CUBA, FUERZA LABORAL, ECONÓMIA 2019
Los datos publicados por el propio Gobierno cubano demuestran la incapacidad de la economía cubana para el aprovechamiento de la fuerza de trabajo disponible en el país, lo cual agrava el problema de la estructura por edades de la población, con más del 17 % por encima de la edad laboral, con tendencia a agravarse por la falta de natalidad (10,2 nacimientos y 9,5 muertes por mil habitantes) y la migración externa.
Población, fuerza de trabajo y empleo en Cuba
En Cuba existen 3,8 millones de hombres comprendidos en edad laboral (16 a 65 años) y 3,4 millones de mujeres (16 a 60 años). En total algo más de 7,2 millones de personas. Residen por tiempo prolongado en el extranjero 238 mil y se encuentran discapacitados de forma permanente, acogidos a la asistencia social, 40 mil. Por tanto, la disponibilidad total de fuerza de trabajo asciende a 7 millones aproximadamente. Se encuentran empleados 4,5 millones (64 %), de ellos 2,8 millones de hombres y 1,7 de mujeres, con una disminución total de 400 mil empleados desde el año 2012. No se encuentran empleados el 26 % de los hombres y el 50 % de las mujeres.
Esos 2,7 millones de personas no empleadas (ni en sector estatal, ni cooperativo ni cuentapropismo), arrojan el 36 % de la población en edad laboral inactiva gravitando sobre la productividad social, como señalamos antes muestran una tendencia al crecimiento de casi cien mil anuales. Es decir, en los últimos cinco años 400 mil cubanos de ambos sexos han dejado de ser parte de la población activa económicamente, residiendo en Cuba y con capacidad física para el trabajo.
Los datos demuestran la incapacidad de la economía cubana para el aprovechamiento de la fuerza de trabajo disponible en el país, lo cual agrava el problema de la estructura por edades de la población, con más del 17 % por encima de la edad laboral, con tendencia a agravarse por la falta de natalidad (10,2 nacimientos y 9,5 muertes por mil habitantes) y la migración externa. Lo que hace que el pronóstico de la relación de dependencia salte de 567 actualmente a 838 personas económicamente dependientes por cada mil habitantes entre 16 y 59 años de edad en 2030, cuando el 30 % de la población cubana tendrá más de 60 años.
En los últimos cinco años 412 mil cubanos han viajado al exterior. Es decir, 82 mil seiscientos anuales, De ellos 10 mil a cumplir contratos de trabajo o para atender negocios propios, que serían los importadores de mercancía por excelencia, pero en el caso de los cubanos que viajan al exterior, sea por misión oficial, a visitar familiares u otras causas lo cierto es que importan todo lo que se puede según las regulaciones vigentes, para uso personal y familiar y/o para revender.
Resulta imposible separar “la mula” como ocupación del resto de los importadores, que suele ser todo cubano que viaja pero The Havana Consulting Group (THCG), consultora especializada con sede en Miami, dio a conocer que los emprendedores cubanos habrían sacado de Cuba durante 2017 alrededor de $2.390 millones, lo que supone nueve veces más que el capital extranjero invertido en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM) y similar al valor total de la exportación de bienes ascendente a $2.402 millones en 2017. Esos números resultan apreciables en la deteriorada economía cubana.
En entrevista publicada en el diario Juventud Rebelde (10 de febrero de 2019) la viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social afirmó que al cierre de diciembre último había 580.828 trabajadores por cuenta propia (TPCP). El 29 % son jóvenes y el 34 % mujeres. El 15 % laboran también en el sector estatal, y un 10 % son jubilados. La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba agrupan el 65 % de los TPCP en el país. El número de trabajadores por cuenta propia según la viceministra primera es menor en 2.400 TPCP que los reportados al cierre de 2017 por el AEC.
Este último aspecto muestra la ralentización del desarrollo de la actividad laboral por cuenta propia, comportamiento similar al de otras autorizadas a partir de 2011 en cumplimientos de los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido, especialmente el desarrollo de cooperativas no agropecuarias y entrega de tierras en usufructo. En el caso de las primeras solo conformadas menos de 500, de ellas el 85 % en las provincias occidental y el 60 % en La Habana. En el caso de la entrega de tierras en usufructo —según intervención del vicepresidente del consejo de ministros Ricardo Cabrisas en la última sesión de la Asamblea Nacional— ralentizada por lejanía, infestación de marabú, falta de posibilidades de regadío, etc. de las tierras disponibles.
En la entrevista citada, la viceministra expresa que el 26 % de los TPCP son contratados, cifra no creíble a simple vista, pues en los restaurantes (paladares) suelen trabajar varias personas, cuyo número varía de acuerdo al número de mesas y hasta en los emprendimientos más simples suelen aparecer personas, muchas veces familiares, auxiliando o sustituyendo momentáneamente al TPCP registrado. Con esa duda el autor visitó 100 negocios situados entre la parte occidental de La Habana (municipios La Lisa, Playa, Marianao) y oriental de Artemisa (municipios Bauta, San Antonio, Caimito y Guanajay) con los siguientes resultados:
Total de TPCP registrados: 122
Familiares que colaboran habitualmente 43
No familiares que colaboran habitualmente 71
Es decir, para cada 100 emprendedores trabajan además 126 personas, de ellos 43 familiares que no cobran formalmente, pues participan como familia de los ingresos generados y que suelen hacer labores auxiliares: ayudar en las cuentas, ir al banco, gestionar abastecimientos, u otras. Los trabajadores no registrados y no familiares suelen ser muy volátiles, trabajan por períodos cortos, a veces de días, y en general tiene como ventaja que se les paga muy por encima del salario medio estatal, por lo regular el doble y hasta el cuádruple de este (50 a 100 pesos cubanos, dos a cuatro CUC) diariamente.
Como desventaja tienen que se encuentran totalmente desvinculados de beneficios, seguridad social, protección e higiene del trabajo, y sin derecho laboral alguno, inclusive de los pocos que disfrutan los trabajadores estatales, cooperativistas y contratados por los TPCP. Se concentran fundamentalmente en los expendios de alimentos ligeros, las cadenas de producción y distribución del “paquete”, (conformado por series, películas, novelas, música, etc) que se distribuye en soporte digital en la importación y venta de disímiles artículos, u otros. En ocasiones trabajan jornadas parciales y/o irregulares.
Contando que, según la entrevista citada de Juventud Rebelde, existen 429.812 negocios registrados. Es decir: total de TPCP menos 26 % de empleados (74 % de 580.818). La cifra de 71 trabajadores “clandestinos” en cada cien negocios arroja un total de 305 mil personas que trabajan sin derechos, con salarios más altos que los misérrimos del Estado, de poco más de 30 pesos cubanos, equivalentes a 1,25 CUC diarios, pero comprometiendo su futuro inmediato (seguridad social a corto plazo) y a largo plazo (jubilación). Es decir, menos derechos que los ya magros de que disfrutan los trabajadores de Estado y las cooperativas.
Como conclusión podemos decir que, al margen de errores numéricos, que se “afinarían” con encuestas formales técnicamente apropiadas, a simple vista se ve que el fenómeno existe y un muestreo mínimo demuestra es de potencial envergadura y totalmente disonante con los adelantos obtenidos en el mundo en materia de derechos laborales.
Nota: Todos los datos se toman de publicaciones digitales de la Oficina Nacional de Estadística de Cuba, salvo indicación específica.
Germán M. González, La Habana, Febrero 2019
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