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General: Crece el odio en los Estados Unidos durante el Gobierno de Trump
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: guajiro cubano  (Mensaje original) Enviado: 31/10/2018 15:39
Poco más de un años después, vivimos en un mundo muy diferente en el que el nacionalismo, con el antisemitismo integrado, está en ascenso, y lo provocó la retórica de un candidato en la campaña presidencial de 2016. El número de grupos de odio en EEUU aumentó un 4 % entre 2017 y 2016 —pasó de 917 a 954 en ese periodo de tiempo—, según las conclusiones de un estudio elaborado por el Southern Poverty Law Center.

 Crece el odio en EEUU durante el Gobierno de Trump
     Redacción CE, Madrid | ©Cubaencuentro
El número de los denominados “grupos de odio”, incluidas las milicias armadas, se incrementó en Estados Unidos en un 755 % en los primeros tres años del Gobierno de Barack Obama. Luego disminuyó brevemente, pero ha vuelto a aumentar tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
 
De 149 grupos existentes a finales de 2008 a los 1.274 en 2011.
 
Estos datos, que provienen del Southern Poverty Law Center (SPLC), institución dedicada al seguimiento de los grupos extremistas en el país, revelan el incremento de los movimientos que proclaman la supremacía de los blancos tras la llegada a la Casa Blanca del primer presidente de la raza negra.
 
“Desde el principio se comparó a Obama con Hitler o Stalin, se elaboró un discurso en el que el presidente era una persona ajena (a Estados Unidos), no se le trató como a un estadounidense y se le dibujó como una amenaza”, según Peter Kuznick, profesor de historia de la American University de Washington.
 
El cuestionamiento de los orígenes de Obama incrementó el afloramiento de este tipo de agrupaciones, que en su mayoría tienen un carácter violento y además suelen respaldar con vehemencia la Segunda Enmienda de la constitución estadounidense, que reconoce el derecho a portar armas.
 
“Son realmente una amenaza —afirmaba Kuznick en septiembre de 2012—. Sobre todo, porque han recibido cierta credibilidad por parte de los sectores más conservadores del Partido Republicano”.
 
La actual sociedad estadounidense no hace más que confirmar las palabras del profesor.
 
Estos grupos solían estar marginados por la política, pero con el surgimiento del movimiento Tea Party obtuvieron cierto respaldo. Con el Tea Party creció la polarización en Estados Unidos.
 
“El mensaje del Tea Party no es completamente racista, pero sí lo es de alguna manera. Estados Unidos está viviendo una polarización ideológica”, apuntó Kuznick entonces. Esa polarización no ha dejado de crecer.
 
Entre los más violentos de estos grupos se encuentran los antiinmigrantes, que empezaron a emerger en la década de los años 20 del siglo pasado y que ahora se han radicalizado ante el incremento interracial.
 
La expansión de las minorías en EEUU ha incrementado el resquemor y encono de estos grupos. Los datos de 2011 revelaron que por primera vez nacieron menos niños blancos que no blancos según la Oficina del Censo.
 
Tras disminuir durante un breve período, los grupos de odio han aumentado de nuevo bajo el Gobierno de Donald Trump.
 
El número de grupos de odio en EEUU aumentó un 4 % entre 2017 y 2016 —pasó de 917 a 954 en ese periodo de tiempo—, según las conclusiones de otro estudio elaborado por el SPLC. El año pasado fue la primera vez que se contabilizaron grupos de odio en los 50 estados, con 66 organizaciones de este tipo en Florida.
 
En su informe de febrero de 2018, la SPLC aseguró que los grupos de odio en EEUU han aumentado un 20 % desde 2014. También observó que el mayor aumento se produjo en los grupos nacionalistas blancos: organizaciones neonazis se incrementaron en un 22 por ciento.
 
Los grupos antimusulmanes aumentaron por tercer año consecutivo. También vio un descenso de las organizaciones del Ku Klux Klan: pasando de 130 a 72.
 
“El presidente Donald Trump en 2017 reflejó lo que los grupos nacionalistas blancos quieren ver: un país donde el racismo está autorizado por el más alto cargo en la oficina, los inmigrantes son expulsados y los musulmanes prohibidos”, dijo Heidi Beirich, directora del Proyecto de Inteligencia del SPLC.
 
Para esta organización, la relación entre la presidencia de Trump y el aumento de grupos racistas es clara: “Si consideras que cuando llevábamos apenas unos días de 2018 Trump llamó a los países africanos ‘países de ***’, está claro que no está cambiando su tono. Y eso es música para los oídos de los supremacistas”, escribió en un comunicado junto a la presentación de su informe.
 
“Fue un año en el que la extrema derecha, la última encarnación de la supremacía blanca, rompió la barrera que durante décadas mantuvo a los racistas lejos de la política y los medios dominantes”, sentenció.
 
Sin embargo, no solo entre supremacistas blancos se observó un incremento: “No sorprende que los grupos de odio nacionalistas negros, grupos que siempre han reaccionado al racismo blanco, llegaron a ser 233 en 2017, pasando de 193 en el año anterior”, escribió el informe.
 
SPLC citó dos factores que contribuyeron al crecimiento de los grupos de odio nacionalistas negros. En primer lugar, el aumento en los incidentes de tipo racial y los ataques de los supremacistas blancos, especialmente la manifestación Unite the Right, que se tornó letal en Charlottesville, Virginia. Y, en segundo lugar, el apoyo percibido de los ideales nacionalistas blancos por el presidente Donald Trump.
 
El último aumento en el número de grupos de odio comenzó en los cuatro últimos años de la presidencia de Barack Obama, según el SPLC, pero cayó hasta los 784 en 2014.
 
El informe reportó, además, por primera vez, la presencia de grupos supremacistas de hombres. Hay dos. Uno abogó por legalizar la violación en propiedad privada, según dijo este centro. El otro defendió que el mes de octubre fuera llamado “El mes de los intentos de violación de mujeres”.
 
“La supremacía masculina es una ideología odiosa que aboga por el sometimiento de las mujeres. Representa erróneamente a las mujeres como genéticamente inferiores, manipuladoras y estúpidas”, explicó el informe.
 
Para su estudio, SPLC definió como grupos de odio a aquellos colectivos que con sus actuaciones, ideología o declaraciones demonizaran a algunas clases de personas, normalmente por sus características de origen. Así, por ejemplo, entiende como grupos de odio el Ku Klux Klan, grupos anti el colectivo LGBT, nacionalistas negros como el Nation of Islam y grupos antimusulmanes o antiblancos.
 
Se desconoce cuantas personas pertenecen a dichos grupos pues, según SPLC, muchos de ellos son muy secretos en lo que respecta a sus operaciones y no quieren dar a conocer cuán grandes son.
 
EL SEÑOR DE LOS CIELOS, 'TITO TRUMP' EL LAICO CON LA BIBLIA
Fuente: ©Cubaencuentro


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: guajiro cubano Enviado: 31/10/2018 15:54
UNIVERSO TRUMP
 El aumento del antisemitismo conmociona a los judíos estadounidenses
Poco más de cuatro años después, vivimos en un mundo muy diferente en el que el nacionalismo, con el antisemitismo integrado, está en ascenso, y lo provocó la retórica de un candidato en la campaña presidencial de 2016. Desde entonces se ha incrementado, y ahora que nos acercamos a las intermedias, la primera elección a nivel nacional desde entonces, estamos viendo las consecuencias de una retórica tan peligrosa” Dónde dibujar la línea entre la crítica a Israel y el antisemitismo es un debate que cada vez genera mayor fricción.

 Vándalos pintaron con aerosol una bandera nazi y símbolos como la cruz de hierro
en un cobertizo en la sinagoga de la Congregación Shaarey Tefilla en Carmel, Indiana, en julio 2018

POR LAURIE GOODSTEIN |  NYTIMES
Hasta hace pocos años, muchos judíos en Estados Unidos creían que el peor antisemitismo estaba en Europa: un vestigio del Viejo Continente.
 
Los judíos estadounidenses eran bienvenidos en las universidades, los clubes campestres y los consejos corporativos que en algún momento excluyeron a sus abuelos. Se casaron con personas que no eran judías, se mudaron a vecindarios mixtos y, para el año 2000, se dio el caso del primer candidato judío a la vicepresidencia en la boleta de uno de los principales partidos.
 
Por lo tanto, para muchos, la masacre del sábado fue una impactante llamado de atención: cuando el hombre que asesinó a once personas en una sinagoga de Pittsburgh se rindió, le dijo a la policía que “quería que todos los judíos murieran”.
 
“Este tipo de maldad me hace pensar en el Holocausto y en cómo la gente puede ser tan cruel; cómo aún hay tanta maldad en el mundo”, dijo Moshe Taube, de 91 años, cantante litúrgico retirado de la Congregación Beth Shalom en Pittsburgh y sobreviviente del Holocausto.
 
Sin embargo, esta maldad no llegó de la nada, según los expertos en antisemitismo. Al mismo tiempo que los judíos sentían una aceptación sin precedentes en Estados Unidos, el clima se volvía cada vez más hostil, y se intensificó en los dos años posteriores a la elección de Donald Trump como presidente. Además, sucede en un momento en el que los ataques a judíos también aumentan en Europa, con frecuentes incidentes antisemitas en Francia y Alemania.
 
El odio en Estados Unidos resurgió ante la mirada de la opinión pública el año pasado cuando supremacistas blancos marcharon en Charlottesville, Virginia. Eran filas de hombres que cargaban antorchas y cantaban: “Los judíos no nos remplazarán”.
 
Han brotado las esvásticas y otras pintadas antisemitas en sinagogas y hogares judíos de todo el país. En línea, los judíos son víctimas de insultos y amenazas salvajes. Muchas sinagogas y escuelas judías han aumentado las medidas de seguridad.
 
En 2017, la Liga Antidifamación registró un aumento del 57 por ciento en los incidentes antisemitas en Estados Unidos en comparación con el año anterior, incluyendo amenazas de bombas, ataques y vandalismo, así como afiches y literatura antisemita dentro de los campus universitarios.
 
Un portavoz de la Liga Antidifamación señaló que, antes del tiroteo del sábado, el ataque antisemita más mortífero en la historia reciente de Estados Unidos había ocurrido en 1985, cuando un hombre asesinó a una familia de cuatro personas en Seattle. Por error pensó que eran judíos.
 
En 1999, también hubo en Los Ángeles un ataque de supremacistas blancos en contra de un centro comunitario judío lleno de niños que tuvo un saldo de cinco heridos. Hace poco, en 2014, un supremacista blanco abrió fuego afuera de un centro comunitario judío en un suburbio de Kansas City, Misuri, y asesinó a tres personas.
 
“No soy una alarmista que siempre grita: ‘¡Es el peor momento de la historia!’. Pero creo que ahora es el peor momento de la historia”, opinó Deborah E. Lipstadt, profesora especializada en la historia del Holocausto en la Universidad Emory, en Atlanta, y autora de un libro sobre antisemitismo próximo a publicarse.
 
Lipstadt mencionó que no quería asustar a nadie, porque en ciertos sentidos “las cosas nunca habían estado mejor” para los judíos en Estados Unidos.
 
Sin embargo, comparó el antisemitismo con una infección de herpes que está dormida y resurge en momentos de estrés. Nunca se va del todo, sin importar cuán integrados estén los judíos en Estados Unidos, porque “es una teoría conspirativa”, señaló Lipstadt, cuya victoria en un juicio contra una persona que negaba el Holocausto en Inglaterra fue retratada en Negación, una película de 2016.
 
El cambio, según afirman varios expertos entrevistados, es que las teorías conspirativas y los “mensajes subliminales” que resuenan entre los antisemitas y supremacistas blancos circulan por medio de fuentes gubernamentales, entre ellas el presidente y los miembros del Congreso. Los comentarios grotescos sobre los judíos se han mudado de los márgenes al discurso público.
 
Entre los ejemplos recientes se encuentran las falsas teorías conspirativas sobre George Soros, un acaudalado donante de las causas del Partido Demócrata y exiliado judío de Hungría que sobrevivió a los nazis.
 
Soros también ha sido acusado de haber financiado la caravana de hondureños y guatemaltecos que huyen a pie hacia el norte a través de México… otra afirmación realizada sin fundamento.El 5 de octubre, Trump aseveró en Twitter que las mujeres que detuvieron en un elevador al senador de Arizona, el republicano Jeff Flake, para solicitarle que votara en contra de la nominación del juez Brett Kavanaugh a la Suprema Corte fueron “pagadas por Soros y otras personas”. En un mitin celebrado el 19 de octubre en Missoula, Montana, el presidente dijo que los medios preferían entrevistar a manifestantes pagados por “Soros o alguien por el estilo”.
 
Un día después de que se descubriera un paquete bomba en la casa de Soros en Westchester, el representante republicano de California, Kevin McCarthy, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, escribió un tuit en el que decía: “¡No podemos permitir que Soros, Steyer y Bloomberg COMPREN estas elecciones! Salgan a votar por los republicanos el 6 de noviembre”.
 
Tom Steyer es un episcopaliano y descendiente de judíos. Michael Bloomberg, exalcalde de la ciudad de Nueva York, tambiés es judío. Después de que se encontraran más artefactos explosivos en las casas y oficinas de otros líderes demócratas y simpatizantes del partido, McCarthy borró el tuit.
 
En muchos campus universitarios de Estados Unidos el antisemitismo se ha convertido en un tema delicado donde Israel es el detonante de la controversia.
 
Los activistas de izquierda —en ocasiones algunos jóvenes judíos— llaman a boicotear y desinvertir en empresas que hagan negocios en Israel o los territorios ocupados. Las agrupaciones judías tradicionales ahora dicen que esas campañas son antisemitas. Dónde dibujar la línea entre la crítica a Israel y el antisemitismo es un debate que cada vez genera mayor fricción en muchas universidades y capitales de los estados.
 
En Europa, los líderes judíos han enfrentado un odio abierto hacia ellos, el cual está ligado también a la hostilidad hacia Israel.
 
Nadine Epstein, editora en jefe de Moment, una revista judía independiente de Estados Unidos, señaló que en 2014 publicó una sección especial sobre antisemitismo para la cual entrevistó a una gran variedad de académicos y líderes. Epstein mencionó que su conclusión era que el antisemitismo, aunque persistente, era un problema que se presentaba en su mayor parte en Europa. Sin embargo, “en realidad no era un problema en Estados Unidos”, comentó.
 
“Poco más de cuatro años después, vivimos en un mundo muy diferente en el que el nacionalismo, con el antisemitismo integrado, está en ascenso, y lo provocó la retórica de un candidato en la campaña presidencial de 2016. Desde entonces se ha incrementado, y ahora que nos acercamos a las intermedias, la primera elección a nivel nacional desde entonces, estamos viendo las consecuencias de una retórica tan peligrosa”, agregó Epstein en un correo electrónico.
 
La revista Moment tiene un sitio web para monitorear el antisemitismoen el mundo, algo que Epstein jamás se imaginó que haría.
 
Kim Lyons colaboró en este reportaje desde Pittsburgh, Melissa Eddy desde Berlín, y Adam Nossiter desde París     



Fuente:
‘There Is Still So Much Evil’: Growing Anti-Semitism Stuns American Jews - New York Times


 
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