REFORMA DE LA CARTA MAGNA
El diario oficial 'Granma' publica un adelanto de la reforma de la Carta Magna que incluye también el reconocimiento de la propiedad privada. Tambien Cuba establecerá en su nueva Constitución la nueva figura del presidente de la República como jefe de Estado del país y limitará su mandato a un máximo de dos períodos de cinco años.
CUBANOS CON ORGULLO
LA NUEVA CONSTITUCIÓN PROHIBIRÁ
LA DISCRIMINACIÓN SEXUAL Y LIMIRARÁ EL MANDATO PRESIDENCIAL
La Constitución incluirá por primera vez la prohibición de discriminar a las personas por su identidad de género, una vieja petición del colectivo LGTB reflejada en la propuesta de la nueva Carta Magna, que también establece el reconocimiento a la propiedad privada.
El diario Granma, órgano oficial del partido Comunista, publicó este sábado un adelanto del borrador del texto que se someterá a votación los próximos 21, 22 y 23 de julio en el pleno de la Asamblea Nacional.
La no discriminación por origen étnico y discapacidad también se incluyen entre los nuevos aspectos contenidos en la reforma constitucional, proceso que arrancó el 2 de junio pasado dirigido por el exgobernante y líder del PCC, Raúl Castro.
"El proyecto establece que los derechos de las personas solo están limitados por los derechos de los demás, la seguridad colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público, la Constitución y la ley", indica el borrador.
El anteproyecto para actualizar la Constitución vigente desde 1976 reafirma que no habrá cambios en el "carácter socialista del sistema político y social" en la Isla y entre sus principales adiciones está el reconocimiento a la propiedad privada y la institución de la figura del Presidente de la República.
Los principales reclamos del colectivo LGTB en Cuba son el reconocimiento legal de las parejas homosexuales, junto a la adopción y reproducción asistida, así como la prohibición de la discriminación por orientación sexual e identidad de género.
La cara más visible de la agenda en favor de los derechos LGTB en Cuba es el Centro Nacional de Salud Sexual (Cenesex), dirigido por Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro.
Mariela Castro y el Cenesex han promovido la inclusión del tema de género en la legislación cubana, entre ellos el Código de Trabajo aprobado en 2013 que, si bien incluyó por primera vez la no discriminación por orientación sexual, no contempló la prohibición de discriminar por identidad de género.
Además, Cuba establecerá en su nueva Constitución la nueva figura del presidente de la República como jefe de Estado del país y limitará su mandato a un máximo de dos períodos de cinco años.
"Se instituye la figura del presidente y vicepresidente de la República", adelantó el diario, lo que supone un cambio respecto al texto actual que establece la figura del presidente del Consejo de Estado y de Ministros, puesto que ocupa Miguel Díaz-Canel tras reemplazar a Raúl Castro el pasado 19 de abril.
En la nueva Carta Magna el presidente de la República podrá ejercer el cargo "por un período de cinco años" y "hasta dos mandatos consecutivos", lo que supone un importante cambio en un país que estuvo gobernado por Fidel Castro durante más de cinco décadas, desde 1959 hasta 2011.
PRESENTE EN EL ARTE EN CUBA: LA CENSURA SE INSTITUCIONALIZA¿Cómo querrán regir el arte y la cultura, como un campamento militar, una escuela de señoritas, un reformatorio o una bodega?
En las nuevas regulaciones sobre el trabajo por cuenta propia dadas a conocer en la Gaceta Oficial, el pasado 10 de julio, y que entrarán en vigencia el próximo diciembre, los artistas son los que llevan la peor parte. Sobre ellos, en nombre de “la política cultural”, recae una carga de trabas y prohibiciones aun mayor que las ya existentes. Es otra vuelta de tuerca en la institucionalización de la censura.
Cuando los más optimistas esperaban y reclamaban un aflojamiento en las limitaciones impuestas a los artistas, el gobierno, que parece no haber cambiado demasiado con la presidencia de Díaz-Canel, hace todo lo contrario, con el decreto 349/2018, que modifica el decreto 226 del año 1997, y establece adustamente lo que considera son “contravenciones en materia de política cultural y sobre la prestación de servicios artísticos”, todas generosamente dotadas de elevadas multas y decomisos.
Así, los artistas no podrán ejercer como tales si no están autorizados por alguna institución cultural estatal, porque estarían cometiendo infracciones que serán consideradas “graves” o “muy graves” y sancionadas en consecuencia. Perfecto para estrangular el arte independiente.
En cuanto a los medios audiovisuales, los mandamases, en línea directa con los inquisidores del Santo Oficio, revestidos de moralina medieval, patrioterismo decimonónico y corrección política-ideológica neoestalinista (¡vaya ingredientes para la receta!), dictaminan que es contravención “muy grave” cuando en los medios audiovisuales muestren, entre otras cosas, contenidos con “el uso de los símbolos patrios que contravengan la legislación vigente”, pornografía, violencia, “lenguaje sexista, vulgar y obsceno”, y el muy abierto inciso, donde cabe todo lo que se les antoje a los censores: “cualquier otro que infrinja las disposiciones legales que regulan el normal desarrollo de nuestra sociedad en materia cultural”.
A pintores, escultores, artesanos, etc, se les prohíbe establecer “espacios de comercialización de las artes pláticas sin tener la actualización que corresponde ni estar inscritos en el Registro del Creador de las Artes Plásticas y Aplicadas. Así que ya usted sabe, olvídese de que pueda volver a haber alguna galería donde celebrar una Bienal independiente.
Se prohíbe la venta de libros con “contenidos lesivos a los valores éticos y culturales”. Entonces, ¿se acabó el realismo sucio? ¿No se podrá vender los libros de Pedro Juan Gutiérrez?
También consideran contravenciones difundir música o realizar espectáculos en que “se genere violencia con lenguaje sexista, vulgar, discriminatorio y obsceno; viole los niveles permisibles de sonido y ruidos o “realice un uso abusivo de aparatoso medios electrónicos.”
¿Qué harán? ¿Prohibirán el reguetón? Si es así, yo que lo detesto, debiera alegrarme y aplaudir. Pero no, porque sufrí la prohibición del rock. ¿Qué derecho tiene un gobierno para decidir el tipo de música que se debe escuchar? Que cada cual oiga lo que quiera. Allá los reguetoneros con sus pobres oídos, mientras no molesten a los demás.
Explican que “las autoridades facultadas para inspeccionar, conocer las conductas contravencionales recogidas en el Decreto e imponer las medidas pertinentes son los supervisores-inspectores designados por la autoridad correspondiente del Ministerio de Cultura, así como los inspectores que se aprueben por los directores provinciales…” A su criterio quedará determinar lo que sí y lo que no, lo que es y lo que no es, qué se puede y qué no.
Estos supervisores-inspectores, ¿quiénes serán? ¿Músicos, escritores y artistas metidos a comisarios itinerantes? ¿Graduados de Historia del Arte? ¿Pasarán al menos un curso de apreciación artística? Digo, como van a disponer de tan amplios poderes para juzgar en materia de arte y cultura…
Es para preocuparse, con tanto burócrata iletrado y de (mal) gusto provinciano como hay en el sector cultural, con tantos mediocres y oportunistas, con un ministro de cultura que se cree ungido con poderes divinos para decidir y separar lo que vale realmente de lo que es banal y seudocultural.
¿Cómo querrán regir el arte y la cultura, como un campamento militar, una escuela de señoritas, un reformatorio o una bodega?
Es normal y hasta saludable que en toda sociedad se regulen las normas de una convivencia decente y civilizada. Lo malo es cuando un régimen dictatorial es el que se propone “velar por las buenas costumbres” y el adecentamiento de una sociedad enferma por décadas de envilecimiento. Y si fuera adecentamiento… Todos sabemos que más que eso, lo que quieren es reforzar los controles, estrangular el arte independiente. Preparémonos para la corrida de los censores y la cacería de brujas.
LUIS CINO ÁLVAREZ
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