NO VOTA POR POLÍTICOS HOMOFÓBICOS Y ANTE UNA
SITUACIÓN DISCRIMINATORIA, ALZA SU VOZ JUNTO CON NOSOTROS
No voy a señalar a nadie, pero las posiciones de los políticos y de sus partidos se ven a leguas. Incluso quien no habla explícitamente sobre sus posturas al respecto, ya está diciendo bastante. Hoy en día el tema de la comunidad LGBT no puede evitarse, y quienes no apoyan el matrimonio igualitario, las familias diversas y los derechos humanos de todos, deben ser considerados enemigos públicos.
Ser amigo y aliado de los gays, no te hace gay
Cosas que hace un buen aliado de los LGBT
Ser tolerantes y respetuosos ante cualquier diferencia
Por Sebastián Sáen
Los aliados son las personas heterosexuales que apoyan a la comunidad LGBT, pero ser aliado no basta con “aceptarnos” o “tolerarnos”, no es un sustantivo, es un verbo. Como tal, requiere acciones, evidencias de verdadero apoyo.
Y no, no hablo de escuchar a Ricky Martin o a Lady Gaga, ni de ir a la marcha del orgullo (claro que si quieren ir, son bienvenidos, pero muchos LGBT no van a la marcha, y nadie tiene que hacerlo, y hacerlo no los hace aliados, igual que ir a misa no lo hace a uno un buen católico). Igual que en la guerra, un aliado manda su ejército y su mejor armamento para ayudar a un amigo a ganar una guerra, y en este caso las armas son la igualdad, la inclusión y el respeto.
Ya sean nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros tíos, primos y abuelos, nuestros vecinos, nuestros amigos, la gente que trabaja con nosotros, el chico que nos sirve el café, nuestro contador, el político con propuestas sensatas, nuestro doctor, y hasta un perfecto desconocido; el apoyo ahí está siempre, hay que saber encontrarlo, preguntar por él sin pena. ¿Pero entonces qué hace un buen aliado de los LGBT?
Se informa Hay muchos libros, expertos, documentales, películas, medios y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales con gran información valiosa. Lo primero es conocer, tener la voluntad de dejar la ignorancia a un lado. El universo sexualmente diverso a primera vista puede parecer abrumador, pero poco a poco las dudas pueden ir desapareciendo. Se inicia con conocer las siglas (LGBTTTIQ), la diferencia entre orientación sexual, preferencia sexual e identidad de género, y ya luego sobre personajes históricos, íconos mundiales, hasta llegar, por qué no, a la rutina de stand-up de Wanda Sykes o Ellen Degeneres.
No presiona a un LGBT a salir del clóset Y mucho menos lo saca del clóset con otras personas. Salir del clóset es una decisión personal que un heterosexual nunca podrá llegar a comprender completamente, pero puede hacer un esfuerzo por ser empático y paciente. Bajo ciertas circunstancias, cuando tiene fuertes sospechas, puede enviar una indirecta como “Yo siempre te voy a apoyar sin importar a quién ames/cómo te llames o vistas, y puedes confiarme lo que necesites”, eso es suficiente. Y cuando por fin la verdad sale a la luz, un abrazo sincero puede hacer una gran diferencia.
No apoya a marcas homofóbicas y apoya a las friendly Marcas como Barilla han tenido escándalos homofóbicos por cuestiones de publicidad, de despidos o de obstáculos para contratar a un LGBT+. Se trata de compañías que, a pesar de que obviamente no todos los que trabajan para ella son homofóbicos, sus directores y/o posturas sí lo han sido oficial y públicamente. Por otro lado, existen muchas empresas que se abren al mercado LGBT+, que no niegan sus servicios, que apoyan a sus empleados sexualmente diversos tratándolos con el mismo respeto y dándoles los mismos beneficios que al resto.
Combate el bullying El bullying es una de las plagas más peligrosas para nuestra comunidad. Así, un aliado sabe que las causas principales son: las familias disfuncionales, las acciones incongruentes de los padres, los castigos físicos y/o emocionales exagerados o injustos, el alcoholismo y/o la drogadicción, y la violencia intrafamiliar.
Además, sabe que para combatirlo hay que:
Ser tolerantes y respetuosos ante cualquier diferencia.
No presuponer la sexualidad de las personas.
Incorporar materias de educación sexual basadas en evidencia, además de temas de género y diversidad sexual.
Promover lenguaje incluyente.
No participar de comentarios sexistas u homofóbicos.
Exigir a los gobiernos que capaciten a los maestros y directores de las escuelas sobre este tema para poder detectar y resolver situaciones de bullying, y ellos deben igualmente informar a los padres, orientarlos y brindarles ayuda cuando sea necesario. Inculcar la incidencia política para establecer política pública en el tema. Exigir el cumplimiento de la normatividad en términos de no discriminación.
Cuida lo que dice frente a otros Uno muchas veces no mide el impacto de sus palabras. Un chiste “de maricones” o un comentario superficial sobre “esos que se visten de mujer en la marcha” puede llegar a ser muy hiriente para alguna persona presente que lo escuche. Hay que tener especial cuidado con los hijos, ya que, si son LGBT+, las cicatrices emocionales llegan a ser profundas y permanentes, y si no lo son, es muy probable que aprendan de esas actitudes, las adopten y repliquen. Términos despectivos, estereotipos y hasta gestos han llegado a ser motivos de depresión, estrés y hasta suicidio.
No vota por políticos homofóbicos
No voy a señalar a nadie (*tose algo que suena como “Mi-cof-kel”*), pero las posiciones de los políticos y de sus partidos se ven a leguas. Incluso quien no habla explícitamente sobre sus posturas al respecto, ya está diciendo bastante. Hoy en día el tema de la comunidad LGBT no puede evitarse, y quienes no apoyan el matrimonio igualitario, las familias diversas y los derechos humanos de todos, deben ser considerados enemigos públicos.
Si tiene dudas, pregunta respetuosamente
Tener preguntas sobre algo fuera de nuestro contexto es natural, y el deseo de entender a un ser querido a veces lleva a la curiosidad a terrenos sinuosos. Una cosa es preguntarle a un amigo si necesita ayuda por estar enamorado de alguien que cree que no debería, o por querer usar la ropa que “le corresponde al otro género”, y otra es preguntarle cómo le gusta tener sexo o “quién es el hombre y quién la mujer”. Un buen aliado tiene cuidado no preguntar algo que a él mismo le parecería incómodo contestar, e identifica perfectamente información que no es de su incumbencia, ya que no a cualquiera se le hacen preguntas íntimas. Algunas de estas dudas pueden contestarlas organizaciones de la sociedad civil, sexólogos, medios LGBT o médicos.
Sal del clóset como aliado
El hijo o hermano LGBT de alguien tiene perfectamente claro el apoyo de esa persona cuando sucede algo como:
Colega- ¿Y tu hijo ya tiene novia?
Aliado- No, pero tiene novio.
Salir del clóset para un aliado no es sencillo, ya que para la mayoría de los LGBT, esto ha sido un proceso de años de reflexión interna, y al revelar que no pertenecemos a una mayoría sexual, ellos también necesitan tiempo y paciencia para procesarlo. Si la intención está ahí, ya vamos de gane.
Abre su mente para defendernos
Lo mejor que cualquiera puede hacer es no cerrarse a escuchar a otro, uno nunca sabe cuándo va a aprender algo nuevo, pero sobre todo, algo que lo nutra a él y a la sociedad. Y así, ante una situación discriminatoria, alza la voz junto con nosotros.
“Los prejuicios raramente son superados con argumentos: al no estar fundados en la razón, no pueden ser destruidos con la lógica” Tryon Edwards
Se divierte con los LGBT
Una vez habiendo cumplido con todos los deberes, ¿qué mejor que divertirse? Al final, los LGBT somos diferentes en un aspecto de nuestras vidas, pero fuera de ello, también trabajamos, pagamos impuestos, y claro que nos sabemos divertir. Por supuesto que he llevado a amigas buga a antros gay y a la marcha, y hasta me atrevo a afirmar que se han divertido más que yo en algunas ocasiones. Pero por otro lado, también amo ir al cine, al teatro, a patinar en hielo, a un museo, y nada de eso tiene que ser gay (pero el football… mejor otro día).
Aunque fueron las drag queens y las personas trans quienes iniciaron el movimiento de liberación LGBT, y nuestra propia comunidad quien ha seguido la batalla en conjunto durante décadas en todo el mundo, definitivamente hoy no nos encontraríamos donde estamos sin el apoyo de los aliados. Gracias.
Y tú ¿qué opinas?
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