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Toda persona tiene derecho a vivir su vida libre de hostilidad y exclusión, y nuestros jóvenes merecen apoyo en su búsqueda por descubrir su identidad en una manera que promueva su felicidad y una salud mental positiva. La norma protegerá también a residentes de Nueva York víctimas de discriminación, basada en identidad de género o expresión en empleo, educación, crédito y vivienda. La mayoría demócrata en el Poder Legislativo hizo posible este cambio en la ley que estaba congelado por los republicanos.
Bill de Blasio, Alcalde de Ciudad de Nueva York
El estado de Nueva York aprueba prohibir las terapias de conversión
Un paso más hacia su desaparición: STOP terapias para "curar homosexuales"
El Poder Legislativo en el estado de Nueva York aprobó este martes una serie de reformas legales que prohíben a profesionales de la salud practicar terapias de conversión en menores de edad.
El proyecto de ley, que fue presentado inicialmente hace más de una década, también protege a residentes del estado de discriminación basada en identidad de género o expresión en empleo, educación, crédito y vivienda.
El gobernador demócrata Andrew Cuomo firmaría esta ley esta misma semana convirtiendo a Nueva York en la décimo quinta entidad en Estados Unidos en penalizar estas terapias que han sido calificadas como "tortura" en su intento por modificar la orientación sexual o identidad de género de personas LGBT.
Entre otros estados que han prohibido estas polémicas terapias están Delaware, Nueva Jersey, Rhode Island, Nuevo Mexico y Hawaii.
"Nueva York tiene una gran reputación por su diversidad e inclusión y esta asamblea está comprometida con mantener esta reputación y proteger los derechos de terceros", aseguró el vocero del Senado, el demócrata Carl Heastie, en un comunicado.
"Cada persona tiene el derecho de vivir su vida libre de hostilidades y exclusión y nuestra juventud merece apoyo mientras descubre su identidad de un modo que le garantice felicidad y una positiva salud mental".
Por otro lado, la legisladora Deborah Glick, también demócrata, señaló en un comunicado que "las terapias de conversión son una práctica desacreditada y peligrosa. Se basan en la negación de la humanidad básica de las personas LGBT. Pone en peligro la salud mental de los jóvenes y es una perversión de la misión sanadora que tienen los profesionales de la salud".
La Asociación Psicológica Americana condenó en un reporte de 2009 las terapias de conversión, ya que aborda la homosexualidad como "un trastorno mental, un concepto que ha sido rechazado por profesionales de la salud mental por más de 35 años".
En la reforma de ley aprobada en Nueva York se establece, con base en criterios científicos, que estas terapias ponen a lesbianas, gays, bisexuales y personas trans en un riesgo de depresión, desarrollo de adicciones a las drogas y suicidio.
En el mismo día, el Senado aprobó la Ley de No Discriminación por Expresión de Género que prohíbe la discriminación en el estado por motivos de identidad de género o expresión de género en empleo, educación, crédito y vivienda.
"El Congreso aprobó esta ley once veces, pero el Senado, con mayoría republicana, impidió que se convirtiera en ley", recordó el legislador Richard Gottfried, uno de los coautores de la iniciativa. "Hoy, la renovada mayoría, que es demócrata, garantiza la protección de los neoyorquinos, sin importar su identidad o expresión de género".
"La mayoría demócrata pudo finalmente proteger de discriminación y odio a neoyorquinos transexuales y los no conformes con su género", indicó el senador Brad Hoylman, uno de los autores del proyecto en la Cámara Alta.
Con esta acción, Nueva York sigue los pasos del Distrito de Columbia y otros 14 estados que ya lo han prohibido: Connecticut, California, Delaware, Nevada, Nueva Jersey, Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Washington, Maryland, Hawai y Nuevo Hampshire.
Por su parte, el asambleísta Richard N. Gottfried, patrocinador de la medida en la Asamblea estatal, dijo que es un día "histórico" al recordar que este cuerpo legislativo ha aprobado la medida once veces.
Cuomo felicitó a la legislatura estatal por aprobar el proyecto: "Hoy somos más justos", dijo en un tuit al asegurar que los neoyorquinos deben estar orgullosos de que "la perjudicial y desacreditada" terapia de conversión pasó a la historia.
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicólogos, la terapia de conversión no cambia la orientación sexual de una persona y ha expresado su preocupación por dichas terapias y el posible daño a los pacientes.
"La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad. No requiere tratamiento y no puede cambiarse", señalan en su página web.
Según el proyecto de ley, cualquier profesional de la salud mental que viole la prohibición estaría sujeto a mala conducta profesional y las sanciones aplicables.
El organización a favor de los derechos LGBT, Human Rights Campaign, celebró la decisión como un "día monumental en favor de la justicia y la igualdad alrededor del Empire State".
"La histórica acción de hoy en Nueva York es el resultado de años de trabajo duro y es el vívido ejemplo de la importancia de elegir a legisladores a favor de la igualdad", señaló Chad Griffin, presidente de la ONG, en un comunicado.
El niño drag neoyorquino que causa sensación y es un activista LGBT
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El estado de Nueva York prohíbe las «terapias» de conversión
de la orientación sexual o la identidad de género en menores de edad
La legislatura del estado de Nueva York ha aprobado la prohibición de las «terapias» reparadoras o de conversión de la orientación sexual o la identidad de género en menores de edad. Se convierte así en el 15º territorio de los Estados Unidos (14º estado, además de Washington D.C.) en poner coto a una práctica que no solo se ha demostrado inútil, sino peligrosa.
La prohibición de este tipo de intervenciones en menores de edad fue aprobada por 57 votos a favor y 4 en contra (en el Senado) y por 134 votos a favor y 3 en contra (en la Asamblea). Ambas cámaras están controladas desde este mes de enero por los demócratas, después de que en las elecciones de noviembre los republicanos perdieran el control del Senado estatal. Una circunstancia que ha favorecido la rápida tramitación de un proyecto al que la Asamblea ya había dado luz verde en ocasiones anteriores, pero cuya tramitación los republicanos habían bloqueado. Finalmente, ya con los demócratas controlando el Senado, el proyecto llegaba al pleno y recibía también el apoyo de varios senadores republicanos. El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, expresaba de inmediato su apoyo a la ley y su intención de rubricarla.
La nueva ley forma parte, de hecho, de un paquete de medidas en favor de las personas LGTB que Andrew Cuomo (reelegido también el pasado noviembre) había anunciado el pasado año. De hecho, junto a la prohibición de las «terapias» de conversión en menores, la legislatura de Nueva York también ha aprobado una ley de no discriminación por identidad o expresión de género, que entre otras cosas incluye la identidad de género en el listado de condiciones protegidas por las leyes del estado.
California fue el primer estado de Estados Unidos en prohibir el uso de las «terapias» reparadoras o de conversión en menores de edad en 2012, no sin gran controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron Oregón, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut,
Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares.
En Europa, Malta fue pionera
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTB, en discusión en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que en cualquier caso permanece encallado por el desacuerdo entre las diferentes fuerzas políticas que en teoría lo apoyan y cuya aprobación a día de hoy no está asegurada.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la «terapeuta» Elena Lorenzo, las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida.
«No» rotundo de los especialistas a las «terapias» reparadoras
A nivel internacional, ya en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las terribles «terapias» reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser «honestos» con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
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