Por Danielle Allen | The Washington Post

¿Debería la sinagoga del Árbol de la Vida en Pittsburgh haber tenido seguridad armada? El presidente Trump sugirió esto en su respuesta a la horrible tragedia del sábado. La ceguera moral de esta visión es severa.  El momento es de luto profundo, pero también es tiempo para ver claramente quién tiene la culpa de lo que esta pasando.

 

Érase una vez, un objetivo de primer orden de construir civilizaciones era reducir la necesidad de armas en la vida diaria. El punto de la política era una paz doméstica suficiente para prescindir del transporte ordinario de armas; A las armas se les asignó la tarea de garantizar la seguridad frente a amenazas externas. Érase una vez, el propósito de las instituciones políticas democráticas sanas era asegurar la tranquilidad doméstica y al mismo tiempo proporcionar la defensa común internacional.

 

Mi primer "Érase una vez" se refiere a la democracia de la antigua Atenas. Mi segundo "érase una vez" se refiere a la era de la Convención Constitucional de los Estados Unidos.

 

La "Historia de la Guerra del Peloponeso" de Thucydides, que relata el choque del siglo V aC entre la Atenas democrática y la Esparta oligárquica, todavía se enseña en las clases de relaciones internacionales. Introduce a la gente a puntos de vista realistas de la política exterior y análisis del equilibrio de poder de los conflictos. Sin embargo, incluso Tucídides pensaba que el objetivo de la política doméstica era una sociedad pacífica donde los ciudadanos no necesitarían protegerse diariamente con armas.

 

Abre su libro explicando cómo Atenas se había convertido en una gran ciudad. Él escribe, en la traducción de Rex Warner, que una vez "en todo Hellas [era] lo normal llevar armas en todas las ocasiones". Pero luego Atenas, con sus instituciones políticas fuertes, logró un nuevo estado de cosas. "Los atenienses" , escribe , "fueron los primeros en abandonar el hábito de portar armas y adoptar una forma de vida más relajada y más lujosa". Pudieron difundir esta transformación a través de Grecia con el resultado de que, el hábito de portar armas en todo momento ahora solo se podía encontrar "entre los extranjeros". Desde el punto de vista de Tucídides, este fue un tremendo logro por parte de los atenienses. Fue paralelo a la erradicación de la piratería.

 

La noción de que deberíamos armarnos a diario para estar libres de persecución es proponer que nuestras vidas juntas se caractericen por la guerra, no por la paz. Es abandonar el compromiso de construir una sociedad donde las personas estén libres de persecución. La necesidad de portar armas, por supuesto, para protegerse contra los conciudadanos no es una definición aceptable de tranquilidad doméstica.

 

Estamos comprometidos a través de nuestra Constitución para garantizar nuestra tranquilidad doméstica, y no lo estamos logrando. ¿Qué nos llevaría hacerlo?

 

Creo que al menos tres cosas son los primeros pasos necesarios.

Uno. Nuestros líderes, todos ellos, de ambas partes, necesitan un cambio de corazón. Necesitan preguntarse qué se necesitaría para traer paz entre nosotros, una paz que nos incluya a todos. Necesitan que la paz entre nosotros sea una prioridad real y viable. Deben hacer que esto no sea una cuestión de producir lugares comunes y supuestamente unificados tras la crisis, sino de una estrategia alternativa de gobierno, una que incluya el compromiso. Cuando no hacen de la paz entre nosotros una prioridad, visible en sus métodos de gobierno, nosotros, las personas, debemos responsabilizarlos por eso votando en contra de ellos.

 

Dos. Necesitamos regulaciones para la posesión de armas que devuelvan las armas a su lugar apropiado en una sociedad civilizada. Deben estar regulados para limitar su uso a la caza y al ocio, una parte razonable de un mundo en el que podemos estar en relaciones relajadas entre nosotros.

 

Tres. Necesitamos una infraestructura nacional de atención de salud que haga que todos los recursos de salud mental significativos estén disponibles para todos y, de manera más general, establezca una base para prosperar para toda la población. Todo va mejor cuando las personas tienen acceso a la atención médica: educación, trabajo, relaciones. Nuestro sistema fragmentado, que deja a muchos sin protección, propaga el estrés y la ansiedad, lo que contribuye al fenómeno de la desesperación social ahora bien documentado por los economistas. Esta desesperación social es seguramente una fuente de nuestra violencia interna.

 

¿Qué es la tranquilidad doméstica? No está siendo baleado en tu casa de adoración. No está siendo baleado en la escuela. No está siendo asesinado a tiros en un club nocturno o en un concierto o campo de béisbol. Tampoco es necesario llevar un arma a cada uno de esos lugares.

 

Lograr la tranquilidad doméstica es una cuestión constitucional. Es una cuestión moral. Es una cuestión de qué, sin discriminación con respecto a nuestras identidades sociales, todos nos debemos unos a otros. Era lo que debíamos, es lo que todavía debemos, cada persona bendecida y querida perdida o dañada en el Árbol de la Vida.

 

Las ventas de pistolas y fusiles suben después de las masacres

Estados Unidos supone el 5% de la población mundial pero posee casi la mitad de todas las armas civiles. El apoyo a este derecho permanece inquebrantable, a prueba de masacres.

 

Las ventas de pistolas y fusiles suben después de las masacres

La adhesión de los estadounidenses al derecho a las armas, consagrado en la segunda enmienda de la constitución, se ha mantenido en el mismo (alto) nivel durante años, sin altibajos demasiado significativos. El 30% de la población adulta es propietaria de alguna pistola o fusil, el 36% no posee ahora, pero afirma que podría hacerlo en el futuro y tan solo un 33% lo descarta, según datos de Pew Research del pasado verano.

 

Un argumento que suelen esgrimir los activistas, con la Asociación Nacional del Rifle a la cabeza, consiste en que la mayor parte de muertes con armas se producen en sucesos no masivos y que, en esos casos, las armas suelen ser ilegales, con lo que una regulación distinta no cambiaría nada. Pero el fenómeno de los tiroteos masivos es algo demasiado acentuado en Estados Unidos como para no vincularlo a esa excepcional proliferación de armas en manos civiles.

 

Adam Lankford, profesor de la Universidad de Alabama, analizó los datos de posesión y de matanzas de una lista de 171 países y se topó con que el 31% de las masacres de entre 1966 y 2012 se había producido en suelo estadounidense. “Estados Unidos, Yemen, Suiza, Finlandia y Serbia son los países con más armas per cápita y en el estudio figuran entre los 15 con más tiroteos”, afirma el académico.

 

En tan solo mes y medio ya han muerto 1.816 personas por violencia con armas según la organización Gun Violence Archive. Y en centros educativos se ha producido al menos cuatro tiroteos desde que comenzó 2018, de chicos que toman un fusil y se presentan en el instituto para matar. La lista de tiroteos masivos sucedidos está llena de atrocidades de este tipo, por eso es habitual ver arcos de seguridad a la entrada de muchos institutos e incluso guardias de seguridad armados. En Parkland había un agente este miércoles, pero no pudo frenar a Nikolas Cruz. El chico que ha matado a 17 personas poseía el arma de forma legal, pese a que el FBI había recibido alertas y había investigado al joven.

      UNA NACIÓN QUE GASTA MÁS DINERO EN ARMAMENTO MILITAR QUE EN 

PROGRAMAS SOCIALES SE ACERCA A LA MUERTE ESPIRITUAL - MARTIN LUTHER KING

Fuente: Washington Post