MARIELA CASTRO ES AMIGA NUESTRA
PERO ESO NO HACE A NUESTRA IGLESIA COMUNISTA
La presencia de Mariela Castro bendiciendo parejas LGBT ataviada con una estola cristiana el pasado sábado durante la jornada contra la homofobia y la transfobia en Cuba ha generado escozor entre algunos creyentes cubanos. En los últimos días los focos de la prensa han estado sobre una nueva iglesia que se estableció en la Isla con una agenda inclusiva y de la mano del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dirigido por la hija del expresidente Raúl Castro.
"Ver que la imagen de Fidel Castro preside una celebración por los derechos de la comunidad LGBT y a los creyentes de una Iglesia cristiana apoyándolo es un poco fuerte", dice desde Miami el pastor misionero de la Iglesia Luterana, Ignacio Estrada.
"Es una burla o una usurpación? La estola es un símbolo de la autoridad de Cristo. Mariela Castro no debería usarla", dice. Quien ha regalado la prenda a la sexóloga es la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM). Para Estrada es un error mezclar la política con la religión.
La ICM se autodefine como una Iglesia con un mensaje positivo e incluyente hacia la comunidad LGBT+. También favorecen el ecumenismo (la unidad de los cristianos) y son de corte liberal.
Desde que se estableció en la Isla, en 2016, la ICM ha estado vinculada con el Cenesex y es frecuente ver a Castro participar en sus ceremonias, impartir bendiciones y exhortar a las parejas LGBT.
Un representante de la junta directiva de ICM en Cuba que accedió a hablar bajo condición de anonimato con este diario rechazó que su congregación intente mezclar política y religión.
"Nosotros entendemos nuestra misión en Cuba y para Cuba. Trabajamos al lado de aquellas instituciones que compartan nuestra misma visión. Cenesex es una de ellas, y es la que más nos ha apoyado en nuestra labor, especialmente la persona de Mariela Castro, quien es una simpatizante fiel de nuestra iglesia", dijo.
El religioso reconoce que envían un mensaje político al participar en las actividades gubernamentales, pero enfatiza que su principal intención es señalar que está presente en el país una iglesia "cuya voz es disidente al del resto de las iglesias".
"Existe una iglesia en Cuba donde la comunidad LGBT es aceptada completamente sin limitantes ni condiciones, porque Dios nos ama radicalmente. Mariela es diputada, hija de Raúl, amiga nuestra y obviamente revolucionaria pero eso no hace a nuestra iglesia comunista", agregó.
El pastor justificó el uso del ornamento litúrgico por parte de Castro: "Muchos la ven como una pastora para la comunidad LGBT. Ella usa ese símbolo no desde el punto de vista religioso, sino como símbolo de pastora, de acompañante, de protectora", sostiene.
La ICM, fundada en 1968 en Estados Unidos, tiene más de 400 comunidades alrededor del mundo. En Cuba cuenta con alrededor de 100 fieles, pero en apenas dos años ya tienen tres comunidades en Matanzas, Santa Clara y La Habana.
En 2016, el Instituto de Justicia Global de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana otorgó a Mariela Castro el premio Be Justice y al año siguiente Castro retribuyó al fundador de ICM, Troy Perry con el mayor galardón que otorga el Cenesex.
Tanto Perry como el reverendo Héctor Gutiérrez, un obispo mexicano responsable de la ICM en Cuba han estado en La Habana. Mariela Castro y su esposo, el italiano Paolo Titolo, han sido testigos en la renovación de los votos matrimoniales de Gutiérrez.
Para Yadiel Hernández, miembro de la Primera Iglesia Bautista de Matanzas, las relaciones entre el Cenesex y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana son "un negocio".
"La ICM necesita al Cenesex y a Mariela Castro porque a expensas de esa institución han crecido en el país y a la vez Mariela Castro y el Cenesex utilizan a la Iglesia para promover su agenda", afirma y considera que si ICM critica al Gobierno perdería "el favor oficial".
La ICM no está reconocida por el Consejo de Iglesias de Cuba ni por la oficina del Partido Comunista encargada de regular la presencia de organizaciones religiosas en la Isla. Sin embargo, al contrario de otras organizaciones religiosas nacidas en los últimos años, no han sido perseguidos, algo que Hernández achaca a su relación con la hija del expresidente.
Según la organización Solidaridad Cristiana Mundial las violaciones de los derechos religiosos y de culto en Cuba se incrementaron en 2017 y hay iglesias que llevan más de dos décadas pidiendo su reconocimiento oficial, lo que las lleva a reunirse clandestinamente y ser objeto de requisas por parte de las autoridades.
"La Iglesia (las iglesias cristianas) en Cuba está en un momento de expansión. Están llegando muchas congregaciones de diferentes lugares del mundo y algunas de ellas tienen mucho dinero y buscan apoyos de instituciones en el país", apunta.
Victor M. Dueñas, uno de los activistas que lanzó en 2015 la campaña Nosotros También Amamos a favor del matrimonio homosexual en Cuba no cree en las "buenas intenciones" de Castro a favor de la comunidad LGBT ni en su cercanía con ICM.
"Es una traición a las comunidades cristianas", dice el presbiteriano, que apoya "una Iglesia inclusiva" pero se indigna al ver "las agendas políticas que pueden eclipsar el mensaje cristiano".
Dueñas, quien junto a un centenar de cubanos pidieron asilo en un aeropuerto de Holanda el pasado enero, dice que Mariela Castro podría hacer mucho más por la comunidad LGBT.
"Llevamos 10 años esperando la reforma constitucional en la que ha prometido Mariela Castro que intentará incluir el matrimonio homosexual. En 2015, cuando otros activistas lanzamos una campaña para promoverla, ella se negó a apoyarnos", dice.
La hija del expresidente ha rechazado que el objetivo del Gobierno cubano deba ser el matrimonio igualitario en concreto y ha señalado que el socialismo no puede buscar la solución "más sencilla que aparezca ni repetir lo que hacen otros".
"En Cuba se necesitan leyes para proteger a las personas LGBT para que no sean discriminadas, se necesita que se reconozca la violencia policial y se tomen medidas para prevenirla y proyectos independientes del Estado que defiendan los derechos LGBT no que secuestren su discurso", apuntó.