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General: HISTORIA DEL BARRIO GAY DE MADRID, CHUECA
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2018 19:23
CHUECA UN ICONO DE LA LUCHA POR LA IGUALDAD
EL BARRIO GAY ESTRENA IMAGEN PARA EL 40 CUMPLEAÑOS DEL ORGULLO
Chueca y sus alrededores, en especial la plaza de Gravina, eran el punto de la ciudad donde mayor volumen de tráfico y consumo de drogas se registraba.  Esta es la historias de los primeros comerciantes que trasformaron un barrio pobre, en un área vibrante, de máximos referentes culturales y uno de los grandes focos económicos del centro de Madrid.
 
                                                                                                                                La discoteca Black and White cerró en el 2017, no se sí sigue cerrada
LOS PIONEROS DE CHUECA                                            
           ROSA  RIVAS - EL PAÍS
El barrio ha vivido una gran transformación en el último siglo, en la década de los años 20 del siglo pasado era una zona que atrajo gran cantidad de famosas casas de modas, eran tiempos en los que se intentaba cambiar la imagen rural de Madrid, imitando la estética impuesta por París, Londres u otras ciudades europeas.
 
El barrio de Chueca fue desde principios del siglo XX un lugar de encuentro clandestino para homosexuales, aunque en los años de la transición a la democracia se convirtió en una zona de tráfico de estupefacientes. Lo cierto es que, cuando se comenzaron a trasladar al barrio de Chueca los homosexuales de la época, el barrio era un lugar en un estado de semi abandono.
 
Hace casi 40 años, Chueca no era Chueca. Antes de ser un Soho castizo de tendencias y restaurantes, incluso un imán de turismo internacional -del que se vanaglorian ahora las autoridades conservadoras- antes de las fiestas del Orgullo cuyas muchedumbres (dos millones de personas en la calle durante los 10 días del año pasado) se despiden en parte este año para expulsar las actividades más molestas para el vecindario, a la zona la llamaban "yonquilandia". Era un territorio comanche, y allí se adentraron unos valientes. Eran los ochenta. Un modelo de vecindad madrileña gestaba la suya. De noche y de día, los homosexuales apostaron por la visibilidad. Un café, una discoteca, una librería, una inmobiliaria y una asociación de activistas formaron parte de esa redecoración vital y económica de un área de Madrid. Veintitantos años después de su aventura, hay más de 300 negocios dirigidos a los gays, lesbianas y transexuales, hacen memoria.
 
FIESTA DE NOCHE
"Nos plantamos con dos narices", dice José Barbarroja, dueño de la famosa discoteca Black and White, en la calle de la Libertad esquina con Gravina, a propósito del empeño de quienes a principios de los ochenta abrieron los primeros negocios en una zona degradada y barata, precisamente porque nadie quería mudarse allí, a pesar de ser un sito estratégico, cerca de la Gran Vía y de la Castellana. "Pero los empresarios dimos la nota y empezamos a desarrollar el barrio. Hubo momentos muy difíciles, y luego entre 1990 y 1995 tuvimos las mejores etapas. Los vecinos nos apoyaron. Ha merecido la pena", reconoce José, que empezó de encargado en B&W antes de asumir la titularidad del local.
 
"Asaltaban a las señoras cuando salían con las bolsas de la compra del mercado de San Antón", recuerda José del "sinvivir" que en 1982 rodeaba la plaza de Chueca, con argumentos muy poco festivos que el autor de zarzuelas que da nombre al sitio hubiera encontrado difíciles de ironizar. Atribuye la limpieza del barrio a "un policía enrollado". El distrito centro le debe mucho a Juan Luis Méndez Moreno, ya desaparecido, que fue también comisario general de la Policía Científica.
 
Desafiando las circunstancias, B&W, con tres escenarios "y distintos ambientes", era una fiesta cada noche. El petardeo famoso se dejaba caer por allí, el propio José salía vestido de estrellona (y con su bigote) tanto al escenario como a la puerta si le pedían papeles o saludaba a algún cliente que se iba o venía en taxi de madrugada (no se podía pasear tan ricamente como ahora). B&W se convirtió en un sitio de referencia, donde siempre se cantaba el A quién le importa de Alaska. "La gente no se imaginaba que íbamos a llegar donde hemos llegado: a ser número uno en Europa y en el mundo en libertades. Está claro que se puede revitalizar un barrio", opina José. "Nuestro éxito en Chueca ha sido el orden".
 
Y ese orden incluía todos los momentos de la vida cotidiana. Los pioneros de Chueca querían terminar con el síndrome de Cenicienta. Nada de desaparecer con la madrugada y recogerse a los armarios.
 
PUERTAS ABIERTAS
"Una puerta abierta del armario fue la puerta abierta del Figueroa", cuenta Antonio Cruz, que con su socio Andrés Rubio montó en 1981 el Café Figueroa (una placa en su fachada lo recuerda). No querían hacer un gueto o refugio, sino "un sitio para todo el mundo", ya que "en los ochenta se vivía una explosión de libertad". Cafetín para los paseantes por Hortaleza, de noche organizaba fiestas (de cumpleaños, de recuerdos musicales...) "abiertas para los que entendían y los que no". Sus carnavales tuvieron fama, pero el local (abierto a diario desde la tarde hasta la noche y la madrugada los fines de semana) no se llena como antes. "Hay mucha competencia", señala Antonio. "En los ochenta éramos el único café gay, ahora hay 20", añade Andrés. El café es todavía punto de escala tras la travesía por las tiendas de muestras de zapatos de la calle de Augusto Figueroa. Ahora está "acosado" por las zanjas y las vallas de las obras de peatonalización del barrio. "Esperemos que sea para bien", dicen sus dueños. En su momento hicieron una apuesta, "algo abierto en un mundo cerrado". Y funcionó. "Más que un orgullo", según Andrés, "lo de ser los primeros fue una oportunidad".
 
Y de oportunidades se llenó el panorama inmobiliario en Chueca. "Al principio nadie quería venir. Si me llamaba una madre para alquilar un piso a un hijo estudiante me decía: 'No le pongas donde los borrachos y los drogotas'. Yo les decía que la zona se estaba poniendo bien y tranquila. Y ya ves, ahora está de moda y los precios son altísimos", dice Carlos Gamero, el responsable de la inmobiliaria Gamero. "Hace 48 años enseñábamos los pisos a las ocho de la mañana. En los noventa ya la cosa despegó. Me acuerdo que me dijo un periodista alemán: 'Cuénteles a sus clientes que esta zona va a ser cotizada'. Y así ha sido, la subida de precios fue de un 200%. Y Fuencarral, con todas las tiendas de moda, está más cara que Serrano", explica Gamero. ¿Cifras? 24.000 euros de alquiler por un local de 200 metros cuadrados.
 
VISIBILIDAD DE DÍA
De la subida estratosférica de alquileres sabe la pionera Mili Hernández, que con Arnaldo Gancedo montó Berkana en 1993 en plena plaza de Chueca. "Entonces nos pidieron 125.000 pesetas al mes y nos dieron las gracias". Años después hubo que mudarse a Hortaleza, a otro lugar con precio razonable (en 2001 pedían 7.000 euros por el local de la plaza). Berkana nació como librería y fue algo más: "Eramos psicólogos, asesores, confidentes... Organizábamos actividades culturales, invitábamos a la prensa... Teníamos claro que había que potenciar la visibilidad. Yo había salido del armario y no pensaba volver", cuenta Mili, cuyo proyecto es un centro bibliográfico y videográfico de referencia en documentación sobre cultura homosexual. En el arranque, Berkana impulsó además la creación de un plano del barrio, algo que fue clave para poner Chueca en el mapa social.
 
Cuando mira atrás, Mili Hernández pone en el tapete que "aprovechándose del poder adquisitivo de los habitantes de Chueca hasta los homófobos han sacado partido". "Gracias a los gays y a las lesbianas muchos empresarios se han hecho de oro". También critica que falta el activismo del principio, que queda una asignatura pendiente: "Potenciar Chueca como foco y motor cultural".
 
ACTIVISMO Y DERECHOS
El Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid,), nacido en 1985, fue agitador del activismo político y de la lucha por los derechos. El hoy concejal del Ayuntamiento de Madrid Pedro Zerolo (cotizado celebrante de bodas gays) llevó la sede del Cogam al centro neurálgico del territorio, donde él residía. Él llama a Chueca "el corazón que bombeó la creación de vecindad y de ciudadanía". "La limpieza del barrio fue a espaldas del Ayuntamiento. Hicimos una apuesta por espacios para vivir en libertad y hemos fraguado un modelo local y mundial de diversidad", recalca. Coincide con Mili en que Chueca fue terreno de abono para "un movimiento social que buscaba un espacio". "Los pioneros éramos una red social sin el Facebook", ironiza la responsable de Berkana. Una red cuyo objetivo era la visibilidad diurna, no sólo la nocturna.
 
"Chueca tuvo un efecto llamada a gentes de todo Madrid y de todo el territorio nacional. Con la colaboración de los vecinos ha sido un laboratorio de coexistencia". Fachadas arregladas, balcones con flores, diseños del siglo XXI mezclados con el rescate de arquitectura histórica madrileña. La estética urbana del barrio esconde y rezuma una ética, "una experiencia sociopolítica".
 
En el barrio de Chueca conviven hoy personas mayores que comparten lugares públicos con jóvenes, no sólo del colectivo homosexual sino de las más diversas tendencias e ideologías.
 
El barrio de Chueca es un ejemplo de transformación de la ciudad que nace de la iniciativa social y popular y no de las administraciones públicas, en este caso, estas últimas no se hicieron notar hasta principios del siglo XXI, cuando promovieron la peatonalización de la calle Fuencarral.
 
Fue un colectivo marginado, el que hizo que un barrio pobre y deteriorado se convirtiese en uno de los máximos referentes culturales y uno de los grandes focos económicos del centro de Madrid.   "Sin Chueca no hubiera sido posible la igualdad".
 
ROSA RIVAS, MADRID      
                         FUENTE: EL PAÍS
    Artículo actualizado por Cuba Eterna


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 26/06/2018 19:38

Foto tomada de Shangay
Chueca estrena imagen para el 40 cumpleaños del Orgullo
      JOSE CASESMEIRO OSORIO
Chueca se pone a tono para recibir sus fiestas grandes. Estrena imagen tras un periodo de obras. El popular barrio gay madrileño está listo para acoger de nuevo el Orgullo LGTBI. Del 4 al 8 de julio, Madrid celebrará las que, sin duda, son las fiestas más multitudinarias de la capital. Es decir, la más importantes.
 
Desde hace unos meses, el barrio ha estado en obras (ya a punto de terminar) para cambiar no solo su imagen, sino para hacerlo más cómodo. Tanto visitantes como vecinos tendrán aceras más anchas, sin bordillos, y unas calles que apuestan por el peatón y la bicicleta.
 
No solo Chueca, todo el centro de Madrid gira hacia esa línea. El objetivo es recuperar la ciudad para el peatón y hacerla ‘más habitable’. En el caso de Chueca, este cambio, que lleva ya años realizándose (muchas zonas ya son peatonales desde hace tiempo) y que ahora se completa coincide con el 40 aniversario del Orgullo de Madrid.
 
El pasado (y presente) de Chueca contado por sus personajes
Situado en una zona privilegiada de la capital, el Distrito Centro, el famoso barrio de Chueca destaca por ser un emblema de la ciudad de Madrid. Y no solo de la vida LGTB.
 
Su oferta de cultura y ocio, con una vida nocturna y un gran ambiente, son dos características que convierten a esta zona en un destino clave de la capital.
 
La semipeatonalización del barrio, empezada muchos años atrás, termina ahora, justo coincidiendo con el Orgullo.
 
No solo hay galerías de arte, restaurantes (algunos con dos estrellas Michelin), tiendas o bares y discotecas. Chueca, Tribunal y Malasaña (sin duda, tres vértices de uno de los triángulos más interesantes, y más LGTB, de Madrid), dan mucho de sí.  El Museo del Romanticismo, el Palacio de Longoria (sede de la SGAE), el Museo de Historia, la Casa de las Siete Chimeneas (sede del Ministerio de Cultura) o la Fundación Fernando de Castro son solo algunos de los lugares más turísticos de este colorido barrio madrileño.
 
El compositor Federico Chueca, autor de la célebre zarzuela La Gran Vía, es quien da nombre al barrio LGTB por excelencia de Madrid. Y hablando claro, a uno de los barrios gays más famosos del mundo. Pues este Orgullo, Chueca estrena imagen.
 
Más peatonal
Con motivo de la búsqueda de un centro más peatonal, el Ayuntamiento de Madrid lleva meses remodelando las aceras, para dar prioridad al ciudadano y al ciclista.
 
Tras meses remodelando aceras, pavimentos y mobiliario urbano, las obras están a punto de terminar. 
    
Fuente: Shangay
 

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 26/06/2018 19:44
 
 

 
 
 


 
 
 

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 08/07/2018 18:22
 CHUECA, EL ORGULLO DE CONSTRUIR UN BARRIO
Un documental recuerda la transformación social, político y cultural que experimentó el barrio de Chueca durante todo el siglo XX. Nos dejaban estar aquí porque era una zona degradada, no un barrio abierto", dice el presidente de la Fundación Triángulo sobre la llegada de la colectividad gay. Lo que es el barrio se lo debemos a la comunidad LGTB", cuenta ante las cámaras el presidente del mercado de San Antón.
 
 CHUECA DIBUJADA POR  MIGUEL NAVIA
Chueca (1989-2000), la construcción de un barrio con Orgullo
         Fátima Caballero  Eldiario
1989. Felipe González es reelegido presidente del Gobierno por tercera vez. En Alemania, cae el muro de Berlín... "Y mientras ocurre todo esto, en un pequeño barrio que queda al lado de la Gran Vía, y que hasta entonces pasaba desapercibido, se estaba gestando uno de los cambios más bonitos de la historia de esta ciudad". Con efemérides de finales de los 80, arranca el documental Chueca, el orgullo de construir un barrio. Una mirada a ras de suelo a los cambios sociales, políticos y culturales que experimentó el barrio entre 1989 y los primeros años de los 2000.
 
Este distrito de la capital que este fin de semana bulle al son del Orgullo a espaldas de la Gran Vía es parte de aquel Madrid que creció tras las murallas árabes durante el siglo XVII, de la vieja ciudad que creció con la expansión del Madrid de los Austrias. El esplendor del barrio se perdió durante el franquismo y los años posteriores a la muerte del dictador, cuando se convirtió en una de las zonas más degradadas de la ciudad, a pesar de su privilegiada situación.
 
La Chueca de hace tres décadas, el kilómetro cero de la prostitución callejera, de la mendicidad, de los yonkis y las peleas entre punks, rockers, skins y mods, es contada en primera persona por testigos de todo aquello . "Chueca era un barrio absolutamente degradado donde daba miedo pasear por sus calles, y como daba miedo pasear por sus calles, la gente de bien no venían, entonces solo venían la gente de mal, entre ellos la gente de mal vivir como eran los homosexuales", recuerda Miguel Ángel Sánchez, presidente de la Fundación Triángulo. "Estábamos aquí porque era donde nos dejaban, no porque fuera un barrio positivo y abierto, era un barrio muy degradado y como todo barrio degradado, dejaban entrar a los marginados, porque éramos unos marginados más", añade.
 
La otra razón por la que la comunidad gay y lesbiana empezó a poblarlo era una de las consecuencia de esa degradación: los bajos precios de los alquileres. "Lo importante de casi todos los barrios que han sido gentrificados de una forma tan conocida es que en un momento dado estaban tan descapitalizados, con tanta desinversión que se pusieron muy asequibles para colectivos que tenían complicado llegar a otros lados", explica Elpidio Rodríguez, antropólogo. "Chueca y Lavapiés en los 80 eran lugares muy asequibles del alquiler comercial y residencial y por eso las personas marginadas empezaron a poblarlo", recuerda.
 
Hoy es uno de los barrios más exclusivos y caros de Madrid, referencia internacional y conocido por una fiesta, el Orgullo, que es de facto el principal festejo de la ciudad: el que más turistas mueve y más dinero deja en los comercios de la ciudad. Es también uno de los barrios más cosmopolitas y famosos del mundo. El equivalente madrileño al Soho de Nueva York, y símbolo de un movimiento, el LGTBI, que hizo ciudad recuperando Chueca para Madrid.
 
Una de las claves del comienzo de la transformación se produjo con la apertura de locales comerciales y de ocio de clara seña LGTB. Un ejemplo es la librería Berkana. Los propietarios de comercios que ya existían acogieron a la comunidad gay y entendieron que era bueno para que Chueca prosperara. "Lo que es el barrio se lo debemos a ellos", asegura Octavio Fernández, presidente del mercado de San Antón.
 
"Este barrio ha sido un ejemplo de convivencia desde el primer momento que yo puse el banco con la bandera gay", recuerda la dueña de Berkana Mili Hernández. "Venía de haber vivido en Nueva York seis años, y otros seis anteriores en Londres y llegué a Madrid pensando que abrir una librería LGTB era lo más normal del mundo", señala. "Fruto de esa inconsciencia comprobé que no había libros ni clientes".
 
El COGAM, el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, como no podía ser de otra manera, surge en Chueca, después de que se organizase en el barrio una charla sobre temática LGTB por parte de personas del movimiento desde Barcelona. Al terminar la jornada, un grupo de asistentes decidieron montar esta asociación activista por los derechos LGTB. También en 1990 se crea CRECUL, el Comité Reivindicativo y Cultural de Lesbianas, que surge desde el movimiento feminista a raíz de la apertura de un local de ambiente para lesbianas, como recuerda su presidenta Elena de León.
 
El documental 'Chueca, el orgullo de construir un barrio', que se proyecta estos días en una pantalla grande en el mercado de San Antón y que puede ver gratuitamente cualquier persona que lo desee, recoge los testimonios de los responsables de la transformación del barrio, un movimiento en favor de la visibilización LGTB que ha originado a su vez la modernización y los grandes cambios de esta minoría perseguida e el país. Pero no están todos los protagonistas. Uno de los grandes ausentes, y que los que narran la historia del barrio no han querido olvidar, es Pedro Zerolo, abogado de profesión que entró en política por el PSOE precisamente para eso: transformar la realidad del colectivo LGTB en el país. Zerolo murió hace dos años víctima de un cáncer pero queda una plaza bautizada con su nombre que en su día honró a un general franquista. Y sobre todo, su memoria.
 
"A Pedro Zerolo no puedo dejar de nombrarlo. Porque Pedro Zerolo cuando organicé mis dos primeros Orgullos, era el presidente de la Federación de Gays, Lesbianas y transexuales de toda España", recuerda Alberto Uriarte, dueño de la discoteca Eagle. "Él consiguió, y no fue fácil, juntar a todos esos para un proyecto común que se plasmaría en Chueca", explica.
 
El COGAM, el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid también surge en Chueca, a raíz después de una charla sobre temática LGTB por parte de representantes del movimiento en Barcelona. Al terminar la jornada, un grupo de asistentes decidieron montar la asociación en Madrid. También en 1990 se crea CRECUL, el Comité Reivindicativo y Cultural de Lesbianas, que surge desde el movimiento feminista a raíz de la apertura de un local de ambiente para lesbianas, como recuerda su presidenta Elena de León.
 
El Orgullo de Chueca, el festival que ha dado fama internacional al barrio, se ha convertido en el principal festejo gay de todo el mundo. Cada año, en sus calles, cientos de miles de personas de todo el planeta celebran allí la libertad de una ciudad que tiene en Chueca una de sus marcas más internacionales.
 
El gueto marginal de los 80 es ahora un barrio joven, cosmopolita, inclusivo -siempre que alguien pueda pagar el prohibitivo precio de la vivienda, sea compra o alquiler- que no mira la orientación sexual de cada cual y que cada año atrae a más turistas. Para este 2018 se esperan más de tres millones de personas, los mismos visitantes que hace un año cuando Madrid fue capital Mundial del Orgullo.
  
 


Fuente: Eldiario.es


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