Quiero dormir el sueño de las manzanas, / alejarme del tumulto de los cementerios, arranca el poema 'Gacela de la muerte oscura'. Y así debe seguir Federico García Lorca, lejos de la barahúnda quieta de los camposantos. Porque nunca aparecen los restos del poeta universal que estaría enterrado en Alfacar (Granada) junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Las dos primeras búsquedas fueron dirigidas por la Junta de Andalucía y realizadas con presupuesto público. Como la última, aprobada en 2018 y que arrancará en próximas fechas. El tercer intento corrió a cargo de la iniciativa privada de una asociación y transcurrió en varias fases durante un par de años desde 2014.
La fosa de Lorca sigue siendo, al cabo, una tumba ilegal siempre rodeada de incógnitas. ¿Está Lorca enterrado en una fosa? ¿Lo estuvo? ¿La familia del poeta desenterró sus restos mortales para darles sepultura en otro lugar? ¿Qué teorías marcan la dirección correcta? ¿El hispanista Gibson o el falangista Molina Fajardo? ¿Y por qué nunca aparece evidencia alguna? ¿Será esta la última oportunidad de encontrar los huesos?
Porque entre Víznar y Alfacar sigue estando el barranco donde todos los muertos son Lorca. Y, mientras, Lorca seguirá siendo el "desaparecido más llorado del mundo", en palabras del hispanista Ian Gibson en una entrevista exclusiva con eldiario.es Andalucía. Y así terminaba Lorca aquellos versos: Porque quiero dormir el sueño de las manzanas / para aprender un llanto que me limpie de tierra; / porque quiero vivir con aquel niño oscuro / que quería cortarse el corazón en alta mar.
Año 2009: primer (y mediático) intento
Los trabajos para buscar la fosa de Lorca arrancan el 29 de octubre en el Parque Federico García Lorca de Alfacar. Bajo una carpa, con gran expectación mediática y un inédito presupuesto de 70.000 euros. El estudio previo con georradar había localizado varias posibles fosas, pero la excavación termina sin localizar restos humanos ni evidencias científicas de enterramientos.
La base documental fue la investigación de Ian Gibson, que partía de las indagaciones de Agustín Penón y el testimonio de Manuel Castilla. El informe final, presentado por la entonces consejera de Justicia, Begoña Álvarez, confirma la ausencia de hallazgos tras remover una superficie de 267,75 metros cuadrados y extraer 75,76 metros cúbicos de sedimentos.
El revuelo en la prensa tiene eco internacional y el resultado negativo deriva en un varapalo para todos. Excepto, quizás, para la familia del poeta, que había pedido a la Junta de Andalucía que no “remuevan” la posible tumba y declarasen el lugar “legalmente autorizado para el enterramiento”, en unas alegaciones firmadas por Vicenta, Manuel y Concepción Fernández-Montesinos García y Gloria, Isabel y Laura García-Lorca de los Ríos.
Año 2014: un nuevo enfoque
Prudencia. Evitar el revuelo mediático de un lustro antes. Y dar otro enfoque: de la teoría de Gibson a la de Eduardo Molina Fajardo. Un equipo de 18 personas trabaja una superficie de 300 metros en el Peñón del Colorado desde el 18 de noviembre, con un presupuesto de 15.000 euros. Buscan anomalías en el terreno, pistas. Nunca aparecen evidencias de sepulturas, ni huesos, proyectiles o restos de ropajes.
La búsqueda estuvo basada en los testimonios recopilados en su día por el periodista y falangista Molina Fajardo, que señalaba la tumba en un "pozo alargado" con tierra gris junto a un pequeño camino. Eran las pistas que luego revisó Miguel Caballero en su libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca.
Año 2016: vía libre a la búsqueda privada
La Junta de Andalucía da vía libre a la búsqueda de la fosa de Lorca. El titular desvela que la Asociación Cultural Regreso con Honor podía iniciar los sondeos arqueológicos en la zona de Alfacar donde creían que está enterrado el poeta, como adelanta eldiario.es Andalucía. El resultado fue negativo. El equipo de investigadores, sin embargo, determinó que podían haber encontrado la tumba y que el poeta hubiera sido exhumado. Aunque no encontraron "ni huesos ni ropas".
El colectivo había pedido permiso a la Dirección General de Memoria Democrática para realizar una intervención con un coste estimado de 36.000 euros sufragados con fondos propios. Los servicios jurídicos de la Administración dictaminaron que no era necesario el permiso de la Junta para iniciar trabajos privados de localización de víctimas del franquismo.
La iniciativa estaba liderada por el arqueólogo Javier Navarro y el investigador Miguel Caballero que retomaban la labor acumulada desde finales de 2014 en el enclave ubicado frente al cortijo de Los Llanos de Corbera, a unos 500 metros del barranco de Víznar y unos 800 del parque Federico García Lorca.
Año 2018: ¿el último intento?
Unos huesos metidos en un saco bajo y enterrados bajo una fuente. No es nueva la pista que conduce al próximo intento por encontrar los restos de Lorca, Galadí, Arcollas y Galindo. Pero tira del hilo de la que puede ser la última oportunidad para localizar la fosa del "desaparecido más llorado".
Corre el año 1986. En la obra de construcción del parque García Lorca aparecen los restos óseos de cuatro personas, según testimonios mantenidos en el tiempo. El grupo de trabajo 'Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía' de CGT-A solicitó a la Dirección General de Memoria Democrática otra búsqueda del banderillero anarquista Joaquín Arcollas basándose en esta hipótesis “que se lleva asegurando desde hace casi dos lustros”, como apunta la petición, aludiendo además a las declaraciones en la época del que fuera vicepresidente de la Diputación de Granada, Ernesto Molina, y del exalcalde de Cogollos Vega, Manuel Valdivia.
La Junta de Andalucía "pilotará" el proyecto arqueológico, como anunció el vicepresidente andaluz y consejero de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, Manuel Jiménez Barrios. El trabajo previsto en Alfacar está incluido en las 27 nuevas intervenciones en fosas comunes del franquismo aprobadas por Andalucía.
Quinto intento de encontrar unos restos emblemáticos por la universalidad del poeta. ¿Será el último?