan que los trans sean las figuras de oro del mundo de la interpretación? Me recuerda, cautelosamente y sin comparar circunstancias, a cuando en el teatro antiguo no había mujeres interpretando a mujeres porque no se las permitía actuar. O a esos inicios del cine o el teatro donde las personas negras eran caucásicas pintadas, básicamente porque no tenían derecho a nada, ni a actuar”, reflexiona. “Un transexual no es un hombre que se viste de mujer… es bastante nocivo que se haga así, en mi opinión”.

 

Ella no critica “la figura de los actores que aceptan estos papeles, porque es complicado vivir de esto”, sino “a las personas que han tomado la decisión de elegirle”. “Hablo de mi experiencia como cómica y actriz trans. Hace meses me llegó una convocatoria de cásting. Era para el papel de una mujer transgénero que reproducía todos los clichés y estereotipos. Decidí no presentarme, porque a pesar de ser una oportunidad laboral iba en contra de mis principios”.

 

No sólo interpretar: dirigir

Señala que, igual que en el caso del feminismo -“donde no sólo es importante que haya actrices, sino mujeres que dirijan y tomen la batuta”-, es fundamental “que haya trans dirigiendo papeles complejos y reales, que tengan la oportunidad de contar sus historias”. Subraya que “se nos suele tratar con una pátina de lástima o, si no, directamente con el chiste fácil”. El punto está, según Ruiz, en “que ser trans no es un papel”: “Un determinado personaje requiere actuación, pero esto no. Las personas transgénero pertenecemos a un gran tapiz con muchos matices, que es el género humano. No pueden reducirnos a un hombre haciendo de mujer o a una mujer haciendo de hombre”.

 

La periodista y escritora Valeria Vegas analiza el caso Paco León y explica que “no hay tantas personas trans, por lo que yo creo que no son tantas las que van a acabar haciendo cine, es la minoría de la minoría”: “No ha habido tantos buenos actores o actrices trans y los que hay, muchas veces no quieren hacer papeles trans porque se les encasilla. Si a veces estos actores no son tan buenos es precisamente porque no tienen referentes y no se han formado en escuelas de interpretación. Yo estoy muy a favor de que haya actrices y actores trans, pero que les den también otros papeles. Es que si tenemos que esperar que vivan de hacer un papel trans… pues van a comer una vez cada cinco años”.

 

Vegas cree que el verdadero triunfo “es que una mujer trans haga de mujer cis”, y reconoce “lo bien que estaba Carmen Maura en La ley del deseo haciendo de trans, o Victoria Abril en Cambio de sexo”, pero matiza que no le suele gustar el resultado “de un hombre haciendo de mujer trans”, que es el caso de Paco León. Pide que se refleje en los papeles “la complejidad de la persona trans, porque no todas son iguales, igual que no todas las mujeres u hombres cis lo son. Las mujeres no somos dos más dos igual a cuatro”.