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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubicheporelmundo  (Mensaje original) Enviado: 21/08/2018 21:34
SOCIALDEMOCRACIA, SOCIALISMO
Los daneses suelen ser más felices que los estadounidenses, y la vida les parece más satisfactoria. La realidad es que la vida es mejor para la mayoría de los daneses de lo que es para los estadounidenses. Hay una razón por la cual Dinamarca siempre obtiene un lugar mucho mejor que Estados Unidos en las mediciones de felicidad y satisfacción de vida.

                                                                                                                                                                                                       Jane Beiles para The New York Times
ALGO NO ESTÁ PODRIDO EN DINAMARCA          
                Paul Krugman | The New York
Ser o no ser un tugurio socialista, he ahí la cuestión. Perdón, no pude evitarlo.  El fin de semana pasado, Trish Regan, una comentarista de Fox Business, desató un ligero incidente internacional al describir a Dinamarca como un ejemplo de los horrores del socialismo, justo como Venezuela. El ministro de Finanzas de Dinamarca le sugirió que visitara su país y se enterara de algunos hechos.  En efecto, Regan no pudo haber elegido un peor ejemplo o, para los progresistas estadounidenses, uno mejor.
 
Y es que Dinamarca efectivamente ha tomado un camino muy diferente al de Estados Unidos en las últimas décadas, desviándose (mesuradamente) hacia la izquierda donde nosotros hemos girado hacia la derecha. Le ha resultado bastante bien.
 
La política estadounidense ha estado dominada por una cruzada en contra de un gobierno burocrático; Dinamarca ha adoptado la función de un gobierno expansivo, con un gasto público de más de la mitad de su PIB. Los políticos estadounidenses temen las conversaciones sobre la redistribución del ingreso de los ricos a los menos favorecidos; Dinamarca lleva a cabo esa distribución a una escala que en EE. UU. resultaría inimaginable. Las políticas estadounidenses han sido cada vez más hostiles hacia los sindicatos y estos casi han desaparecido del sector privado; dos terceras partes de los trabajadores daneses están sindicalizados.
 
La ideología conservadora dice que las decisiones políticas de Dinamarca deberían ser desastrosas, que las calles de Copenhague deberían lucir descuidadas. De hecho, Regan estaba describiendo lo que sus empleadores piensan que debería estar ocurriendo en ese país. No obstante, si Dinamarca es un infierno, hace un buen trabajo para ocultarlo: acabo de estar ahí y luce bastante próspera.
 
Además, los datos coinciden con esa impresión. En comparación con los estadounidenses, hay más probabilidades de que los daneses tengan empleo, y en muchos casos ganan mucho más. En general, el PIB per cápita en Dinamarca es un poco más bajo que en Estados Unidos, pero eso sucede básicamente porque los daneses toman más vacaciones. La desigualdad de ingresos es mucho más baja, y la expectativa de vida es más elevada.
 
La realidad es que la vida es mejor para la mayoría de los daneses de lo que es para los estadounidenses. Hay una razón por la cual Dinamarca siempre obtiene un lugar mucho mejor que Estados Unidos en las mediciones de felicidad y satisfacción de vida.
 
¿Acaso Dinamarca es socialista?
 
El libertario Instituto Cato dice que no: “Dinamarca tiene una fuerte economía de libre mercado, además de sus transferencias del Estado del bienestar y un alto gasto gubernamental”. Esa es una clasificación que da qué pensar.
 
Es cierto que Dinamarca no encaja para nada en la definición clásica de socialismo, que incluye la propiedad de los medios de producción en manos del gobierno. Es en cambio socialdemócrata: una economía de mercado en la que las desventajas del capitalismo se mitigan por la acción gubernamental, que incluye una red de seguridad social muy fuerte.
 
Sin embargo, los estadounidenses conservadores —como Regan de Fox— siguen desdibujando sistemáticamente la distinción entre socialdemocracia y socialismo. En 2008, John McCain acusó a Barack Obama de querer el socialismo, básicamente porque Obama hizo un llamado a expandir la cobertura de salud. En 2012, Mitt Romney declaró que Obama sacaba sus ideas de los “socialdemócratas de Europa”.
 
En otras palabras, en el discurso político estadounidense, a cualquiera que quiera hacer la vida menos desagradable, brutal y corta en una economía de mercado se le acusa de socialista.
 
Esa campaña de desprestigio ha tenido un efecto predecible: tarde o temprano, si llamas “socialismo” a cualquier intento de mejorar la vida de los estadounidenses, mucha gente concluirá que el socialismo está bien.
 
Una encuesta reciente de Gallup descubrió que la mayoría de los electores jóvenes y quienes se autodenominan demócratas prefieren el socialismo al capitalismo. Sin embargo, esto no quiere decir que decenas de millones de estadounidenses quieran que el gobierno se apodere de los altos mandos de la economía. Solo significa que a mucha gente que quiere que EE. UU. sea un poco más como Dinamarca se le llama socialista y acaba creyendo que el socialismo no es tan malo después de todo.
 
Lo mismo se puede decir de algunos políticos demócratas. Se ha dicho mucho de Alexandria Ocasio-Cortez, no solo debido a su victoria sorpresiva en las elecciones primarias, sino también porque se autodenomina socialista. Sin embargo, su plataforma no tiene nada de socialista según la definición tradicional. Solo es abiertamente socialdemócrata.
 
Eso la coloca en línea con el resto de su partido. Siempre que leo artículos que cuestionan aquello que apoyan los demócratas, me pregunto si los escritores están prestando atención a lo que los candidatos están diciendo en términos de políticas. El Partido Demócrata de hoy en realidad está impresionantemente unificado en torno a metas socialdemócratas, mucho más que en el pasado.
 
Es cierto, hay diferencias entre las políticas y la estrategia retórica. ¿El impulso por la cobertura universal de salud debería incluir Medicare para todos o simplemente el derecho a que todos compren un programa Medicare mejorado? ¿Los demócratas deberían simplemente ignorar las calumnias de los republicanos acerca de sus ideas socialdemócratas o deberían tratar de convertir la mancha “socialista” en una insignia de honor?
 
No obstante, estas no son divisiones muy profundas, sin duda nada cercano a las divisiones entre los liberales y los centristas que fracturaron al partido hace un par de décadas.
 
El hecho indiscutible es que hay más miseria en Estados Unidos de la que debería. Todos los demás países avanzados tienen atención médica universal y una red social mucho más fuerte de la imperante en EE. UU., y no debería ser así.
 
  DERECHOS LGTB EN DINAMARCA
Dinamarca es una nación abierta y tolerante, cuya sociedad es acogedora hacia todos, ya sean heterosexuales, lesbianas, gays, bisexuales o transexuales.
 
La historia LGBT de Dinamarca es larga, al tratarse de un país que siempre ha estado entre los más avanzados a la hora de acoger y valorizar a la comunidad gay.
 
La homosexualidad fue legalizada en 1933 y desde 1977 se igualó la edad de consentimiento, establecida en los 15 años independientemente del sexo y la orientación sexual.
 
En 1948, Dinamarca creó una Asociación Nacional para Gays y Lesbianas (LGBT Denmark), la primera en el mundo. La Asociación Nacional Danesa de Gays y Lesbianas, es la principal y más importante asociación LGBT de Dinamarca.
 
Los homosexuales acceden libremente al ejército y las leyes contra los crímenes de odio contemplan la violencia contra personas en razón de su sexualidad desde 1987. Además desde 1996 está prohibida la discriminación por razón de orientación sexual en el trabajo.
 
La legislación danesa también reconoce el derecho de asilo político a las emigrantes LGBT perseguidos en su país de origen.
 
La homosexualidad en Dinamarca es un hecho aceptado y normalizado, consagrándose como una de las sociedades más tolerantes del mundo con respecto a este tema. Dinamarca posee una legislación a favor de la no discriminación de las personas LGBT.  Además ha sido pionera y referente en la aplicación de estas políticas antidiscriminatorias. Hay un amplio consenso en todo el espectro político danés sobre la defensa de la igualdad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
 
Dinamarca fue, en 1989 el primer país del mundo en reconocer a las parejas del mismo sexo con una ley de uniones civiles, esta ley fue aprobada por todos los partidos del parlamento danés, exceptuando el Partido Popular Cristiano. El 7 de junio de 2012 el Parlamento aprobó una ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, tanto civil como de la Iglesia de Dinamarca. Los daneses Axel y Eigil Axgil fueron la primera pareja homosexual en el mundo en juntarse en una unión civil, el 1 de octubre 1989.
 
Las parejas del mismo sexo pueden adoptar desde 2009 y pueden casarse en la iglesia desde 2012.
 
La legislación danesa también reconoce el derecho de asilo político a las emigrantes LGBT perseguidos en su país de origen.
 
Una encuesta realizada en 2006 por el eurobarómetro reveló que el apoyo de la población al matrimonio entre personas del mismo sexo se situaba en el 69%. Apoyo que sólo se superaba en los Países Bajos y Suecia con un 82% y un 71% respectivamente. La aprobación de la adopción, sin embargo, era apoyada por un 44% de la población, misma cifra que en Austria.​
 
En Dinamarca existen gran cantidad de servicios y negocios orientados al público LGBT o gay friendly, sobre todo en la capital, Copenhague, donde cada marzo se lleva a cabo la manifestación del Día del Orgullo Gay. También cuenta con numerosas publicaciones así como una emisora de radio, Radio Rosa.
 
La Iglesia de Dinamarca también es una de las más igualitarias del mundo, en 1997 sus obispos llegaron a un acuerdo para bendecir las uniones homosexuales.​
 
Por lo general, Dinamarca es considerada un país acogedor para cualquier tipo de orientación. Hay muchas actividades y eventos LGBT a lo largo de todo el año, por ejemplo el extravagante Copenhagen Pride Festival, o el MIX Copenhagen – uno de los festivales de cine LGBT más antiguos del mundo.
 
Hay además muchos grupos de apoyo y comunidades organizando regularmente eventos y laboratorios y que proporcionan consejos e ideas.
 
PAUL KRUGMAN       
 


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