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General: México: Los muxes, dos géneros en un solo cuerpo
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 16/05/2018 13:56
¿Muxes o transgénero?
El uso de los baños genera un debate en México
        Victoria Burnett  — The New York Times
Para la gente de este pueblo en el estado sureño de Oaxaca, la existencia de un tercer género es parte normal de la vida, al igual que la antigua lengua zapoteca que hablan y las enormes iguanas que holgazanean en los árboles.
 
Aquí, los muxes —personas que nacieron con cuerpo de hombre pero no se identifican como hombre ni como mujer— son parte de la estructura social, admirados por sus bordados, peinados, manualidades y cocina. Incluso tienen un gran festival cada otoño, y el alcalde corona a su reina.
 
Pero ahora, este pueblo de pescadores, campesinos y fiestas extravagantes a unos 48 kilómetros del Océano Pacífico, enfrenta un reto a su noción amplia de género: la comunidad transgénero y el derecho a utilizar los baños de su preferencia.
 
Hace poco, durante una sofocante noche, tres muxes [múshes] vestidos con vistosos bordados esperaban afuera de un baño portátil para mujeres en una de las fiestas anuales al aire libre de Juchitán. Los hombres les silbaban y señalaban la esquina oscura que les servía de baño a ellos.
 
Los muxes tuvieron una actitud firme y, cuando la puerta del baño se abrió, una entró.
 
“Soy mujer las 24 horas del día”, dijo Naomy Méndez Romero, cuyas trenzas estaban coronadas con un listón color fucsia.
 
“¿Qué yo utilice el baño de hombres?”, dijo Méndez, de 24 años, quien nació siendo hombre pero ha vivido como mujer durante seis años. “No”.
 
El asunto está probando los límites de la tolerancia y ha provocado que algunos reexaminen la compleja taxonomía de género de los zapotecas.
 
“Estamos en un proceso de redefinición”, dijo Gubidxa Guerrero, antropólogo y presidente de Comité Melendre, un grupo local sin fines de lucro que promueve la participación cívica.
 
Una forma de vida de género mixto se aceptó en varias comunidades precolombinas en todo México, según antropólogos y recuentos coloniales. No está claro cuándo se originó la tradición muxe en Juchitán ni cómo perduró.
 
Los muxes a menudo viven con sus padres y se dedican a los quehaceres del hogar. Tienen relaciones con hombres, pero eso no es lo que los define, dicen expertos y muxes.
 
La cuestión del baño se hace más evidente durante las fiestas de primavera, o velas, en mayo, cuando miles de personas se reúnen para bailar y beber.
 
Pedro Enrique Godínez, estilista y director de políticas de diversidad de género del gobierno municipal, dijo que a lo largo de los últimos 10 años ha habido una “revolución transgénero” en Juchitán. Siempre ha habido muxes que usan ropa de mujer, dijo. Pero no se identifican como mujeres ni consideran transformar su cuerpo.
 
A veces la tolerancia tiene sus límites. Hace unos meses, a Méndez le pidieron que dejara de utilizar el baño de mujeres en el Instituto Tecnológico del Istmo, donde estudia ingeniería industrial.
 
“Ahora no lo utilizo tampoco”, dijo, mientras cosía un huipil, una blusa tradicional, en la entrada de la pequeña casa que comparte con sus padres y su hermana. “Me aguanto”.
 
José Antonio López Ríos, el presidente del comité estudiantil del instituto, dijo que se había dictaminado que los muxes no utilizaran los baños de mujeres porque había habido “muchas quejas” de los estudiantes.
 
El comité ha ofrecido a cualquier estudiante muxe que no desee utilizar el baño de hombres acceso al baño de su oficina, dijo. Javier Echeverría, vocero del instituto, dijo que tenían poca experiencia con los estudiantes transgénero y estaban diseñando políticas “en el camino”.
 
 
Las disputas en torno al acceso a los baños en México han sido mucho más silenciosas que en Estados Unidos; sin embargo, los derechos para personas homosexuales y transgénero se han ampliado en años recientes.
 
La Corte Suprema mexicana dictaminó el año pasado que era ilegal prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo, y el presidente Enrique Peña Nieto dijo en mayo que presentará al Congreso una propuesta para convertir ese dictamen en ley federal. La propuesta también haría más fácil que las personas transgénero cambiaran su identidad de género en documentos oficiales.
 
Aun así, los mexicanos gay y transgénero enfrentan acoso y violencia. El año pasado se otorgó asilo en Estados Unidos a una mexicana transgénero que estaba en riesgo de tortura por parte de la policía.
 
En Juchitán, las nociones de la cultura transgénero y los derechos han crecido conforme las redes sociales y los viajes conectan a las personas a un mundo más extenso, dijo Víctor Cata, lingüista y escritor local.
 
Eso ha hecho que surjan preguntas acerca de si alguien puede ser muxe y transgénero. Cata cree que la respuesta es sí. “Es un concepto muy amplio”, dijo. “Los límites no son fijos”.
 
Sin embargo, algunos antiguos residentes, incluyendo los muxes, consideran que ser transgénero es un concepto que se ha importado de otra cultura o incluso que es una moda pasajera.
 
“El muxe nacen con un don”, dijo Armando Cano, de 72 años, quien vende dulces tradicionales en el mercado y dijo que había heredado sus genes muxes de su tío. Sin embargo ahora, dijo, “no hay respeto”.“Están jugando”, agregó en referencia a los muxes que se identifican como mujeres.
 
Umberto Santiago, quien estaba entre el grupo de hombres que trataban de ahuyentar a Méndez y a otros muxes de los baños portátiles para mujeres en la vela el mes pasado, dijo que era una cuestión de higiene.
 
En algunos casos, los organizadores de la vela colocan baños portátiles para muxes; en otros, prohíben que los muxes vestidas de mujer entren.
 
“¿Por qué no nos dejan ser parte de ellas?”, preguntó Yoceline Vásquez, de 29 años, quien se identifica como mujer y toma hormonas femeninas. “Somos las que hacemos sus vestidos”, dijo. “Somos las que los bordan. Somos quienes las peinan”.
 
La información acerca de la población muxe es escasa. Un estudio académico de un pueblo zapoteca en los setenta estimó que el 6 por ciento de los hombres eran muxes. Godínez, el funcionario municipal, dijo que su equipo había intentado recolectar información el año pasado, pero que en muchos hogares se habían negado a participar.
 
En entrevistas, los muxes parecieron estar divididos acerca de si un tercer baño era la solución. Algunos dijeron que eliminaría las tensiones; otros, que reforzaría las divisiones.
 
Varios muxes dijeron que sentían más prejuicio. Muchos son apreciados por sus familias porque no es probable que se casen y se vayan, mientras que algunos son profesionistas. Quienes se visten o se identifican como mujeres, sin embargo, pueden enfrentar rechazo y no los toman en serio, dijeron.
 
Pili Valvidieso Morales, de 24 años, dijo que a su abuelo no le gustaba verla vestida de mujer y que el sacerdote en el pueblo vecino de Santa Rosa de Lima, donde vive, no daba misa en honor de su cumpleaños a menos de que usara ropa de hombre.
 
“Te aceptan hasta cierto punto”, dijo Méndez, mostrando las uñas rojas y largas que su padre le había pintado. Aun así, agregó: “¿Cuántos trans terminan la universidad?”
 
Para Méndez, que quiere trabajar en la industria petrolera o en las granjas eólicas que están cerca de Juchitán, lidiar con la cuestión del baño en la escuela es parte de ganar aceptación.
 
“Como muxes-trans podemos hacer más que coser y bordar”, dijo. “Solo queremos formar parte de la comunidad”.
VICTORIA BURNETT, MÉXICO     
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA Enviado: 16/05/2018 14:03
                                                                                                                                                                                                                                              Todas las fotos tomadas del -The New York Times
LOS MUXES, DOS GÉNEROS EN UN SOLO CUERPO                                         
                JAKE NAUGHTON
Un taller de fotografía cambió casi todo para Nelson Morales.  Había trabajado desde 2012 en un proyecto sobre los muxes, personas en México que nacieron de sexo masculino, pero que adoptan normas y costumbres asociadas con lo femenino (a veces son consideradas como un tercer género).
 
La comunidad muxe está concentrada principalmente en el istmo de Tehuantepec, al sur del país, y esta ha resultado atractiva para artistas y periodistas extranjeros. “Muchos artistas vienen a Juchitán”, dijo Morales. “Pero siempre hacen los mismos reportajes, con el mismo punto de vista desde el exterior”. A pesar de que Morales nació en la región de Tehuantepec, admite que sus primeras fotografías se parecían mucho a las de todos los demás: bonitas pero sin chiste.
 
Sin embargo, en 2015 tomó el taller con Antoine d’Agata, un fotógrafo de la cooperativa internacional Magnum, que lo impulsó a adentrarse en sí mismo y en su oficio.
 
“No tenía ninguna modelo, así que tuve que hacer autorretratos”, recordó. “Entonces, al día siguiente, salí con algunos muxes y en ese momento pasó algo, porque me volví parte de la escena”. A pesar de que históricamente los muxes son valorados en algunas partes de la cultura zapoteca, Morales contó que él había crecido con rechazo hacia la comunidad y a cualquier posibilidad de ser parte de ella.
 
Aun así, se sintió atraído a retratarla. En 2010, le pidieron fotografiar un concurso de belleza muxe, y después continuó fotografiando a la comunidad movido por su curiosidad. “Quería saber más de ellos”, dijo.
 
Quizá fueron los autorretratos, pero hubo un giro el día que, después del taller, salió con los muxes. “Entré con la cámara y ahí algo cambió”, dijo. “Algo explotó, algo pasó y, desde ese momento, no he parado de crear autorretratos ni de ser parte de la escena”.
 
En ese momento, Morales descubrió su propia identidad como muxe y su voz como fotógrafo.
 
A pesar de que las fotografías no pretenden ser un registro documental, parecieran reflejar una verdad que va más allá de simplemente mostrar un hecho, tal como la poesía puede enseñarnos algo que las noticias no. En su trabajo captura el surrealismo, la gracia, el erotismo y el misterio que han definido su experiencia de vida como muxe y la de todos aquellos a quienes conoce, pero que no está presente en muchas de las fotografías que han tomado artistas externos a la comunidad.
 
“Ya sabes, la realidad de la vida es subjetiva”, dijo. “Algunas veces esos niveles de realidad pueden aumentarse un poco en este mundo de fantasía. He vivido en la cultura muxe, en esas noches de fiesta y de salir a divertirme, de fantasía, de sexo, de libertad de los muxes, he sido parte de eso. Y por eso puedo interpretarlo de esta manera”.
 
Sus modelos son sus amigos, gente que conoce en las fiestas o algunas otras que se enteran del proyecto y le piden participar. Calcula que él aparece en aproximadamente un tercio de las fotografías de la serie y dice que se ha vuelto un proceso colaborativo.
 
En una foto de ese estilo, dos cuerpos, ambos anónimos, parecieran fundirse entre campos de azul y rojo. Morales dirigió la toma y se colocó en ella. “En ese momento, dije: ‘Bueno, vamos a hacer dos cosas que no son comunes: vamos a mezclar nuestros cuerpos, haremos cosas extrañas, como si nuestros cuerpos fueran uno solo’”, señaló. Después su novio fue quien presionó el obturador.
 
“Encontré un lugar especial en ese espacio muxe, en ese mundo de absoluta fantasía, erotismo, contradicciones; de tantas cosas que yo no conocía y que he descubierto y sigo descubriendo y buscando”, dijo.
 
Por esta razón, es importante para Morales que las fotografías tengan algo de misterio y sean ensalzadas con toques de colores vibrantes, pero permanezcan algo opacas para el espectador, al menos al principio. Quiere que su público haga un pequeño esfuerzo, que las imágenes los incomoden un poco, además de eliminar preconceptos directos.
 
“Me gusta que el espectador reflexione o quizá se sienta un poco incómodo”, dijo. Sabe que quizá no es para todos, aunque eso también está bien. “Tengo que defender esa idea, mostrarlo así. Tengo que confiar en lo que creo”.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA Enviado: 16/05/2018 14:17


“Self-portrait” (Autorretrato), tomada en 2015 en Unión Hidalgo, Oaxaca 
 
 
“Close Your Eyes” (Cierra los ojos), tomada en 2017 en Salina Cruz, Oaxaca
 
“The migrant” (El migrante), tomada en 2015 en Ixtepec, Oaxaca
Todas las fotos han sido tomadas del periodico digital The New York Times


 
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