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General: LA HABANA INSOMNE DE LOS AÑOS 50 Y 60
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ciudadano del mundo  (Mensaje original) Enviado: 10/12/2018 16:16
 LA HABANA EL PARÍS DE LAS AMÉRICAS 1950-1958
El Sans Souci presentaba a las estrellas internacionales del momento.  Entre las grandes figuras que subieron a su pista se encuentran Tony Martin, Frank Sinatra, Kirk Douglas, Nat King Cole, Mario Moreno (Cantinflas), el boxeador Rocky Marciano y la cantante de jazz Sarah Vaughan.
 
La Habana insomne de los 50 y 60
Los habaneros nacidos y criados en la capital cubana, y los que venían de las provincias, formaban un coro de insomnes cuando residían o visitaban su capital, atraídos unos y otros, por las variadas ofertas en el mundo musical.
 
Quienes gustaban de bailar eran asiduos concurrentes a los jardines de las cervecerías La Polar y La Tropical, en Puentes Grandes, donde la giromanía se convertía en una especie de deporte que competía a la par con el gusto por el béisbol o el boxeo. Un poco más privados, se podía mover el esqueleto en los Centros Gallego, Asturiano, Deportivo La Estrella y en el club Candado.
 
Aparte de los bares abiertos, algunos hasta altas horas de la noche, los centros nocturnos de diferentes categorías y para todos los gustos, adornaban a lo que en aquellos años se denominaban como barrios habaneros.
 
El cetro del reinado se lo llevaba el Cabaret Tropicana, preferido tanto por extranjeros como por criollos y convertido en un sitio de leyenda donde mostraron sus artes figuras de la talla Nat King Cole, Maurice Chevalier, Carmen Miranda, Liberace, Pedro Vargas, Celia Cruz, Chano Pozo, Rita Montaner, Tongolele, Los Chavales de España, Bebo Valdés, Sonia Calero, Libertad Lamarque, Armando Romeu y otros. Entre los que fueron a aplaudir los fastuosos espectáculos del coreógrafo Rodney (Roderico Neyra) estuvieron Ava Gardner y un joven que llegaría a ser presidente de Estados Unidos John F. Kennedy.
 
En competencia leal fueron abriendo sus puertas a grandes shows, guión y una historia contada, lugares como el Parisien, del Hotel Nacional: el Montmartre, el cabaret Sans Souci, y el famoso Salón Rojo del Hotel Capri.
 
Principales lugares de la diversión…
El cabaret casino Sans Souci, estaba situado en Arroyo Arenas, en el kilómetro 15 de la Carretera Central en la vía hacia Pinar del Río y contaba en la década del cincuenta con un largo historial que se remontaba hacia 1914. La traducción de su nombre en francés quiere decir sin preocupaciones y gozó de gran popularidad por los grandes espectáculos que allí se ofrecían.
 
Uno de sus codueños lo fue Arsenio Mariño, natural de Galicia y quien fuera el padre de la destacada actriz Yolanda Far. En 1930 dejó el negocio para acompañar a sus gemelas, ambas cantantes, en una gira por Sudamérica.
 
Norman Rothman, miembro de la Mafia en el sur de la Florida y asociado a Santo Trafficante jr., era el gerente del Sans Souci en los primeros años de la década del cincuenta.
 
Del 53 al 55 la cancionera Olga Chaviano fue la reina de sus noches y de su etapa allí surgió su primer hijo en 1956 producto del romance que sostuvo con Rothman.
 
En el 55, otro mafioso, Lefty Clark, se hizo cargo del negocio, ampliándolo y añadiéndola máquinas tragamonedas a sus salones.
 
Aparte de su sala de juego, contaba con el Nevada Coctail Lounge, con un espectáculo independiente del show principal. Como animadoras contrató a figuras como Marlene Dietrich, Liberace y Susan Hayward durante las temporadas del 57-58.
 
Sans Souci producía sus propios discos de la música de sus shows, dirigidos en los últimos años por Alberto Alonso, y que no tenían nada que envidiarle a los de Tropicana.
 
El Sans Souci presentaba a las estrellas internacionales del momento
Entre las grandes figuras que subieron a su pista se encuentran Tony Martin, Frank Sinatra, Kirk Douglas, Nat King Cole, Mario Moreno (Cantinflas), el boxeador Rocky Marciano y la cantante de jazz Sarah Vaughan.
 
Clark amplió el cabaret y su salón principal en que podían ver sentado sus espectáculos más de mil clientes, además de un techo de cristal para cuando hubiera mal tiempo. Amante del jazz; contrató figuras como Johnny Mathis, Tony Bennet, Dorothy Dandridge, Johnny Ray, Tommy Dorsey, June Christy. La Dandridge recibió con alegría la visita a ese sitio de su amigo Marlon Brando, en su primer viaje a La Habana.
 
Y como curiosidad recordemos que la marca cubana de relojes Cuervo y Sobrino, diseñaron unos cronómetros exclusivos para el Sans Souci, los cuales eran de 16 joyas y fabricados en Suiza. La compañía se fundó en Cuba en 1882 y en su tiempo llegó a ser uno de los relojes más solicitados a nivel mundial.
 
Montmartre era otro de los que competía en cuanto a las grandes figuras internacionales y su escenario fue testigo de las actuaciones de la gran Edith Piaf y la norteamericana Lena Horne, a quien acompañaba, además, como tarjeta de presentación su interpretación del tema de la cinta Stormy Weather.
 
Ubicado en lo que fuera una vez una pista de carrera de galgos, a menos de un suspiro de La Rampa, en el Vedado, era el favorito de cubanos con buenos medios económicos y de los turistas, con sus grandes espectáculos.
 
Convertido luego el lugar en un restaurante (el Moscú), en un día fatídico de la década del 80, fue víctima de un incendio voraz y hasta estos momentos sus ruinas continúan allí, a pesar del tiempo pasado y su cercanía a uno de los más insignes lugares de la capital cubana.
 
El Parisién, del Hotel Nacional, tiene en su récord voces como la Eartha Kitt, Vic Damone, Nat King Cole, René Cabell, Esther Borja, Los Modernistas, Yma Sumac, con la animación de Mario Martínez Casado. En los sesenta estuvieron Las D´Aida, las orquestas Aragón y Enrique Jorrín.
 
En diciembre de 1957 se inauguró el salón Copa Room, del hotel Habana Riviera, con la presentación de la cantante Ginger Rogers y bajo la administración del gángster Meyer Lansky. Al triunfo de la Revolución en 1959, desaparecieron sus salas de juegos, y por supuesto la mafia, pero por la pista del cabaret hubo producciones de altos kilates, como el teatro Negro, debido al genio artístico del director Manolo Riffat. Allí, en los 60 recuerdo el mano a mano, entre las dos voces más populares, Marta Strada y Jorge País.
 
El actor norteamericano George Raft, muy ligado a la mafia, fue el encargado de darle la bienvenida a los parroquianos que asistieron a la inauguración del Salón Rojo del Hotel Capri, en el centro del Vedado.
 
Ligado en sus principios a los mafiosos de Nueva York, luego del año 59, sus representantes abandonaron el país y el 23 de junio de 1961, su gran sala de juegos se convirtió en un cabaret. Nombres nacionales y extranjeros iluminaron sus espectáculos: Fernando Álvarez, Gina León, Lino Borges, Omara Portuondo, Moraima Secada, Celeste Mendoza, Tito Gómez, César Portillo de la Luz, entre los primeros y Frank Sinatra, Nat King Cole, Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Tony Martin y Liberace, entre los segundos. Detrás de las producciones estaba la dirección y coreografía de Carlyle.
 
Otros gustos, otros pareceres
Pero no todo era luces y lentejuelas, hay quienes disfrutaban de lugares más íntimos, enseñoreados por figuras nacionales de reconocida calidad como el Scherezada, el Pico Blanco del Hotel Saint John´s, el Atelier, el Club Imágenes y El Gato Tuerto.
 
Imágenes estaba inspirado su bautismo en una canción emblemática del compositor Frank Domínguez y el Gato Tuerto, fundamentalmente en principio de la década del 60, lo centralizaba la actriz y cantante Miriam Acevedo. Allí fui testigo de la lectura por el escritor cubano Virgilio Piñera de uno de sus poemas. No era raro encontrarse uno en ese sitio con destacados intelectuales del patio e internacionales.
 
De esa época no se puede dejar fuera de esta relación al Ali Bar, cuyo principal anfitrión fue Benny Moré, a quien “escoltaban” figuras como Fernando Álvarez, Celestes Mendoza, Orlando Vallejo y otros.
 
Moré, una leyenda hecha canción, se presentaba allí con un pequeño grupo acompañante, que incluía al fabuloso trombonista Generoso Jiménez; pero si estaba en La Habana, no era raro el encuentro musical con Benny en otros sitios como La Campana, El Sierra, Tropicana y Montmartre. Por cierto, en este último lugar, se presentó junto a Rita Montaner en la obra El solar, dirigida por el coreógrafo Alberto Alonso. Al acercarse la madrugada, siempre finalizaba actuando en el Ali Bar
 
La lista se alarga con clubes muy visitados como el Palermo, Alloy, Pennsylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchín, Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana-Madrid Night Club, Habana 1900 y La Red.
 
Los que buscaban otras emociones se dirigían hacia Marianao, un poco más allá de Miramar, en la zona de la playa, donde aparte del balneario, se encontraban clubes nocturnos, casas de juego y bares.
 
Había lugares humildes como el Kiosko de Casanova, El Niche, El Ranchito, La Taberna de Pedro, Los Tres Hermanos y La Choricera, un sitio rústico, con piso de tierra y mesas de madera sin pintar, regenteado por el timbalero El Chori. Allí se ofrecían espectáculos con tambores batá que atraía a los turistas extranjeros, como el actor norteamericano Marlon Brando, los mexicanos Agustín Lara, Toña La Negra, María Félix, los también estadounidense Gary Cooper, Ernest Hemingway y Errol Flynn y hasta la vedette Josephine Baker.
 
De aquella época no puedo terminar este trabajo sin referirme a dos voces femeninas que impactaron, cada una a su manera. las noches habaneras: La Lupe y Freddy. La primera actuando siempre casi al borde de un ataque de nervios, en la que ni el pianista acompañante ni la pared del local del club La Red, quedaban excluidos de sus perfomances. La segunda una gorda inmensa, con una interpretación más tranquila y por tanto más íntima. Ambas mencionadas en el bojeo literario a La Habana nocturnal de aquella época, narrado por el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante en su libro Tres Tristes Tigres.
 
Y hay más… y me quedo corto
 


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