"El 'paquete' se parece cada día más a 'Cubavisión'”
El paquete ya no es lo que fue, ese espacio de semilibertad donde se podía ver materiales audiovisuales de entretenimiento que no ofrece la televisión nacional. El Gobierno interviene cada vez más en el contenido, imponiendo documentales producidos por un canal iraní en español y prohibiendo producciones que no le conviene.
El honor ha correspondido esta semana a la sexta temporada de la serie El Señor de los Cielos, un thriller con el tráfico de drogas como telón de fondo y cuyo productor, Epigmenio Ibarra, es amigo del régimen cubano. Las dos casas matrices más importantes que confeccionan en la Isla el paquete, Omega y Odisea, han decidido "filtrar" los capítulos de la serie, que en esta nueva entrega tiene varias alusiones a la implicación del Gobierno cubano con el narcotráfico en la zona del Caribe.
Una escueta nota, colocada junto a las carpetas con las ofertas audiovisuales de esta semana, y titulada "Evitemos malos entendidos y faltas de respeto", explica a los clientes el porqué de la censura. "Nuestro objetivo principal es el entretenimiento audiovisual, que está muy lejos de transmitir algo subversivo o pornográfico"
Los gestores del paquete aseguran que El Señor de los Cielos presenta material "difamatorio que va en contra de los principios de nuestra Revolución cubana" y anuncian que transmitirán cada capítulo con un día de retraso para poder "ser editado" y retirar las partes más conflictivas.
Entre las reglas más rígidas que se han establecido en las redes alternativas de distribución de contenido, excluir las críticas al sistema cubano, sus líderes y las políticas gubernamentales constituye una de las más estrictas. En las redes wifi independientes que enlazan a miles de usuarios en todo el territorio nacional se castiga con el fin del servicio a quienes transgreden esa norma.
En este caso, la serie alude a conexiones del expresidente Raúl Castro y el comandante Ramiro Valdés con el tráfico de drogas, un tema tabú en la Isla desde que en 1989 estalló el escándalo del caso Ochoa, tras el que fueron fusilados varios implicados en ese delito, entre ellos el general por cuyo nombre se conoce popularmente el caso.
Los organizadores del paquete han preferido cortar por lo sano y sacar todas las escenas que implican a la Plaza de la Revolución con el movimiento de cocaína en la zona. Los clientes han puesto el grito en el cielo y algunos distribuidores consultados por 14ymedio señalan a lo ocurrido como un mal precedente que les puede hacer perder mercado.
"El deterioro del paquete se ha acelerado en los últimos meses", explica a este diario Roberto, un joven de 26 años graduado de economía que se gana la vida como mensajero llevando de un lado a otro los discos duros de los clientes que contratan la colección de audiovisuales. "Los inspectores están metiendo la nariz por todos lados y para sobrevivir hemos tenido que meter tijeras", comenta.
Las dos casas productoras que copian, organizan y distribuyen por unos 2 CUC alrededor de 1 terabyte de materiales cada semana comenzaron ofreciendo películas, series y revistas extranjeras, pero han ido ampliando el negocio hacia la publicidad. Los reportajes enfocados en negocio por cuenta propia han supuesto uno de sus platos fuertes en un país en el que solo se permite en la televisión nacional la propaganda ideológica, promovida y difundida por el Gobierno.
Entre los contenidos más afectados, según explica el joven a 14ymedio, se encuentran los videos promocionales de negocios privados, que antes eran comunes pero que han ido retirando. También "la carpeta de aplicaciones de Android que ha ido desarrollando la gente por su cuenta y muchos videoclips de reguetón nacional que se transmiten en la televisión", describe.
La lista de contenido excluido es larga. "Nos han avisado de que no podemos transmitir nada que muestre la realidad de Venezuela ahora mismo y tampoco los programas de la televisión de Miami, mucho menos si hay entrevistas con opositores cubanos". Pero la estrategia de "oficializar el paquete" no termina con la prohibición de incluir ciertos materiales.
"En el local donde trabajo ahora llega cada semana un hombre que se identificó como Mandy y monta en una moto Suzuki, de esa que tienen todos los segurosos". Roberto asegura que el hombre "trae un disco duro con lo que debemos meter en la selección que hacemos".
El paquete se ha llenado de este modo de documentales producidos por HispanTV, un canal iraní fundado en 2011 que distribuye información en español. Durante las últimas semanas ha ido aumentando el contenido de esa cadena, especialmente el material crítico con el Gobierno de Estados Unidos y la promoción del líder supremo de ese país.
"A los clientes no les gustan, a mi no me gustan, pero ¿qué voy a hacer? De este negocio come mi familia y no puedo llevarle la contraria al aparato", confirma José Carlos, más conocido como Nico entre sus clientes de la barriada de La Timba, en La Habana, donde asegura llenar entre 250 y 350 discos duros a la semana con audiovisuales.
"El que quiera hacer oposición o disidencia que se busque otra forma, porque esto no nació para hacer una revolución ni nada por el estilo, sino para divertir a la gente", zanja Nico. "Ahora todo el mundo pone el grito en el cielo porque tenemos que cortar unas escenas de una serie, pero el paquete sigue siendo mucho más libre y mejor surtido que la televisión nacional".
Algunos clientes consultados por este diario han encajado mal el golpe y buscan nuevas opciones, como la del paketico, un compendio sin censura que nació en la clandestinidad.
"No lo compro más, porque cada día se parece más a Cubavisión", lamenta Brandon, de 18 años y asiduo consumidor de esta alternativa audiovisual. "Ahora lo que está ganando muchos seguidores entre los más jóvenes es copiar solo lo que interesa y crear nuestros propios paquetes, pero claro, no tienen ni el alcance ni la popularidad del otro".
"El paquete ya no es lo que era y la gente tampoco es la misma de hace unos años", reflexiona Brandon. "Antes uno se conformaba con lo que venía, pero ahora se busca personalizar y que los gustos de cada quien sean los que definan lo que se ve. Esta es la muerte del paquete, o al menos del que conocimos", sentencia.
ZUNILDA MATA, LA HABANA